MONTERREY, N.L. (apro).- Pobre astronauta Roy
McBride (Brad Pitt). Después de 30 años de llorarle, luego de perderse
en una misión en Neptuno, se entera que su padre, Clifford (Tommy Lee
Jones), está vivo. Y hasta allá va el buen hijo, sin conocer nada de la
suerte del científico, que se extravió con su tripulación en los bordes
del sistema solar, buscando vida extraterrestre.
‘Ad Astra: hacia las estrellas’ (Ad Astra, 2019) es una espectacular
propuesta de ciencia ficción en la que el director y guionista James
Gray mezcla la emoción de un viaje interplanetario de varias estaciones,
con una introspección del navegante del espacio, que se siente obligado
a confrontar los fantasmas del pasado para continuar con su vida,
arruinada desde que inició aquella inexplicable y prolongadísima
ausencia.
Pitt se luce, como siempre, en su rol del astronauta intrépido,
dispuesto a exponerse a mil peligros, aunque enfrentando permanentemente
sus inseguridades en la Tierra. Pero nadie puede negar su inmenso amor,
pues está dispuesto a recorrer millones de kilómetros, e incluso
traspasar los límites de la ley, para llegar hasta donde se encuentra su
papá.
La presentación de Roy es con una escena espectacular en la que miles
de personas como él se ven afectadas a nivel global debido a una falla
ocasionada por una fuerza procedente del espacio exterior. Toda la
película contiene numerosos efectos especiales de calidad excelsa. Las
tomas muestran un nivel muy desarrollado de tecnología para traer
recreación de escenarios en la nave, en caminatas espaciales, en
travesías lunares.
Dentro de todo ese ambiente futurista galáctico, es evidente que la
película es mucho más de aventuras que de viaje interior. Aunque el
personaje se cuestiona su presencia en el espacio y medita sobre el
significado de la existencia, no se aproxima, siquiera, al canon, como
‘2001: Una Odisea en el espacio’ (2001: an Space Odyssey, 1967), de
Kubrick, o a esa otra perla no tan conocida, ‘Alerta Solar’ (Sunshine,
2007), de Boyle.
En su interés por propulsar la adrenalina, Grey inserta un par de
escenas de acción, que son muy buenas porque están filmadas con
delicadeza y muestran con sutil belleza momentos de violencia brutal.
Sin embargo, son completamente gratuitas, lo que mueve a suponer que el
principal propósito de la producción es el entretenimiento, más que la
reflexión.
Y ahí está Tommy Lee Jones, inusualmente mesurado, pero representando
al ya conocido psicótico, un papel que le ha dado muy buenos réditos a
lo largo de su trayectoria.
Sale, por cierto, Liv Tyler en un papel en el que se luce como un
simple adorno, como si fuera un jarrón lleno de flores bonitas.
Cuando la película termina, es inevitable pensar: ¿tan lejos viajó Roy, y durante tanto tiempo, para eso?
‘Ad Astra’ es una cinta que cautiva, aunque se queda corta en su
propósito. Vale la pena, principalmente por la gran actuación de Brad
Pitt.
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