2/13/2017

Los periodistas pal café. . . .




Fue un triunfo de la capacidad ciudadana de discernimiento, por sobre el tradicional (y antes tan eficaz) aparato de manipulación y movilización organizado desde las cúpulas. Nunca antes la ausencia o el vacío habían subrayado de manera tan precisa la distancia entre los entes mediáticos, políticos, académicos y culturales, asociados o cercanos a los poderes (o críticos de ellos, pero en siempre cuidado revoloteo protagónico) y la conciencia y el ánimo populares adversos a los gobernantes (en este caso, en especial, un abierto encabronamiento contra Enrique Peña Nieto) y la clase política en general.
Y, sin embargo, tanto en la precaria aritmética de quienes sí fueron a las marchas (precaria respecto de las estimaciones de los convocantes, pero una participación muy valiosa por sí misma, en términos de esfuerzo independiente) como en la apabullante abstinencia de quienes no lo hicieron, fue un triunfo cívico por doble vía. No puede hablarse de derrota en el caso de quienes decidieron asistir a las marchas (las hubo en algunas ciudades del país y en la capital, donde, además, fueron dos: una, abiertamente gobiernista; otra, moderadamente crítica, deseosa de pancartas neutras, criticando mucho a Trump y un poco a Peña).
No fueron derrotados quienes sí decidieron manifestarse en las caminatas de ayer, a pesar de la evidencia de los propósitos distorsionadores, de las argucias y retorcimientos tan evidentes en las acciones de Isabel Miranda de Wallace (pero no solamente ella) y del grosero ánimo adelantado de explícito aprovechamiento expresado por el propio Peña Nieto (quien celebró la realización de las marchas, en inusual declaración interesada a reporteros, a los que normalmente no permite que le hagan preguntas), por su comisionado para el manejo del PRI, Enrique Ochoa Reza (tan grotesco en sus recientes posturas, declaraciones y acusaciones, que pareciera estar por dejar el cargo) y algunos otros funcionarios, consejeros electorales y personajes varios de la farándula política oficial tan repudiada a estas alturas.
Ganaron quienes sí marcharon, porque expresaron su repudio al villano extranjero, Donald Trump, pero buena parte de esos concurrentes también expresaron su rechazo abierto al villano interno, Peña Nieto, e incluso la propia distorsionadora, Miranda de Wallace, hubo de salir por piernas al final del desorganizado acto, entre gritos y acusaciones por su papel gobiernista, protegida por los miembros de su escolta personal.
Y, resistiéndose a ser jalados por la inercia generada desde pantallas, medios y líderes de opinión (recuérdese que los proponentes iniciales de un acto de unidad nacional de este tipo fueron Enrique Krauze, Jorge Castañeda, Héctor Aguilar Camín y Rubén Aguilar, en una mesa nocturna de análisis organizada por Televisa), triunfó el buen juicio de los ciudadanos que advirtieron a tiempo los signos del engaño, desdeñaron las proclamas patrioteras y no se prestaron al juego tan anunciado. A fin de cuentas, no prosperó la vertiente tramposa de la mencionada unidad nacional (al estilo de los peores tiempos del priísmo clásico), el cierre de filas en torno a la figura presidencial y la apertura de un periodo de borrón y cuenta nueva, en función del ogro transfronterizo, para beneficio de Peña Nieto, su grupo y sus aspiraciones de recomponer sus circunstancias, con la vista puesta en las elecciones de 2018.
Una muestra de que tal patraña no les funcionó a los estrategas del poder se pudo leer entre la noche del sábado y la madrugada del domingo, ya que durante más de siete horas estuvo como primer lugar en las tendencias nacionales de Twitter, y el 27 a escala mundial, la etiqueta #VibroContraPeña, que dio cuenta del encendido ánimo de quienes no deseaban el oficialista #VibraMéxico, tan emparentado políticamente con el #MoverMéxico que fue distintivo propagandístico del peñismo, sino un vibrar contra el actual ocupante de Los Pinos.
Pretender el escamoteo de ese factor fundamental de la movilidad cívica actual (el rechazo explícito y directo a Peña Nieto y sus políticas) fue una de las causas del fracaso numérico y político del domingo marchista soñado por las cúpulas. El enderezamiento de la mira contra el enemigo asentado en Washington, sin voltear a ver, para denunciar, la larga lista de agravios del grupo de Los Pinos contra el interés nacional, resultó absolutamente inaceptable para la gran masa convocada a volcarse en las calles para fortalecer al mexiquense al que, en todo caso, se le pedía que cumpliera con sus obligaciones (rendir cuentas, ser transparente, defender adecuadamente el interés nacional y, tal vez, que nunca se colocara las calcetas al revés), en un tono de crítica menor, rutinaria, ínfima respecto a los males percibidos por la población mexicana.
El saldo es importante, pero no definitivo ni irreversible: ganaron los ciudadanos (los que asistieron, al expresarse abiertamente, y los que no asistieron, al eludir las trampas originales) y perdieron los manipuladores desde las élites (por cierto, uno de los grandes apostadores en desgracia es el rector de la UNAM, Enrique Graue); el antaño aplastante poder de las televisoras y los medios de comunicación alineados fue rebatido y vencido desde las redes sociales de Internet, y el grotesco desenlace de las caminatas capitalinas, desarticulado, casi abandonado, con vallas para dividir a los de la marcha gobiernista (la de Miranda de Wallace) de la que se esperaba más libre (pero no tanto, la denominada #VibraMéxico), confirmó la creciente incapacidad operativa del aparato
gubernamental. Más protestas habrá, desde luego, no convocadas ni manipuladas desde los poderes. En ellas, los ciudadanos libres podrán encontrarse: no sólo es Trump sino, sobre todo, Peña.
Y, mientras todo apunta a que en Tepic, Nayarit, se ejecutó a personas inocentes y a presuntos jefes de grupos delictivos, en una muestra de letalidad oficial deseosa de reconocimientos en Washington, ¡hasta mañana!.Twitter: @julioastillero,Facebook: Julio Astillero,Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx



