7/02/2019

México SA de Carlos Fernández-Vega


AMLO presume músculo
Urge resolver pendientes

Un año después de su arrasadora victoria electoral, Andrés Manuel López Obrador presume músculo, y tiene mucho. La concentración de ayer en el Zócalo capitalino así lo confirma, pero es hora de que esa enorme fuerza se traduzca en hechos contantes y sonantes, pues la tarea por realizar es enorme y la transformación no se concretará por decreto ni por discurso.
Ese músculo debe servir para hechos tangibles, para resultados positivos permanentes. De otra forma, tenderá a la flacidez. En este contexto, el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico analiza algunos pendientes y toca ciertas fibras que deben ser consideradas. Va, pues.
El bienestar de la población depende, fundamentalmente, del ingreso económico que las familias obtienen por el empleo o la ocupación desempeñada en el sistema productivo. Cuando la economía no crece o lo hace marginalmente se restringe el desarrollo social de toda la nación.
La creación de empleo formal ha sido una de las principales fallas del modelo económico mexicano durante los últimos 40 años. Por ello se tiene a un México informal en materia laboral: 57 por ciento de la población ocupada se encuentra en esa situación. Sólo el empleo registrado ante el IMSS (20 millones) y los 5 millones de trabajadores adscritos al sector público en sus tres niveles viven en la formalidad. Los otros 32 millones de ocupados se encuentran en la informalidad. La válvula de escape a las crisis recurrentes que México ha enfrentado se ha convertido en una losa socioeconómica.
La calidad y cobertura de los sistemas públicos de educación y salud configuran otra parte de los elementos esenciales del bienestar social. El primero es de largo plazo y permite que las personas adquieran los conocimientos que requerirán en su vida, tanto en lo laboral como en lo cultural. Un sistema educativo de calidad crea las bases de la convivencia social. La mala educación facilita el deterioro de la cohesión social. Un sistema de salud de calidad permite atender coyuntura y largo plazo: solventa las urgencias y previene la aparición de enfermedades que pueden afectar a los mexicanos. Ahora, el acceso a los sistemas de salud se encuentra condicionado a contar con un empleo formal, al que registra el IMSS. Tener una ocupación en la informalidad genera un ingreso, pero cierra la puerta a la cobertura básica de seguridad social.
La precarización del mercado laboral ha provocado la deserción de niños y jóvenes del sistema educativo, sobre todo en los niveles medio superior y superior. Sin estabilidad laboral se merma el ingreso económico y con ello crece en los niños y jóvenes la necesidad de trabajar; la consecuencia es una mayor deserción escolar. Se requiere mayor inversión: sin ella no hay crecimiento, generación de empleo formal ni mayor bienestar social. Es una condición básica.
En los últimos 40 años el gasto público ha buscado, sin éxito, atender las deficiencias del modelo económico: misión casi imposible cuando la economía no crece y genera empleo informal. Cuando las cifras de ocupación y empleo se deterioran se puede inferir que lo mismo ocurrirá en la vida diaria de las familias mexicanas.
Los efectos laborales de la desaceleración económica se resumen así: sólo 9 entidades federativas muestran un incremento en el empleo formal desde el inicio del sexenio y hasta mayo pasado; 73 por ciento de la pérdida de empleo formal registrado por el IMSS se concentra en 8 estados, entre ellos el de México, Nuevo León y la Ciudad de México. Entre enero y mayo de 2019 el número total de empleo formal registrado ante el IMSS creció 303 mil 500, cifra que no compensa la pérdida de 378 mil plazas registradas en diciembre de 2018.
Es evidente que la desaceleración económica profundiza el desequilibrio social que se vive en lugares estructuralmente marginados, al tiempo que limita el desarrollo de aquellos estados que deberían ser parte del motor de crecimiento y bienestar.
Las rebanadas del pastel
Se trata, pues, de no fallar.
Twitter: @cafevega

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