Este día fue instaurado por la Conferencia Mundial
de la Coalición Contra el Tráfico de Personas en coordinación con la
Conferencia de Mujeres que tuvo lugar en Dhaka, Bangladés, en enero de
1999. Fue un 23 de septiembre, en el año 1913, cuando se promulgó la
primera norma legal en el mundo contra la prostitución infantil: el país
pionero fue Argentina con la denominada “Ley Palacios”.
Si el pasado viernes, 20 de septiembre
se convocaron concentraciones masivas por la noche para encender el Estado con
luz violeta, ante la necesaria emergencia feminista por los continuos
asesinatos de mujeres, no podemos perder de vista que el lunes 23
conmemoraremos otra fecha importante para los derechos de las mujeres y de la
niñez.
No debemos olvidar que detrás de toda
crisis humanitaria existe un gran negocio de trata de personas con diversos
fines: Explotación laboral, sexual, trabajos forzados, tráfico de órganos etc.
La trata de personas se ha convertido en la esclavitud del siglo XXI y en un
gravísimo atentado a los Derechos Humanos de todas las personas que han sido
compradas y vendidas en todo el mundo.
Quizás el fin más conocido de este
lucrativo negocio sea la trata de mujeres y niñez con fines de explotación
sexual. Y este negocio lo relata muy bien la película “El Proxeneta”
de Mabel Lozano. En dicho film se hace un recorrido sobre la evolución de la
prostitución y, a su vez, un recorrido por la vida emocional e incluso física
de las víctimas de esta trata de mujeres que son convertidas en prostitutas con
el único objetivo de esclavizarlas para que la máquina de ganar dinero no solo
no se pare, sino que aumente continuamente.
La Organización Internacional del Trabajo
(OIT) calcula que existen, aproximadamente, 21 millones de personas en el mundo
víctimas de trabajos forzosos que, por supuesto, incluye a las víctimas de
trata para la explotación sexual. Según dicho informe, todos los países están
afectados por la trata ya sea como país de origen, tránsito o destino de las
víctimas.
Lo más duro de las cifras es que 30 por
ciento de las víctimas son niños y 70 por ciento son mujeres y niñas. Esta
forma de esclavitud moderna se ceba mayoritariamente en las mujeres y en las
niñas puesto que representan 99 por ciento del lucrativo negocio de la prostitución,
pero además son 58 por ciento en otros sectores de trabajos forzados como el
trabajo doméstico, por ejemplo. Solo en la prostitución se calcula que hay
esclavizadas más de 4.8 millones de mujeres en el mundo, víctimas del doble
estigma: ser compradas es sus países de origen, habitualmente pobres, y ser
vendidas para ejercer la prostitución.
La pobreza y las guerras son
habitualmente las situaciones que empujan a las mafias a buscar seres humanos
con los que tratar con fines delictivos. A dichas mafias no les importa para
nada sus Derechos Humanos. Lo único que buscan es aumentar sus beneficios a
toda costa, sin importar para nada ni los Derechos Humanos, ni la dignidad de
las víctimas.
Desgraciadamente el Estado Español es
uno de los principales destinos de la trata de mujeres de entre 18 y 25 años sobre
todo de Nigeria, Rumanía, China, Brasil y Bolivia llegan a España en su mayoría
con fines de explotación sexual.
Y lo que es peor, la propia Fiscalía también denuncia
que en España no están
tipificados los delitos de esclavitud, servidumbre y trabajo forzoso como
delitos propios e independientes, lo que considera como “una de las
mayores carencias de nuestro ordenamiento jurídico penal”.
Como
vemos es más que necesario seguir denunciando estas situaciones y seguir
haciendo pedagogía para evitar que estas situaciones que generan graves
consecuencias para las víctimas, no se den. Y como ciudadanas y ciudadanos que
creemos en la libertad de las personas, de todas las personas, tenemos que
actuar, cada cual desde su posición, para evitar tanto sufrimiento a tantas
personas.
Las víctimas extranjeras de trata con fines de explotación sexual
“quedan bajo una cobertura de muy dudosa eficacia” en España, no existe
un régimen de protección integral de este colectivo y los casos que
finalmente se investigan en la Fiscalía General del Estado “son solo la
punta de un iceberg”.
CIMACFoto: César Martínez López
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