Ayer los mexicanos hicieron temblar a Trump… pero de risa. Hay que ponerle puntos a las íes. México sí necesita frente a sus amenazas una marcha de millones de manifestantes –colmando el espacio de Chapultepec y el Zócalo–, con el alma nacional levantada como un muro contra el muro gringo, un gentío con sus voces anudadas por el Himno Nacional, alumnos y maestros de la UNAM junto al rector, como en aquella marcha del 68. Pero esa marcha no fue la de ayer, sólo reunió a escasas 10 mil personas. ¿No les importan a los mexicanos las amenazas de Trump? Sí, y mucho. Pero los convocantes de #VibraMéxico (y todavía menos los de Mexicanos Unidos) en su mayoría no son de fiar. La versión esparcida por las redes sociales de que utilizarían la manifestación para apoyar al presidente de los gasolinazos enfrió los ánimos. La gente creyó más a las opiniones de líderes sociales independientes expresadas en Twitter que a Televisa. Fue lamentable la marcha de ayer, pero la idea de protestar contra Trump es buena y es necesario que personas de prestigio la retomen. El rector Enrique Graue está en libertad, aunque no es deseable, de hacer el ridículo en su ámbito personal. Sin embargo, utilizó las siglas de la UNAM. Eso no debe quedar sin reclamo de la comunidad puma.
Se refugió en un bar
Y hasta se revolcaría de risa Trump si sus servicios de inteligencia lo enteraran de que la potencial adelita Isabel Miranda de Wallace tuvo que huir de su marcha –factura aparte–, luego de que numerosas personas la abuchearan con gritos de asesina y fuera, fuera. Mexicanos Unidos logró reunir a unos mil 500 participantes, que quedaron a su suerte después de la huida de la señora Miranda de Wallace, quien se refugió en un Sanborns de Reforma.
Los buscan
FotoJavier Duarte ya no tendrá que esconderse solo, su ex jefe Fidel Herrera podría hacerle compañía. El gobernador Miguel Ángel Yunes Linares –némesis de Fidel– denunció que durante los sexenios de ambos priístas se adquirieron medicinas oncológicas falsas. Fidel renunció al consulado de Barcelona. Trascendió que pidió un amparo, pero el juzgado decimoctavo del séptimo circuito del Poder Judicial de la Federación, con sede en la ciudad de Xalapa, se lo negó. Podría ser detenido… si es que aparece. La lista de los fugitivos va creciendo.
Toledo, a salto de mata
Esta nota es del tipo que no les gusta leer a los presidentes. Suponen que el poder es eterno. Sin embargo, a veces no lo es. El ex presidente de Perú Alejandro Toledo anda a salto de mata. Su último paradero fue Francia; sin embargo, en las horas recientes se supo que estaría buscando asilo en otro país.Está acusado de recibir sobornos por 20 millones de dólares de la compañía Odebrecht. Existe la posibilidad de que se refugie en Israel para evitar su aprehensión, por la nacionalidad de su esposa, Eliane Karp. Sin embargo, las autoridades peruanas opinan que si bien no hay tratado de extradición con ese país, se cuenta con un precedente de colaboración. Hace unos años Perú autorizó el proceso judicial para retornar a Israel a un juez imputado por graves delitos. Bajo este marco jurídico de reciprocidad internacional se podría lograr, si Toledo solicitara asilo, su extradición. Como les digo, este tipo de notas les producen agruras a los presidentes.
Ombudsman social



