3/22/2015

Tierra Caliente”, clamor de esperanza por asesinatos en Guerrero


Laura Plancarte, cineasta y arquitecta. Foto: Rafael del RíoEl asesinato de un taxista en algún pueblo olvidado de Guerrero motivó a la cineasta Laura Plancarte para recrear con un elenco internacional la tragedia cotidiana que vive ese estado, entrevistando a los familiares verdaderos de la víctima en Tierra Caliente, cinta que compitió por el Premio Mezcal en la 30 edición del Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG), efectuada del 6 al 15 de marzo. El filme “da voz a esa familia”, según la directora, si bien es asimismo un llamado de solidaridad para el actual México en llamas.
GUADALAJARA, JAL. (Proceso).- La cineasta, artista plástica y arquitecta Laura Plancarte decide darle voz en la pantalla grande a una familia de Tierra Caliente en el estado de Guerrero y denunciar el asesinato de uno de sus familiares, que era taxista, porque nadie, ni siquiera el gobierno, la ha querido escuchar para esclarecer el suceso.
Actores de varios países recrean a cada miembro de esa familia, que prefiere quedar en el anonimato debido a eventuales represalias.
En medio de las escenas se incluyen grabadas las voces verdaderas de la familia. La historia refleja dos años y medio de su vida. El peligro inminente se presenta en el momento en que su existencia se encuentra entre el fuego cruzado de los narcotraficantes y los militares, según la directora de esta película de ficción, basada en ese hecho real, intitulada Tierra Caliente, la cual compitió por el Premio Mezcal en la 30 edición del Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG), efectuada del 6 al 15 de marzo.
Plancarte, nacida en la Ciudad de México, deseaba trabajar un tema social, “porque como artista y realizadora se cuenta con el privilegio de tener voz y muchísima gente no goza de ello”. Así que decidió darles voz a otras personas que la necesitan mucho más:
“Pero no encontraba cómo llegar a un tema social. No deseaba realizar algo amarillista o sensacionalista. Venía hacia Guadalajara a inaugurar una exposición en el Instituto Cultural Cabañas, y en el camión conocí a una chica de Tierra Caliente. Me narró su historia y me di cuenta que buscaba le diera voz. Hicimos muy buena química, conocí a su familia y me di cuenta que era imposible filmar en Tierra Caliente, por peligroso.”
Empezó a trabajar entrevistas con sus familiares, grabadora en mano.
“El material era rígido, servía para poner las cosas en un contexto, y a final de cuentas la gente te está contestando una pregunta, no puedes a partir de eso saber cómo es la vida cotidiana de un lugar, más cuando no eres de allí. También si alguien llega de tu familia a vivir contigo, como el visitante es ajeno ante la familia, no se comporta como lo hace cotidianamente, y yo quería tener la parte natural. Acordamos que la familia iba a quedarse con las grabadoras para autograbarse. Y lo que quisieran que yo escuchara, me lo iban a mandar.”
Así laboraron durante tres años.
“En ese tiempo pude entender cómo era la vida cotidiana del lugar, cómo era realmente el sentir de la familia y cómo vivía. Ahí decidí que el largometraje lo iba a efectuar con actores que iban a imitar a esta familia. Pero se debía ir hacia el fondo.”
Rememora que le interesaba que los actores hablaran en inglés, para llevar la historia también al público anglosajón:
“En lo que padece México, Estados Unidos está metido del pelo hasta los pies, y por desgracia a quien le toca la peor parte es a México. Esa nación del norte está bien, pero vende todo el armamento y consume gran parte de las drogas y nosotros sufrimos las consecuencias; por eso quiero que la película la vea también un público anglosajón, y este público pocas veces quiere ver una película subtitulada. Está acostumbrado a que se les hable en su idioma.”
–¿No dudó que los actores hablaran en inglés?
–El relato es tan fuerte que a pesar de que sea en inglés, interesa, además hay mucho fondo… Pero las grabaciones de las voces reales de la familia están en español. Es como un concepto de flashback (escena retrospectiva) donde la familia real reconstruye el pasado. El México presente se ve en las conversaciones de los actores, en inglés y filmados en Londres, y la manera de recordarle al público que esto no es una ficción, es cuando se ponen las grabaciones las cuales entran y salen de la película. Se tratada de decirle al que ve el filme que no se le está tomando el pelo.
El elenco lo conforman Anais Alvarado, Dimitri Andreas, Claudia Coulter, Ignacio Guadalupe, Kaylan Levy y Christianne Oliveira. El guión también lo escribe Plancarte. Eben Bolter y Richard Gillespie son los encargados de la fotografía. Producen Mike Lerner, Roast Beef Productions, Clownfish e Integradora Cinematográfica.
El sentido de la cinta
Plancarte ha estudiado realización de cine, arte, arquitectura efímera y arte conceptual, gramática y lenguaje cinematográfico y filosofía. Es directora y cofundadora de L2PMFilms y cofundadora de El Divino Producción.
Ha expuesto en el Kilburn Festival en Londres, en el Museo Raúl Anguiano, en el Festival de Performance Ebent de Barcelona, entre otros, y obtenido diferentes reconocimientos como Patrocinios de la Colección Jumex y Fundación del Centro Histórico.
–¿Qué desea transmitir con Tierra Caliente?
–Varias cosas. Primero, darle voz a esta familia. Se lo merece, necesita denunciar lo que sucedió y sucede, ¡y no puede pasar desapercibido!… Lo que me conmovió mucho es que cuando el taxista desapareció una noche, a las cinco de la mañana del día siguiente ya lo buscaban unos cien taxistas, en un pueblo que cuenta con 800 personas. Segundo, eso nos habla que en México, a pesar de las circunstancias difíciles por las que pasamos, existe la solidaridad, el humanismo y el sentido de comunidad y de defender un lugar.
