Lev M. Velázquez Barriga*
La oligarquía nacional,
pero de intereses y alianzas trasnacionales que desmanteló y privatizó
las bases estructurales de la soberanía económica y se sirvió de
excepciones fiscales; la clase política conservadora que agudizó la
pobreza, la violencia y que creció a costa de la corrupción mientras
gobernó en medio del repudio social; la derecha legislativa que aprobó
la reforma educativa anterior poniendo al país al borde de la
ingobernabilidad; la ciudadanía civilempresarial y parasitaria que cree
ser el único sector con representación y voz autorizada para ser el
interlocutor de los intereses educativos de todos; las cabezas de los
organismos autónomos quefraguaron los fraudes electorales o que
heredaron al mundo la evaluación docente militarizada, y el oligopolio
de los medios de comunicación que no sólo negó la voz de los maestros,
sino que además montó una campaña de miles de millones para
desprestigiarlos con cargo al erario público, está construyendo un nuevo
relato de ofensiva contra la izquierda magisterial, cuyo mensaje
transversal es: nosotros no somos la mafia del poder.
En tiempos de la posverdad no es relevante la veracidad de lo que se
comunica, sino el impacto que tiene en la manipulación de la opinión
pública; la derecha aprendió de las neurociencias que para introducir en
la mentalidad de las personas sus ideas clasistas, racistas o
antilaborales, es más importante incidir en la emocionalidad que en la
racionalidad humana; los mensajes de odio o coraje fluyen más rápido por
los canales digitales o las redes sociales que la información profunda,
y tienen un impacto vertiginoso favorable a los grupos de poder.
Hay un concierto armonizado por la derecha educativa en México
jugando en estas dinámicas, buscando hegemonizar tendencias de opinión
irracionales, desproporcionadas y desinformadas a través de
posverdadesy fake news; como ejemplos parafraseo los siguientes mensajes en el contexto de la aprobación de las leyes educativas secundarias:
CNTE gana todo;
ceden a la CNTE dejar a su decisión la asignación de plazas docentes;
CNTE exige 50 por ciento de las plazas docentes;
la CNTE propone una educación para el conflicto;
la CNTE sólo son líderes sindicales corruptos y privilegiados que no representan a nadie;
la única voz que siempre se ha escuchado es la de la CNTE;
quieren bilateralidad para vender y manejar plazas; son la nueva mafia del poder.
En este intento de desplazamiento de los focos de tensión y de
atención que pesaron sobre las verdaderas élites de poder que nos
heredaron un desastre en todos los ámbitos de la vida nacional y cuyos
partidos de la derecha histórica fueron derrotados, los sectores
caciquiles y mercenarios del SNTE, de los que se sirvieron
electoralmente para llegar al gobierno o para pactar e instrumentar
todas las reformas educativas neoliberales, poco o nada se nombran, a
pesar de que la memoria histórica no perdona el olvido y los colocó en
las páginas negras de la corrupción como un lastre de la democracia. El
problema no son los privilegios ni las riquezas ilícitas de las cúpulas
del SNTE –pueden seguir ahí vegetando como una burocracia de oficina– el
problema son los contrapesos de las organizaciones magisteriales
independientes que sí responden a sus agremiados exigiendo respeto al
derecho laboral y pugnando en la praxis, más que en el discurso, por una
educación para la sustentabilidad de la civilización humana y no para
la transferencia de habilidades rentables al sector de la iniciativa
privada.
Este discurso de la derecha no es espontáneo ni tampoco recoge la
suma de voces individuales compartiendo la misma idea, es la estrategia
de los tanques de pensamiento financiados por los corporativos
económicos dispersada a través de los medios de comunicación de su
propiedad, de intelectuales orgánicos que monopolizan varios espacios de
debate y de opinión, de redes sociales que aparentan neutralidad, de
foros para quien no necesita que le abran audiencias alternativas porque
ya tiene las del oligopolio de la comunicación.
Pero en esa estrategia no sólo se pretende desplazar el foco de
tensión y atención sobre la influencia decisiva de los grupos de poder
en las leyes educativas; se trata de generar una corriente de
conformismos y desmovilizaciones en los sectores de contrapeso; parte
del éxito de la
posverdadradica en comunicar lo que quiere ser escuchado, de ahí que sentencias fatales y absolutistas como
CNTE gana todoo
Sepultan reforma CNTE y Morena, pretendan instalarse en la subjetividad de los movimientos magisteriales ávidos de adjudicarse victorias completas luego de largos periodos de lucha sostenida contra los proyectos de la oligarquía.
La cortina de humo de la derecha se corre con mucha rapidez, los
matices de las leyes educativas son cada vez más oscuros a la mirada de
los docentes organizados; el escenario de lucha de la CNTE se desplaza
hacia las sinapsis de la reforma educativa y se aleja de la matriz
neuronal establecida en el contexto de la Constitución; si la geografía
de las resistencias se regionaliza por entidades y secciones, la amenaza
de diluir la fuerza magisterial más sólida a escala nacional quedará
latente. Frente a la
posverdadcomo estrategia persuasiva de manipulación de la oligarquía, sólo nos queda la racionalidad crítica, aunque a veces incomode a las inercias del movimiento magisterial.
*Doctor en pedagogía crítica
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