El Partido Republicano ya tiene al presidente que quería. Las discrepancias que surgieron por los ataques de Trump en contra del establishment de ese partido y los insultos a varios de sus integrantes han desaparecido en un acto de mimetización, plegándose a los designios del nuevo mandatario. De buena o mala manera, han aceptado y apoyado las pifias y arbitrariedades que comete a diario. Hasta ahora, la más notoria fue la orden ejecutiva que firmó prohibiendo la entrada a EU a los ciudadanos de siete países cuya población es mayoritariamente islámica, independiente de ser residentes legales e incluso ciudadanos por naturalización. La torpeza con la que se emitió la orden ejecutiva sólo fue superada con la premura con la que se instrumentó. El presidente y sus asesores no tuvieron la precaución ni la delicadeza de consultar a quienes saben de cuestiones migratorias en el gobierno, ni tampoco con quienes legislan sobre estos asuntos en el Congreso. A consecuencia de la improvisación y pésima coordinación, se armó una baraúnda infernal en los aeropuertos y las puertas de entrada a EU. Los agentes de migración no tenían la menor idea de qué hacer con la diversidad de casos que se les presentaron. Pero ello no paró ahí. Ante las miles de protestas masivas en contra de tal arbitrariedad, al día siguiente tres jueces de un tribunal federal bloquearon la orden por ser inconstitucional. No obstante ese desacierto y la humillación que sufrió el presidente, buena parte de los republicanos justificó la medida y cerró filas con él.



Anuncié en la pasada columneta mi intención de dar a conocer (regodearme, diría, para ser puntual) dos malas noticias para don Don(ald) Trump y una pregunta al colérico e irascible presidente de Acción Nacional. En la primera parte no calculé lo que en 24 horas es capaz de realizar el desaforado e hiperquinético mandatario estadunidense. Debí agregar: y lo que se vaya acumulando, pues sus torpezas y sinrazones se producen a una velocidad que irremediablemente me supera. Yo tardo una semana en escribir y a él las 24 horas del día no le alcanzan para acabalar su cuota de tropelías. La única explicación posible es que el planeta es bastante amplio y discriminar, amenazar, agredir a la especie humana, embroncarse con todo el mundo en tan poco tiempo, no resulta cosa fácil: hay que echarle ganas.
Por otra parte, la duda que deseo plantearle a don Ricardo Anaya sigue en pie y la formularé con todo comedimiento y, de haber oportunidad, hoy mismo.
Empecemos, rutinariamente, por el principio. Es claro que, el carácter atrabancado y depredador que caracteriza el actuar del inimputable señor Trump (¿no me digan que no les recuerda a míster Fox, presidente del Colegio de Inimputables de México) lo convierten en una auténtica chiva en cristalería. Sin embargo, sus excesos lo llevan a enfrentar riesgos que me anonadan por su audacia e inconsciencia. Veamos el primer caso. Alegando el estricto cumplimiento de la ley, Trump decidió la expulsión de las mexicanas que no hubieran cumplido con los trámites migratorios vigentes y que hubieran sido madres en el territorio estadunidense. Sus hijos, ya ciudadanos de ese país, quedarían bajo la tutela gubernamental. Dura lex sed lex, alegaría don Don, si las palabras que de su idioma conoce fueran más de 200 y los latinajos no le sonaran a groserías. Trump se escuda en la norma jurídica e ignora las normas humanitarias, éticas, de convivencia civilizada, del elemental derecho de gentes. Jamás le ha importado proyectar una imagen positiva y grata de su persona, menos de su país. Tampoco le preocupa lo que los medios de comunicación opinen sobre sus ideas y sus acciones ¿O que a Zeus o Júpiter les importaban las columnetas del Olimpus’s Times o las del Panteón Post?