“Los mexicanos no podemos quedarnos sólo diciendo: ‘¡Qué fatal!’. Si te quedas en la tragedia, ¿dónde está la propuesta? Para mí, la propuesta es decir: estas personas, a pesar de que ya vivieron la tragedia en carne propia, siguen adelante y quieren que las cosas se solucionen. Desean un mejor México y esto me motivó mucho a filmar. En México hay más gente buena que malosos. Sería una pena que digamos: ‘¡Está todo perdido!’. ¡De ninguna manera, hay que ver cómo está luchando la gente por los 43 desparecidos en Iguala, debemos salir adelante!”
La película se ocupa de los normalistas desaparecidos en Guerrero y muestra escenas de marchas al respecto.
–Hace tres años y medio, tiempo que tardó en realizar el largometraje, ¿se imaginó que Guerrero iba a padecer toda esta situación?
–Cuando empecé el proyecto estaba muy difícil la situación, pero nunca me imaginé que se iba a llegar a lo de ahora. Cuando se ve lo de los 43 estudiantes, las voces de la familia me contestan: “Esto ha sucedido desde hace mucho tiempo, lo que pasa es que ahora fueron 43 juntos y al mismo tiempo”, por eso se volvió un escándalo internacional. Lo triste es que hay personas que sienten que no existen, no tiene un espacio para denunciar, pasan una situación así y a nadie le importa.
Preocupada, la directora agrega:
“No estamos en un país de estado de derecho. Que no se le tome en cuenta a esta gente me parece la peor de las tragedias.”
–¿Se involucró mucho con la familia?
–Fue difícil tomar distancia…
“Imagínate la cantidad de horas que me llamaban, ¡cientas! Tuve que crear un proceso para poder digerir la información. Incluyo una fiesta de la familia que festeja un cumpleaños y una velada donde cantan, a pesar de su situación. La cultura mexicana tiene tanto color, que hay mucha belleza… Obviamente padecían mucha tristeza y muchos momentos muy difíciles.
“Me puse un ejercicio: mientras escuchaba las grabaciones, como también vengo de las artes plásticas, yo dibujaba. Tengo más de 250 dibujos que realicé cuando estaba escuchando las grabaciones para poder digerir el material y ponerle una distancia, por el bien de la misma pieza porque se debe seleccionar de las grabaciones. Es muy difícil eso. Eran demasiadas horas, para los 80 minutos que dura el largometraje.”
–¿Habló con la familia de por qué no les hacen caso y por qué es tan violenta la zona?
–Sí, conversamos mucho al respecto. ¿Por qué es violenta la zona?, porque es Tierra Caliente, pasional, y a diferencia de otros estados en México, la gente de Tierra Caliente acostumbra a tener armas en su casa. Esa gente tiene otro temperamento; pero también tienen una riqueza cultural tremenda de música, en artesanías, en fin. La cultura de Tierra Caliente es muy bonita, desgraciadamente se opaca por esta situación. No hay una respuesta fácil…
“Por ejemplo, es un lugar que está lejos de la frontera de Estados Unidos y, sin embargo, tiene una influencia cultural estadunidense enorme, muchos de los pueblos de Tierra Caliente están vestidos como cholos. ¿Cómo es que hay tanta relación con la cultura estadunidense? Esas interrogantes son muy difíciles de contestar, tenemos que hacer un análisis realmente profundo de la cultura y Guerrero se ha puesto muy violento por el opio (sic), y lo que sucede es un pleito de territorios brutal, y al gobierno se le salieron de control las cosas. La región es tierra de nadie.”
–En la película, la familia, interpretada por los actores, se encuentra en una fiesta, y como si nada hablan de secuestros y de personas asesinadas, ¿cómo ve que sea común que se hablen de esos temas y ante los niños?
–¡Es escalofriante!, por eso esa es la escena con la que empieza la película. Comen pastel y celebran un cumpleaños y hablan de la violencia como si estuvieran diciendo: “Pásame la sal” o “¿De qué sabor es el pastel?” Nos estamos acostumbrando a vivir así.
No obstante, cree que “no debemos aceptar la violencia” y de que “es momento de que nos unamos los mexicanos, como aquellos cien taxistas”, añade:
“Necesitamos resolver problemas muy de fondo de México, como la educación, para producir más en nuestro país y consumamos más lo mexicano y menos lo extranjero, o será muy difícil que salgamos adelante. Vivimos un momento muy oscuro con la guerra del narco; pero creo que los problemas son mucho más profundos. En lugar de decir: ‘Construyamos más muros y que haya más policías’, necesitamos ver qué vamos a hacer con las futuras generaciones.”
–¿Por qué no se revela el nombre del taxista asesinado, ni los nombres de los integrantes de la familia?
–Porque no hacemos la película para buscar más tragedia. Lo que queremos decir es: “Podemos hacer mejor las cosas”. Ya no se trata de apuntar todo con el dedo; y sí hay una denuncia clara en la cinta, porque la hace la familia; no los atienden, el gobierno no les hace caso.
“Pero yo me quedo con la acción de los cien taxistas. Y mi perspectiva es todos podemos hacer algo. Está en nosotros buscar estar en mejores circunstancias.”
Concreta así la finalidad de Tierra Caliente:
“Espero que mucha gente de Guerrero se sienta identificada con esta película, y sepa que se está contando la situación, que no pasan desapercibidos. Y espero que incite a la reflexión para no sólo culpar, sino ver cómo podemos poner nuestro granito de arena en resolver el problema.” 

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