8/09/2012

Abogado defensor pretende reducir condena a un feminicida

Aura María fue asesinada por su pareja en Costa Rica

Abogado defensor pretende reducir condena a un feminicida


Por Nelson Rodríguez, corresponsal

Managua, 8 ago 12 (CIMAC).- A nueve meses del asesinato de la nicaragüense Aura María González Vivas por parte de su pareja, en Costa Rica, los familiares de la víctima exigen a las autoridades que no se reduzca la pena de 25 años de prisión dictada contra su homicida.

La defensa del agresor Lester Vásquez solicitó que por haberse entregado a la justicia y por otras atenuantes se le reduzca la sentencia.

Aura María, una trabajadora del hogar, salió de su comunidad Quebrada Onda, en el departamento nicaragüense de Masaya, para alcanzar a sus hijos, quienes se habían adelantado a Costa Rica con Lester.

El acuerdo inicial de la pareja fue que en cuanto se dieran las condiciones la familia se reuniría en Costa Rica, sin embargo Aura se enteró que sus dos hijos andaban deambulando por las calles de San José, la capital costarricense, y se decidió a ir por ellos.

Ya en Costa Rica, la mujer se separó de su esposo, quien constantemente la violentaba, narró Carlota Vivas, madre de Aura María. Agregó que su hija encontró trabajo y rentó un cuarto donde dejaba a sus hijos. Un día al volver a su casa, encontró a Lester con un cuchillo en la mano y la asesinó enfrente de los dos niños.

Ahora los abogados defensores solicitan que la pena se reduzca porque Lester se entregó a la justicia y porque el asesinato lo cometió en un momento de “locura”, sin embargo Carlota dijo que no sería justo que al asesino de su hija le reduzcan la condena.
La madre de Aura, junto con las organizaciones de mujeres Itza y Axayacatl, además de sostener la batalla para que se mantenga la sentencia contra el asesino, también lucha por recuperar a sus nietos.

Sus dos nietos son el único vínculo que le queda de su hija, pues antes de que se emitiera la sentencia condenatoria a Lester, el Ministerio de la Familia (MIFAMILIA), delegación de Masaya,  entregó la custodia temporal de los niños a la madre del agresor, argumentando que tienen mejores condiciones económicas para cuidarlos, dijo Elia Palacios, de la Asociación de Mujeres Axayacatl.

“Entonces no hay justicia para las mujeres pobres”, no puede ser que MIFAMILIA justifique así su resolución, criticó Palacios y  agregó que cuando le dieron la custodia temporal a la familia del agresor, el propio Ministerio había acordado que le prestarían a los niños a Carlota, lo cual no ha sido así, y lo que es peor en todo el proceso judicial cuando estuvieron los niños presentes no quisieron saber nada de su abuela Carlota.

“Carlota ha manifestado llorando que quiere tener a sus nietos, es el único vínculo que ella tiene de su hija, se siente mal porque el nieto mayor siente cierto rechazo hacia ella; esto le ha afectado mucho, no pierde la esperanza de recuperar a sus nietos”, abundó la psicóloga de Axayacatl, María Eugenia Delgadillo.

“Estoy luchando para recuperarlos, pero ellos están en mi contra,  no sé cómo es que trabajan esas instituciones del Estado, pero al menos exijo que me presten a los niños, tener una relación de familia con ellos, que esa otra familia no los envenenen contra mí, ni contra mis hijos que son sus tíos”, enfatizó Carlota.

Ante la tragedia, Carlota trata de recuperarse en los grupos de Autoayuda de Axayacatl, los que desde el primer momento han estado con ella, la acompañaron en todo el ritual religioso de Aura María, y ahora también con la ayuda de la psicóloga trata de salir adelante.

“Hemos logrado identificar la violencia que se ha transmitido. La violencia no terminó con el asesinato de su hija, la violencia continúa y por eso vamos a apoyarla para que recupere a sus nietos”, sostuvo la psicóloga Delgadillo.

Agregó que la terapia le ayudará a recuperarse emocionalmente: “Sabemos que es un proceso de largo tiempo, pero necesita este apoyo”.

En 2011 fueron asesinadas dos mujeres nicaragüenses en Costa Rica y en el primer trimestre de este año fue asesinada una niña nicaragüense en tierras costarricenses, según el Monitoreo de Medios de la organización civil Católicas por el Derecho a Decidir.


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