Una tras otra Donald Trump cumple sus xenófobas promesas de campaña, con especial énfasis en la deportación y las ciudades santuarios. Sólo una sociedad enferma puede avalar ese tipo de prácticas y Estados Unidos, muy al estilo de los tiempos secesionistas, está partido en dos, y en medio cuando menos 11 millones de personas corren el riesgo de ser víctimas de tales jaloneos, por el pecado de buscar en otra parte las oportunidades de vida que les niegan en sus respectivos países.
La política racista y xenófoba del energúmeno de la Casa Blanca lleva al extremo tal política y se niega a respetar las decisiones del aparato estadunidense de justicia, mientras mantiene oídos sordos al rechazo de buena parte de la comunidad internacional. Va por más y en la Casa Blanca contemplamos todas las opciones posibles, que incluyen un decreto totalmente nuevo y nuevas medidas en contra de los migrantes.
Prioridad del susodicho son los cerca de 11 millones de indocumentados que viven en Estados Unidos, quienes, de acuerdo con el Centro de Investigaciones Pew, se aglutinan en 20 grandes áreas metropolitanas con las poblaciones más grandes de Nueva York, Los Ángeles y Houston, de acuerdo con las nuevas estimaciones censales del gobierno.
El citado centro de investigación analizó tal situación (20 áreas metropolitanas albergan a seis de cada 10 migrantes no autorizados en Estados Unidos) y de su informe se toman los siguientes pasajes. Va, pues.
El estudio muestra que la población migrante indocumentada está altamente concentrada, más que la población estadunidense en general. En 2014, 20 áreas metropolitanas con la mayoría de los migrantes indocumentados fueron el hogar de 6.8 millones de ellos, equivalente a 61 por ciento del total estimado a escala nacional. Por el contrario, sólo 36 por ciento de la población total de Estados Unidos vivía en esas mismas áreas metropolitanas.
Pero el análisis también muestra que los indocumentados tienden a establecerse donde viven otros migrantes. Entre los legales –incluidos los ciudadanos naturalizados y los no ciudadanos–, 65 por ciento vivían en esas metrópolis.
Las mayores poblaciones de migrantes no autorizados estaban en las áreas metropolitanas de Nueva York y Los Ángeles (1.2 y un millón, respectivamente). Ninguna otra área metropolitana se acercó a un millón. Entre las 20 áreas principales, las poblaciones migrantes no autorizadas más pequeñas incluyeron a Orlando (110 mil), Florida y Austin (100 mil), Texas.
Cinco de las 20 metrópolis con mayor población de indocumentados están en California: Los Ángeles, Riverside-San Bernardino, San Francisco, San Diego y San José. Tres (Houston, Dallas-Fort Worth y Austin) están en Texas.
Algunas de esas áreas podrían verse afectadas por la promesa de la administración Trump de tomar medidas contra localidades que no cooperen con funcionarios federales en la identificación de los migrantes no autorizados. La orden ejecutiva del presidente promete recortar los fondos federales a esos santuarios. Los alcaldes de varias ciudades grandes han dicho que no cumplirán la orden.
Las 20 principales áreas metropolitanas para migrantes indocumentados han sido notablemente consistentes durante la última década. Diecinueve de los principales destinos metropolitanos para migrantes no autorizados en 2014 se ubicaron entre los 20 primeros de cada año durante la década anterior.
El conjunto de datos de la Oficina del Censo utilizado para este análisis no separa en todos los casos las ciudades de las áreas metropolitanas más grandes que las contienen. Pero tal distinción es posible para 11 de las 20 principales. Dentro de ellas, las urbes con mayor población de migrantes indocumentados incluyen a Nueva York, con un estimado de 525 mil; Los Ángeles, 375 mil, y Chicago, 140 mil. Otras con datos disponibles son Miami (55 mil), Denver (55 mil), Filadelfia (50 mil), Boston (35 mil), San Francisco (35 mil), Washington DC (25 mil) y Seattle (20 mil).



