No se había dado el caso de un presidente apenas electo como Peña, viajando como si ya ejerciera el cargo.
Se dijo que el presidente Adolfo López Mateos había nacido en
Guatemala, pero la incisiva analista de El Colegio de México, Soledad
Loaeza, autora de libros de enorme calidad y ensayos que publica en La
Jornada los jueves, lo afirma mexiquense. Éste puso de moda las visitas
presidenciales al extranjero para intensificar las relaciones
internacionales y acentuar el interés mexicano por un mayor comercio e
intercambio cultural y turístico. Tan de “pata de perro” anduvo por el
mundo, que la voz popular modificó su apellido Mateos, por “Paseos”.
Los beneficios fueron raquíticos. Pero en adelante, los presidentes le
agarraron cariño a viajar y la han gozado de lo lindo.
No se había dado el caso de un presidente apenas electo como Peña, viajando como si ya ejerciera el cargo. Es para distraerlo de los problemas que le esperan, la incertidumbre por su toma de posesión y que la oposición de centro-izquierda (y no la oportunista del PRD con el chuchismo, Ebrard y Cárdenas), con la CNTE, los estudiantes del #YoSoy132 y los trabajadores, siguen en sus manifestaciones de repudio. Así que idearon que con su grupo encabezado por Luis Videgaray, recorriera países latinoamericanos y de Europa, porque en cuanto logre tomar posesión ya no tendrá tiempo para salir ni a la esquina.
Las relaciones internacionales son básicas para el intercambio comercial. Desinflar las presiones políticas, sobre todo cuando se tiene una vecindad con quien, en contra y a favor, es una potencia económica y militar en el mundo. Para el turismo, como filón de ingresos. Para el fluir de las manifestaciones culturales, etc. Esa comunicación se refuerza con las visitas oficiales. Pero hay quienes abusan de esos viajes y, de pilón, llevan séquitos de más que aprovechan para hacer turismo con cargo al erario público, cargando con todo lo que pueden sin pasar por aduanas ni pagar impuestos.
El que Peña ande por Europa, creyendo que cenar con la “realeza” española e inglesa, dos decadentes e inútiles herencias de un pasado monárquico, es sentarse con seres extraterrestres, y antes por nuestro continente, donde escuchó actos de repudio por su manera de ascender al trono sexenal mexicano, no tiene mayor resultado. Lo presentaron como el sucesor. El nuevo Tlatoani. Un presidente más del montón, que sorprenderá si da dos que tres golpes de timón frente al caciquismo –como Enrique VIII– cortando las cabezas a Elba, al eterno líder petrolero, sacudiéndose a Salinas y gobernando democráticamente en beneficio del pueblo... lo cual dudo.
Ya se paseó con su esposa salida de las “estrellas” de Televisa (ésta y su igual en el duopolio: Tv-Azteca, deben ser sometidas para cortar sus alas de poder fáctico, otro golpe de timón). Regresa a seguir su espera para tomar posesión… y ver si tiene cabeza política (lo vuelvo a dudar) para enfrentar los gravísimos problemas nacionales. Volverá a la dramática y trágica realidad que es la violencia que ya superó lo permitido. La Nación con sus necesarias manifestaciones de protesta e inconformidad, espera la coronación de quien más parece un nuevo Iturbide.
No se había dado el caso de un presidente apenas electo como Peña, viajando como si ya ejerciera el cargo. Es para distraerlo de los problemas que le esperan, la incertidumbre por su toma de posesión y que la oposición de centro-izquierda (y no la oportunista del PRD con el chuchismo, Ebrard y Cárdenas), con la CNTE, los estudiantes del #YoSoy132 y los trabajadores, siguen en sus manifestaciones de repudio. Así que idearon que con su grupo encabezado por Luis Videgaray, recorriera países latinoamericanos y de Europa, porque en cuanto logre tomar posesión ya no tendrá tiempo para salir ni a la esquina.
Las relaciones internacionales son básicas para el intercambio comercial. Desinflar las presiones políticas, sobre todo cuando se tiene una vecindad con quien, en contra y a favor, es una potencia económica y militar en el mundo. Para el turismo, como filón de ingresos. Para el fluir de las manifestaciones culturales, etc. Esa comunicación se refuerza con las visitas oficiales. Pero hay quienes abusan de esos viajes y, de pilón, llevan séquitos de más que aprovechan para hacer turismo con cargo al erario público, cargando con todo lo que pueden sin pasar por aduanas ni pagar impuestos.
El que Peña ande por Europa, creyendo que cenar con la “realeza” española e inglesa, dos decadentes e inútiles herencias de un pasado monárquico, es sentarse con seres extraterrestres, y antes por nuestro continente, donde escuchó actos de repudio por su manera de ascender al trono sexenal mexicano, no tiene mayor resultado. Lo presentaron como el sucesor. El nuevo Tlatoani. Un presidente más del montón, que sorprenderá si da dos que tres golpes de timón frente al caciquismo –como Enrique VIII– cortando las cabezas a Elba, al eterno líder petrolero, sacudiéndose a Salinas y gobernando democráticamente en beneficio del pueblo... lo cual dudo.
Ya se paseó con su esposa salida de las “estrellas” de Televisa (ésta y su igual en el duopolio: Tv-Azteca, deben ser sometidas para cortar sus alas de poder fáctico, otro golpe de timón). Regresa a seguir su espera para tomar posesión… y ver si tiene cabeza política (lo vuelvo a dudar) para enfrentar los gravísimos problemas nacionales. Volverá a la dramática y trágica realidad que es la violencia que ya superó lo permitido. La Nación con sus necesarias manifestaciones de protesta e inconformidad, espera la coronación de quien más parece un nuevo Iturbide.
Álvaro Cepeda Neri - Opinión EMET
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