En tiempos neoliberales, la tan cacareada
competitividad mexicanase basó en salarios muy bajos (entre 10 y 15 veces menores a los pagados en Estados Unidos y Canadá), con mano de obra calificada, pero ínfimas percepciones. De 1982 en adelante el deterioro salarial en nuestro país no sólo fue brutal, sino permanente como parte central de la política laboral del régimen.
Del inicio sexenal de Miguel de la Madrid al cierre del
correspondiente a Enrique Peña Nieto el salario mínimo nominal en México
se incrementó 25 mil por ciento, en números cerrados, mientras la
inflación general acumulada en el mismo periodo fue superior a 63 mil
200 por ciento, es decir, 2.5 veces más que el supuesto
avancedel miningreso, de tal suerte que la
recuperacióndel poder adquisitivo fue una de las tantas mentiras neoliberales. Sin embargo, la escalada de precios de la canasta básica fue sustancialmente mayor.
He ahí la enorme competitividad, mientras las ganancias del
gran capital crecían como la espuma. Con la llegada de López Obrador a
la Presidencia de la República el aumento al salario mínimo fue mayor a
16 por ciento, una proporción elevada si se compara con las autorizadas
por administraciones anteriores, pero a todas luces insuficiente. De
hecho, México se mantiene en los últimos lugares del mundo en lo que a
salario mínimo se refiere.
Lo anterior viene a colación, porque ayer el presidente López Obrador dijo:
tenemos que mejorar los sueldos de los trabajadores; ya estamos avanzando. Por primera vez en 36 años aumentó el salario mínimo en 16 por ciento. Nunca volverá a suceder lo que hicieron en 36 años: aumentaba el salario por debajo de la inflación y eso, en la realidad, significaba pérdida del poder adquisitivo.
Para tener una idea, detalló el mandatario,
hace 30 años un salario mínimo alcanzaba para comprar 50 kilos de tortilla, y ahora a pesar del aumento de 16 por ciento, el salario mínimo alcanza para comprar seis kilos de tortilla. Así se deterioró el salario en todo el periodo neoliberal. Y me puse a investigar de cuánto era el salario mínimo en Guatemala, Honduras y El Salvador, y me llevé la sorpresa de que en esos tres países centroamericanos es del doble que en México; fíjense en qué niveles estamos de deterioro económico-social.
El Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la UNAM ha
documentado que la pérdida de poder adquisitivo ha sido brutal. Por
citar sólo algunos casos, con un salario mínimo en 1982 un trabajador
compraba 18.6 litros de leche; para 2018 apenas adquiría cuatro litros.
En el caso de la tortilla la relación pasó de 51 a seis kilogramos; el
pan (el que se come), de 280 a 44 piezas; huevo, de casi nueve a tres
kilogramos; y frijol de 12 a tres kilogramos.
En el neoliberalismo, subraya el CAM, el precio de la canasta
alimentaria recomendable se incrementó casi 10 veces más que el salario
mínimo general.
El saldo del 1º de enero de 1982 al 26 de octubre de 2018 arroja una pérdida acumulada del poder adquisitivo del salario de 88.71 por ciento, utilizando como referencia dicha canasta, misma que considera productos básicos de orden alimentario y que son alimentos sin procesar. El tamaño del despojo es gigantesco, pues equivale a tener hoy en día un poder de compra en términos reales de tan solo 11 centavos de un peso de 1982. ¿Quién se quedó y por qué con los 89 centavos restantes?
López Obrador recordó que
cuando empezó el auge en China decían que tenía como ventaja comparativa que pagaba muy bajos salarios y que por eso el país se convirtió en la fábrica del mundo, pero ahora resulta que el salario en China es superior al de México.
Así es. Tan reducidos son los salarios en México, que hasta las empresas chinas vienen a nuestro país para aprovechar su competitividad.
Las rebanadas del pastel
Algunos creen que la mariguana es la causante de los
severos estragos cerebrales de Vicente Fox. Otros dicen que es por
Martita. Pero no: su cretinismo es congénito.
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