No obstante que los ingresos petroleros disminuyeron -9.0% en 2016, el ingreso presupuestario total aumentó 10.3% real en el año, alcanzando la cifra de 4 billones 840 mil 903 millones de pesos (Gráfico 1).
El gasto neto presupuestario, por su parte, aumentó 6.2% en el año y totalizó 5 billones 343 mil 759 millones, esto es, 612 mil millones más de lo autorizado por el Congreso, 4.732 billones.
Sin este gasto excesivo, el déficit fiscal público (-504 mil millones) habría sido un superávit, y no se diga el déficit primario (-24 mil millones). Tampoco habría sido necesario recurrir a más endeudamiento interno, el cual aumentó 543 mil millones de pesos para totalizar un saldo de 6.182 billones.
Los ingresos. En el año los in-gresos no petroleros ascendieron a 4.051 billones de pesos con un notable incremento de 15.1% sobre los de 2015 (Gráfico 2).
De este aumento total, desta-can los incrementos en la capta-ción del impuesto sobre la renta (ISR) 12.5%; al valor agregado (IVA) 8.9%; y a la producción y servicios (IEPS) 12.9% (del cual el correspondiente a las gasolinas y el diesel aumentó 22.5%). También destaca el aumento en los ingresos no tributarios (derechos, aprovechamientos y 239 mil m de remanente del Banco de México) de 30.4%.



La barbarie y obscenidad del nuevo gobierno estadunidense han generado resistencia extraordinaria manifiesta en las calles, en expresiones culturales y hasta en los tribunales, pero tal vez la más efectiva por ahora es la risa colectiva provocada por los grandes bufones.
Casi todos los días es común encontrar en los principales medios de noticias una reseña de un programa o de un comediante que confrontó a Trump y su gobierno; son noticia política, no de espectáculos. Los sketches y comentarios satíricos se vuelven virales. Y vitales.
De hecho, las conversaciones en los encuentros entre la gente suelen empezar con que si vieron lo último que hizo Saturday Night Live, o uno de los monólogos de los conductores cómicos de los programas nocturnos de charla y variedades, sobre todo los herederos de la tradición que se inició con Jon Stewart y su Daily Show: su sucesor Noah Trevor (https://www.youtube.com/channel/ UCwWhs_6x42TyRM4Wstoq8HA), como Stephen Colbert, ahora conductor de The Late Show en CBS (https://www.youtube.com/channel/ UCMtFAi84ehTSYSE9XoHefig), el cada vez más poderoso John Oliver con su programa semanal Last Week Tonight, en HBO (http://iamjohnoliver.com), y Samantha Ben con su programa Full Frontal (www.tbs.com/shows/full-frontal-with-samantha-bee.html), entre otros.
El poder de estos comediantes no sólo se ha intensificado con Trump y su gente, sino que el sujeto de la burla los ve y reacciona (durante la campaña solicitó que Saturday Night Live fuera cancelado por un sketch). Que un presidente repetidamente se queje, y hasta amenace, a un comediante o un programa no sólo da mayor satisfacción a estos artistas del humor, sino que multiplican su público. No hay nada que más desee un humorista ahora que un tuit insultante del ocupante de la Casa Blanca.




En su segundo congreso (Vistalegre II), el partido español Podemos saldó las diferencias en su seno con una holgada victoria para su secretario general, Pablo Iglesias, y una inocultable derrota de quien ha sido hasta ahora el secretario político, portavoz del grupo parlamentario y número 2 del partido, Íñigo Errejón. Las bases se decantaron por las propuestas programáticas del primero y por sus candidatos al Consejo Ciudadanos, y lo ratificaron en forma abrumadora en la secretaría general.

