Hace una semana
exactamente, se difundió en estas páginas el hecho de que la delegación
mexicana será muy nutrida este año en la Berlinale, siendo nuestro país
el primer invitado de la nueva sección In Focus. Para no repetir la
información, añadiré sólo que es una lástima que no haya un largometraje
en la competencia internacional, lo cual hubiera redondeado la
participación. (A diferencia de Cannes, el festival de Berlín se ha
mostrado más reacio a incluir películas mexicanas en su concurso). Lo
más cerca que se estuvo en esta ocasión fue con el estreno del
documental La libertad del diablo, de Everardo González, dentro de la sección Berlinale Special.
A ojo de buen cubero, la competencia –compuesta por 18 títulos– es la
combinación usual de nombres más o menos famosos con nuevos talentos a
descubrir. De Latinoamérica sólo compite un par de películas: Joaquim, del brasileño Marcelo Gomes, y Una mujer fantástica, del chileno Sebastián Lelio (quien hace cuatro años presentó aquí su celebrada Gloria, que le valió el premio a la mejor actriz).
Entre los consentidos de los festivales, está el prolífico sudcoreano Hong Sangsoo, que presenta Bamui haebyun-eoseo honja (algo así como Solo en la playa de noche), otra exploración más de los curiosos vericuetos del amor. Por su parte, el finlandés Aki Kaurismäki estrena Toivon tuolla puolen (El otro lado de la esperanza).
Cabe recordar que en los años 80 el singular cineasta fue un
descubrimiento del Foro Internacional del Cine Joven, la sección
berlinesa que durante años estuvo a la vanguardia, bajo la dirección del
ahora retirado Ulrich Gregor.
Nombres para los memoriosos son los de la británica Sally Potter (The Party), la polaca Agnieszka Holland (Pokot) y, sobre todo, el veteranísimo Volker Schlöndorff (Return to Montauk),
quien fue uno de los pioneros del llamado Nuevo Cine Alemán a mediados
de los años 60. Será interesante contrastar la obra de esos talentos
probados con la de los nuevos autores, como es el rumano Calin Peter
Netzer, que estrena Ana, mon amour, tras haber ganado el Oso de Oro en 2013.
Además de la cinta de Schlöndorff, el cine alemán estará representado por el documental Beuys, de Andres Veiel, y Helle Nächt (Noches brillantes), de Thomas Arslan.
Por otra parte, varios títulos figuran fuera de competencia, como El bar, del español Álex de la Iglesia; Logan, del hollywoodense James Mangold, y la muy
esperada Trainspotting 2, de Danny Boyle. Uno cuestionaría si la Berlinale es el lugar apropiado para estrenar las siguientes aventuras de Wolverine, pero en fin, así es esto del comercio.
Por lo pronto, el festival se inaugura hoy con Django, que no es otro western de Tarantino, sino una biopic
francesa de Etiénne Comar sobre el virtuoso guitarrista Django
Reinhardt. El comentario ahí se los debo, pues no creo llegar a la
función de prensa.
Twitter: @walyder
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