Desde hace 3 meses, autoridades minimizaron su desaparición
Por Brisa Gómez, corresponsal
Xalapa, 26 sep 11 (CIMAC/AVC).- A poco más de tres meses de haber desaparecido, fue encontrada sin vida la joven Gabriela Arlene Benítez Ibarra de 17 años, cuyo cuerpo estaba en avanzado estado de descomposición en la reserva Molinos de San Roque, en esta capital.
Gabriela Arlene es al menos la quinta mujer hallada con señas de violencia física y sexual en esa zona en los últimos 10 años.
Desde que la joven fue reportada como desaparecida, las autoridades judiciales del estado de Veracruz minimizaron el hecho al asegurar que “se había ido con el novio” o que “huyó de su casa por problemas con su madre”.
La desaparición de Gabriela Arlene se reportó el pasado 13 de junio luego de que su madre, Bárbara Ibarra, se fuera a trabajar y al regresar a casa se percató de que no estaba su hija, quien había salido presuntamente a hacer ejercicio para luego ir a la escuela, sin embargo no se volvió a saber de ella.
Desde ese día su madre reportó la desaparición y comenzó la búsqueda junto con otros familiares, toda vez que las autoridades minimizaron el hecho y aseguraron que la joven se había ido con el novio o que había huido por problemas con la familia.
Su mamá descartó esas hipótesis, ya que –explicó– Gabriela era buena estudiante y se encontraba a punto de ingresar a la carrera de Arquitectura en la Universidad Veracruzana.
Semanas después de que se inició la búsqueda de la joven por medio de volantes, carteles, redes sociales, así como marchas y manifestaciones, la Procuraduría de Justicia estatal, a cargo de Reynaldo Escobar Pérez, reconoció que la adolescente no había huido y que verdaderamente estaba extraviada.
El caso de Gaby, como se le conocía en su círculo cercano, llegó incluso hasta la Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas (Fevimtra) de la Procuraduría General de la República (PGR), instancia que la registró como extraviada entre los casos del 2011.
Bárbara Ibarra también viajó hasta el puerto de Coatzacoalcos para pedirle ayuda al padre Alejandro Solalinde, director del albergue de migrantes “Hermanos en el Camino”, pues temía que su hija fuera víctima de las redes de trata o que hubiera sido reclutada por el crimen organizado.
La madre de la joven formó parte de la Caravana del Sur, encabezada por el poeta Javier Sicilia, ante quien expuso su caso y denunció la negligencia de las autoridades en las investigaciones, toda vez que dejaron pasar varias semanas sin atenderlas.
INDIGNACIÓN
El pasado 23 de septiembre personal del área de Parques y Jardines del ayuntamiento de Xalapa halló los restos de una mujer, quien presentaba un avanzado estado de descomposición.
El Servicio Médico Forense realizó las diligencias correspondientes y los restos fueron llevados a la unidad de Servicios Periciales, a donde llamaron a Bárbara Ibarra para que verificara si se trataba de los restos de su hija.
La madre reconoció la ropa, los zapatos y la dentadura de su hija, ya que el cuerpo había estado a la intemperie por varias semanas y había sufrido lesiones por animales de la zona.
Ese mismo día los restos de Gaby fueron velados y el sábado pasado fueron cremados en medio de la indignación de quienes la conocieron y supieron de su caso. En el Colegio Preparatorio de Xalapa, donde ella estudiaba, se colocaron moños negros y su fotografía en las puertas y ventanas de la institución.
Hasta ahora las autoridades judiciales del estado se mantienen herméticas respecto al avance de las investigaciones por la desaparición y asesinato de la joven.
El caso de Gaby se suma a los de al menos otras cuatro mujeres y niñas, cuyo restos fueron encontrados durante los últimos 10 años en la reserva Molinos de San Roque.
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