El
pasado 9 de septiembre se entregó al Congreso de la Unión para su discusión y
aprobación el Paquete económico. Contempla un gasto programable (sin el pago de
dedua) para 2020 de 4.4 billones de pesos (16.6 por ciento del PIB) y un ligerísimo
incremento de 0.8 por ciento. La previsión de los ingresos asciende a 5.5 billones
de pesos (21.0 por ciento del PIB).
De
acuerdo a su participación porcentual en el PIB y según se aprecia en la
gráfica, IMSSS y PEMEX tienen la asignación más alta con 3.0 y 1.9 por ciento,
respectivamente; en el caso de PEMEX los años 2017 y 2018 fueron muy malos, en
materia de recursos públicos. Para 2020 su gasto crecerá 8.8 por ciento.
En
contraste, los recursos asignados a Educación pública muestran una tendencia
decreciente; mientras que en los destinados a Bienestar se puede apreciar claramente
un incremento sustantivo (ver gráfica).
Disminuyen
los recursos asignados al programa “Jóvenes construyendo el futuro” y aumentan los
destinados a “Pensión para Adultos mayores” y “Sembrando Vida”. También el IMSS
y el ISSSTE tendrán un aumento real en su gasto, cosa digna de celebrarse, dada
la fuerte problématica que en materia de salud vive el país, muy en especial
las mujeres. Se mantienen programas de adultos mayores $1,275 pesos mensuales;
el de jóvenes $3,600; beca universal estudiantes $800 pesos.
El
rango de crecimiento del PIB para este año es de 0.6-1.2, para 2020 aumenta con
una estimación muy optimista de 1.5-2.5; sobre todo si se considera que las
últimas expectativas de los especialistas en relación al crecimiento económico
de este año están por debajo del 0.5 por ciento.
Si bien es “normal” que en un cambio de administración exista
cierta atonia en el crecimiento económico, este gobierno representa un
cambio más profundo y genera rechazo en la derecha -nacional e
internacional- ellos son los dueños del dinero y han detentado la
propiedad del país por más de 70 años, de ahí que se proponga una
politica económica que sea empática con los mercados y la bolsa de
valores.
En
este sentido hay un señalamiento muy revelador en el documento de los Criterios
Generales de Politica Económica:
“Para la segunda parte del año, se espera una disipación gradual en la incertidumbre generada por las dudas en algunos sectores de la sociedad, por el cambio de rumbo y de objetivos en las políticas públicas de la nueva administración. En este sentido, la SHCP y el Poder Ejecutivo en general, está en constante comunicación con los principales agentes; entre ellos, empresarios, inversionistas nacionales y extranjeros, agencias calificadoras y organismos internacionales.
En
este sentido, el gobierno de México está llevando a cabo acciones para generar
mayor certidumbre, entre las que destaca la negociación exitosa para solucionar
las controversias sobre los contratos de los gasoductos”.
Estas
“concesiones” a los mercados han llevado a sacrificar de nuevo a la inversión
en infraestructura física, clave para el crecimiento econónomico. Ciertamente
hay un buen nivel de gasto social pero no se puede sustentar un crecimiento de
esta manera, se requieren más empleos con salarios dignos, no únicamente
programas sociales.
En estas circunstancias se prevé una inflación de 3.0; el
tipo de cambio en 20 pesos por dólar y un precio del barril de petróleo
en 49 dólares. Este último esta en discusión por lo sucedido en
Arabia Saudita y las posibilidades de que crezca el precio del petróleo
durante 2020. Lo deseable es que sí se paguen las coberturas que
protegen de los vaivenes de estos precios y que se pueden convertir en
ingresos o egresos (precio de las gasolinas) para las finanzas públicas
del país.
En
materia de ingresos hay cambios importantes:
- Habrá retención de IVA en subcontratación laboral.
- Se gravarán con IVA plataformas y operaciones digitales.
- Esquema de pago de ISR para vendedores independientes
- Terciarización y apps digitales empezarán a pagar impuestos
Está
fuera de discusión la importancia o la necesidad de que se grave la
informalidad y la terciarización, pero hay que estar conscientes de que se está
tocando a los grupos económicamente más vulnerables como son las
aproximadamente 2.7 millones de mujeres que realizan ventas por catálogo, sin
ningún derecho y pagando impuesto al consumo (IVA), ahora también pagarán ISR.
En
este tema las más organizadas son las vendedoras de AVON que con muchos años de
lucha y esfuerzos le han arrancado a la empresa pequeñas consideraciones,
porque ni a derechos llegan.
Ahora,
está muy bien que las empresas terciarizadoras paguen impuestos pero estaría
mucho mejor que las personas trabajadoras que son contratadas bajo este
mecanismo, cuenten con derechos laborales y no como están actualmente, en la
total desprotección.
Además
se pretende una acción más rígida y mejores controles en materia fiscal que
permita captar más ingreso y “capturar” a los evasores de impuestos, como las
empresas facturadoras, defendidas por el PAN sus creadores, un partido de
derecha y patronal.
“En fiel obediencia al dogma de la consolidación fiscal, no ha creado espacios suficientes paralos negocios y las ganancias y la empresa realmente existente se ha dedicado a ganar sin duda, como se muestra en la distribución funcional del producto y el ingreso, pero no a conformar plataformas de ex-pansión y cambio estructural para el desarrollo y no sólo para una modernización segmentada ligada a las oportunidades de exportación en Estados Unidos. En la trampa del estancamiento”
CIMACFoto: Archivo CIMAC
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