Cristal de Roca
Por: Cecilia Lavalle*
No
sé si era un día soleado o llovía. Desconozco si fue un lunes o un
jueves. Lo que sí sé es que han transcurrido seis décadas y aún nos
deben.
Un 23 de agosto de 1953, entró en vigor el acuerdo que nuestro país
firmó dos años atrás con la Organización Internacional del Trabajo
(OIT), que establece igualdad de remuneración.
“Todo Estado ratificante deberá promover y garantizar la aplicación de la igualdad de remuneración por trabajo de igual valor”.
Y resulta que el Estado nos sigue quedando a deber.
Y no sólo nuestro Estado. En general los Estados del mundo le han quedado a deber a las mujeres.
Datos de ONU Mujeres indican que, a nivel mundial, las mujeres ganan
en promedio 24 por ciento menos que hombres que realizan un trabajo
similar o de igual valor.
Eso significa que, por ejemplo, si un hombre y una mujer tienen un
trabajo con las mismas responsabilidades y el mismo horario, el gana 100
pesos y ella 76; es decir, 24 pesos menos.
La brecha más grande se registra en Asia Meridional, donde las
mujeres ganan hasta 33 por ciento menos. Le sigue África Subsahariana
con una brecha de 30 por ciento.
Y antes de que líderes de países occidentales desarrollados se
levanten de su silla y sonrían como diciendo “ya ven, Occidente es casi
el paraíso”, deben saber que la brecha más corta se registra en Oriente
Medio y el norte de África: 14 por ciento.
La segunda región con menor brecha es América Latina y El Caribe.
Aquí, las mujeres ganamos en promedio 19 por ciento menos que hombres
que realizan un trabajo igual o similar.
En las regiones desarrolladas, la brecha es de 23 por ciento; en
Europa central y oriental, así como en Asia central, 22 por ciento; y en
Asia oriental y el Pacífico 20 por ciento.
En México se ha dicho que las mujeres ganamos entre 16 y 18 por
ciento menos. Pero Estefanía Vela Barba (“La discriminación en el empleo
en México”, Conapred, 2018) encontró datos puntuales.
En el nivel medio (profesionistas, técnicas/os), las mujeres ganan 10
pesos menos la hora. Y, conforme se asciende, la brecha se hace más
grande. Así, a nivel directivo, ganan 29 pesos menos la hora.
Hagamos cuentas: una mujer que trabaja en nivel medio gana: 10 pesos
menos la hora que su compañero, lo que es igual a 80 menos al día, 2 mil
400 menos al mes, 28 mil 800 pesos menos al año.
Y una mujer en cargo directivo gana: 29 pesos menos la hora, lo que
es igual a 232 menos al día, 6 mil 960 al mes, 83 mil 520 pesos menos al
año que su compañero de igual nivel.
Duele, ¿verdad?
El problema tiene base y nombre. Se llama género. Es decir, a partir
del sexo con el que tuviste a bien nacer se conforman una serie de
prejuicios que terminan por impactar todos los ámbitos de la vida de las
personas, en este caso, el salario.
Son muchos los prejuicios, pero en mi experiencia el más común es: “el hombre debe ganar más porque es el sostén de su familia”.
En primer lugar, esa presunción no es asunto del empleador. A trabajo
igual, salario igual. Punto. Pero además, esa afirmación a menudo es
falsa. Cada vez más mujeres son las principales o las únicas proveedoras
en su hogar.
De modo que va siendo hora de que el Estado haga cumplir ese acuerdo y
pague lo que nos debe. Porque no hay manera de que un país avance con
semejante desigualdad.
*Periodista de Quintana Roo, feminista e integrante de la Red Internacional de periodistas con visión de género.
Apreciaría sus comentarios: cecilialavalle@hotmail.com @cecilavalle
CIMACFoto: César Martínez López
Cimacnoticias | Ciudad de México.-
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