Solidaridad de exiliados argentinos con el pueblo mexicano
Quienes en la siniestra época de la dictadura militar debimos dejar nuestro país y fuimos generosamente recibidos en México hacemos llegar nuestra solidaridad a los hermanos del pueblo y la nación mexicanos en su resistencia ante la inaceptable agresión verbal del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, repudiando los actos de su gobierno contra la soberanía y la economía nacionales, como así también las amenazas a la condición jurídica, social y cultural de los millones de mexicanos que viven y trabajan al norte del río Bravo.

En los últimos días asistimos a una vasta campaña de intoxicación ideológica y propagandística a través de los prin­cipales medios bajo control monopólico privado, que pusieron en práctica técnicas para la fabricación del consentimiento y todo un sistema de adoctrinamiento clasista, para forzar a una marcha patriótica y una falsa unidad nacional entre los vendepatrias y saqueadores de México, y sus víctimas, las mayorías empobrecidas.

Sin haber realizado la más mínima consulta a la comunidad universitaria, el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el doctor Enrique Graue, comprometió la semana pasada a la máxima casa de estudios como convocante formal a las fallidas marchas de Vibra México que tuvieron lugar ayer. Hizo lo mismo el doctor Pedro Salazar, director del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM, al sumar a la iniciativa la entidad académica donde labora un servidor. Otras autoridades universitarias a lo largo y ancho del país hicieron lo mismo.

La propuesta del Congreso Nacional Indígena (CNI) circula aun en medio de confusión y desconcierto, porque se insiste en inscribirla dentro del marco mental y político dominante. Hay resistencia a su llamado a desgarrarlo.

El pasado 2 de febrero se celebró el Día Mundial de los Humedales, instituido hace 40 años como forma de conmemorar la firma del convenio internacional sobre esos importantes ecosistemas y que tuvo lugar en la ciudad de Ramsar, Irán. Al convenio se han adherido decenas de países y es uno de los más importantes destinados a conservar y utilizar racionalmente la flora y la fauna del planeta.

La situación económica y política va a seguir siendo complicada. El ajuste que es necesario hacer, ciertamente profundo, no vendrá de modo automático y tendrá altos costos. Eso ya está ocurriendo.

Son los más colonizados de todos los ciudadanos en este gran enclave colonial posmoderno que se sigue llamado México. El susto que manifiestan las clases altas y medio altas es de otra índole de el de quienes han sido pollos subterráneos, invisibles, calladitos y aguantadores. Los primeros creen que basta con los negocios y hábitos trasplantados de allá para acá y de acá para allá como la montaron en Houston, La Jolla, Miami o donde quiera que las rentas sean altas, como nuestros pirrurris de exportación que reinan en los condominios de lujo de Central Park. Bilingües hasta el piquito, basta hojear su prensa social y del corazón, sus redes ídem, sus códigos de consumo y pensamiento, su caló y su estilacho, para comprobar que viven, o creen vivir, en otra parte. En el colonialismo, como en todo, hay de clases a clases. Los colonizados que piden unidad en torno a su poder son beneficiarios directos de la colonización estadunidense, sus promotores, cómplices, mayordomos. Sus valedores.

Hace unos días regresé. Navegar por el río Usumacinta, arropado por el fuego de la felicidad de vivir y recordar los sentimientos más íntimos, nos invita a abrirnos a la memoria para dar paso al sol entre sombras incendiadas. En Yaxchilán, en la ribera de este río milenario, la arquitectura es un incendio que recrea las oportunidades de la aurora. Como ceibas sobre el fondo de los tiempos, los brazos de los hombres se levantaron para crear la más grande ciudad del mundo maya. Tuvo su esplendor en el tiempo llamado clásico, en los siglos VII y VIII, de nuestra era. Pájaro Jaguar y Escudo Jaguar fueron sus gobernantes de más gloria.

Foto
La realizadora polaca Agnieszka Holland Foto Afp


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