El estado debe participar en el reparto de la riqueza
Señala experto relación directa entre desigualdad y delincuencia
En todo el mundo la relación de violencia, criminalidad y
desigualdad es muy alta. Las sociedades con problemas de distribución
de ingresos van a tener actividades criminales que afecten a sus
poblaciones, por eso es fundamental la participación del Estado en la
distribución de la riqueza y en el control del mercado, afirmó Herbert
S. Klein, historiador y experto latinoamericanista.
En entrevista con La Jornada, el profesor emérito de la Universidad de Columbia destacó que
cada vez es más claro que la privatización del Estado y la ausencia de su rol en la economía está generando más y más desigualdad. Por ello, enfatizó, son
fundamentaleslas inversiones públicas que se destinan a apoyar a los sectores más empobrecidos, las cuales, reconoció
sí cuestan mucho, pero tienen efectos claramente benéficos.
Es prioritario, explicó, atender la pobreza extrema y a la población
sin educación ni recursos, así como darles una base, porque
es más peligroso para una sociedad no dar estos apoyos y tener personas sin empleo ni acceso a educación y salud.
Galardonado con el premio Alfonso Reyes 2019, que otorga El Colegio
de México a los más destacados investigadores en el campo de las
humanidades, Klein destacó que todas las naciones del mundo tienen
problemas de distribución de ingresos,
no tan fuertes como en América Latina y el Caribe, pero existen en casi todos los países, lo que explica en mucho las reacciones populistas derechistas que se viven en Europa y en otras partes del mundo.
En economía, explicó, hay un nuevo debate sobre si el mercado
capitalista por sí mismo está generando automáticamente problemas en la
distribución de la riqueza, tanto en naciones avanzadas como en las que
se encuentran en vías de desarrollo.
Y casi todo el mundo, aun cuando están de acuerdo con el neoliberalismo o con un modelo socialdemocrático, coinciden en que el Estado debe controlar el mercado.
Historiador y antropólogo decano en el estudio de las realidades
latinoamericanas, experto en historia de la esclavitud y la demografía
regional, apuntó que las condiciones de violencia
existen en muchos países de la región, donde hay pobreza, desempleo y falta de acceso a la educación para los jóvenes, pero el caso de México es particular: se trata del país más importante para el mercado de drogas de Estados Unidos, pero también tiene organizaciones ilegales que operan de forma importante en el país, casi igual que un Estado nacional.
▲ El historiador y antropólogo Herbert S. Klein, ganador del premio Alfonso Reyes 2019, en entrevista con La Jornada.Foto Laura Poy
–¿Qué ocurre con la fragmentación social en América Latina y en el caso particular de México?
–Si la economía no marcha, si la distribución de ingresos no está más
o menos basada en el mérito, si no hay una élite que genere más
recursos por ser productiva y que invierta en el desarrollo de la
economía, si esto no existe, poco a poco, en cualquier sociedad, sus
enlaces se irán fragmentando.
“En toda sociedad en la que los jóvenes no tienen educación o
posibilidad de acceder a una formación de calidad ni a ocupaciones que
les den ingresos y, eventualmente, a una vida de familia estable, esto
va a afectar poco a poco a todo el sistema, y el gobierno tiene que
jugar un rol fundamental para arreglar la situación.
En el caso de Brasil y México se impulsaron programas de distribución de recursos, como Progresa y Bolsa Familia, los cuales fueron fundamentales; no reorganizaron todo el sistema, pero sí lograron sacar a muchas personas de la pobreza extrema.
Políticas criticadas
–En México esas políticas han sido duramente criticadas.
–Es absolutamente fundamental. Cuesta mucho dinero, pero han tenido
un impacto directo, inmediato, importante, y se puede ver en los índices
de distribución de ingresos: es decir, aquellos con más bajos ingresos
están subiendo un poco más rápido que la élite y su ganancia de riqueza.
Ex director del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad
de Stanford, Klein reconoció que ante un escenario de mayor
desigualdad, donde la economía
no marcha, lo cierto es que no sabemos si la democracia va a sobrevivir, hoy estamos menos optimistas que hace 20 años. Tenemos a China, con su élite de partido, pero tiene errores, como tener un primer ministro para toda la vida, lo que no es una buena idea para ningún país. Pero en realidad no sabemos qué tipo de gobierno va a dominar.
La situación en el mundo, señaló, es seria ahora. No nos hemos
recuperado de la crisis económica de 2008, y eso se percibe desde
Hungría hasta Estados Unidos. Al estudiar si China puede generar 300
millones de pobladores de clase media,
se detectó que tendría un impacto en la clase media de Estados Unidos, porque alguien está pagando por este proceso, no todo el mundo avanza al mismo tiempo. El gran crecimiento industrial de China fue la gran decadencia de Estados Unidos. Tenemos entonces un problema que hay que solucionar, concluyó.
Laura Poy Solano
Periódico La Jornada
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