Esta cifra se ha logrado con ‘‘disciplina y
transparencia’’ en el ejercicio presupuestal, sostiene
Omar Monroy,
titular de la Unidad de Administración y Finanzas de esa dependencia
federal
▲ Fachada del edificio arrendado por la Secretaría de Cultura federal en la capital de Tlaxcala.
A siete meses del cambio de administración, Omar Monroy,
titular de la Unidad de Administración y Finanzas de la Secretaría de
Cultura federal (SC), afirma que la dependencia ha ahorrado más de 90
millones de pesos, en comparación con el gasto que esa instancia tuvo en
el primer semestre del año pasado.
En esa cifra incluye el ‘‘ahorro” en ‘‘servicios personales”, es
de-cir, en sueldos, ‘‘sin tomar en cuenta el seguro de separación
individualizado y el seguro de gastos médicos mayores”, que ya no se
pagan.
De acuerdo con datos obtenidos por La Jornada a través de la
Plataforma Nacional de Transparencia, tan sólo en el primer trimestre,
en el sector cultura (que incluye a la SC y los institutos nacionales de
Bellas Artes y Literatura y de Antropología e Historia) dejaron de
trabajar más de mil personas.
Como se publicó en estas páginas (La Jornada, 8/3/19), los
motivos van de la ‘‘renuncia voluntaria” y ‘‘asuntos personales” a la
terminación de contratos, sobre todo entre trabajadores eventuales o
bajo los esquemas de contratación conocidos como capítulos 1000 y 3000.
Técnicamente no se trata de ‘‘despidos”, pero en los hechos lo son,
han acusado los trabajadores hoy desempleados, a los que se les adeudan
finiquitos o están a la espera de recontratación. En la Secretaría de
Cultura dejaron de prestar sus servicios más de 300 personas en ese
periodo.
La cifra global de mil 189 ‘‘desempleados” del sector cultura durante
los primeros meses del gobierno de la austeridad, con sus matices, no
es fija, pues muchas personas esperaban en abril la autorización de
presupuesto para su recontratación, al tiempo que se incorporó nuevo
personal.
Nada de asesorías externas
En entrevista con La Jornada, Omar Monroy dice
que para la Secretaría de Cultura el presupuesto con el que se cuenta
para 2019 ‘‘es suficiente. Claro, siempre las necesidades son más, pero
ejerciéndolo con disciplina y transparencia estamos logrando ahorros y
avances en políticas que tenemos internamente, como no autorizar
asesorías que puede realizar el personal que ya trabaja aquí”.
La Secretaría de Cultura tiene autorizado ejercer este año 12 mil 894
millones de pesos, añade el funcionario, cifra que ‘‘es menor só-lo en
22 millones respecto de loque se tenía para 2018 cuando, además, se
tenían mil 200 millones que se otorgaban como donativos a asociaciones
civiles, es decir, lo etiquetado por la Cámara de Diputados”.
Por eso, ahora que ya no existen los etiquetados, la dependencia
federal tiene ‘‘mil millones más para el gasto operativo de la
secretaría”, señala Monroy, ‘‘lo cual incluye los recursos para
programas nuevos como Cultura Comunitaria y el presupuesto de apoyos a
la cultura a través del programa de reglas de operación”.
Otros ahorros, ‘‘de alrededorde 9 millones y medio de pesos”, se dan
en rubros como viáticos, combustible, comisiones al extranjero,
jardinería y renta de edificios; ‘‘por ejemplo, el inmueble que
actualmente ocupan el Fonca y el Sistema de Fomento Musical se va a
desalojar, por tanto, ya no se pagará la renta del edificio de Sabino 63
en la colonia Santa María la Ribera que era de más de 10 millones de
pesos anuales”.
Monroy aclara que al inicio de la presente administración, la SC
tenía asignado el presupuesto en rubros ‘‘que inercialmente dictaba la
Secretaría de Hacienda y Crédito Público, la injerencia que nosotros
tuvimos sobre ese presupuesto sólo fue en los dos programas nuevos:
cultura comunitaria y reconstrucción, para todo lo demás es el
presupuesto inercial con ajustes de arranque, con eso comenzamos a
trabajar pero no está acorde con las nuevas necesidades de la
institución, porque hay recursos en partidas que para este ejercicio ya
no estamos utilizando.
‘‘Por ejemplo, en 2018, de la partida 33901 (destinada a la
subcontratación de servicios con terceros) que se utilizó en la oficina
del oficial mayor se ejercieron 28 millones 308 mil 278 pesos, para 2019
esa unidad sólo tendrá un gasto de 389 mil pesos, esos son los ahorros
más significativos que tendremos. Los ahorros se distribuirán en las
unidades que tengan más necesidades de gastos.”
Otro ejemplo que puso el funcionario fue respecto de los servicios de
jardinería, en los que ‘‘se prevé un ahorro de 2 millones 378 mil
pesos; además, en el aseguramiento de bienes patrimoniales deberíamos de
tener un ahorro, pero si consideramos que ahora tenemos aseguradas
todas las instalaciones de Los Pinos, el ahorro es de 3 millones 332 mil
pesos, cuando en realidad calculábamos un ahorro de 5 millones.
‘‘Todo ello es solamente negociando de manera diferente los
contratos, como el servicio de arrendamiento vehicular, en el que el
ahorro es de 4.8 millones”. En mayo, la directora de Recur-sos
Materiales y a Servicios Generales de la secretaría, Leticia Brígida
Cadena Gutiérrez, en atencióna una solicitud de información, dio a
conocer que la dependencia gasta al mes un millón 989 mil 960 pesos por
el arrendamiento de129 vehículos, todos ellos provenientes de la empresa
Casanova Vallejo.
Ese gasto es de casi 24 millones de pesos al año. Según la
dependencia, ‘‘ningún funcionario público tiene asignado un vehículo, ya
que son utilizados para las actividades y funciones sustantivas de las
unidades administrativas”. La oficina de la secretaria de Cultura tiene
asignados 10 automóviles y la dirección general de Comunicación Social
cinco, al igual que la dirección general del Centro Nacional de las
Artes.
Entre otros ‘‘gastos superfluos” que se eliminaron de la secretaría
‘‘por no adecuarse a la esencia de lo que es la nueva administración”,
Omar Monroy dijo que la anterior oficina de la secretaria de Cultura se
gastó en tintorería 80 mil pesos y que tenía un contrato con un
proveedor de alimentos ‘‘para tener siempre llena la despensa” por 663
mil pesos al año.
‘‘Son gastos que ya no van con nosotros, claro que a veces se
requerirá mandar algo a la tintorería y se pagará, pero no se necesita
tener un contrato firmado por 95 mil pesos, donde afortunadamente sólo
se gastaron 80 mil.
‘‘Ahora estamos teniendo una disciplina muy exigente con el gasto de
todas las unidades porque tenemos el mandato de que lo que es
fundamental en la secretaría, lo que le da vida, eso no se verá
afectado”, concluye el funcionario.
Foto Cristina Rodríguez
Mónica Mateos-Vega
Periódico La Jornada
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