La lucha de los grupos feministas está consiguiendo que
los medios de comunicación pongan a debate la forma en que abordan la
violencia contra las mujeres y los feminicidios, que durante años ha
contribuido a
naturalizarlas agresiones de género y, en esa medida, incluso a incentivarlas, señalaron colectivos de defensa de los derechos femeninos.
Lourdes Barbosa, directora de la organización civil Mujeres en
Frecuencia –especializada en género y medios de comunicación– encomió
el rol de las feministas que han salido a las calles, porque ponen la mirada en los medios de comunicación y se empieza a reconocer el papel de éstos para fomentar la violencia, pero también en el que pueden jugar para construir una nueva cultura de la igualdad.
En entrevista con La Jornada, la académica recalcó que
estamos llegando a un momento cumbre con respecto de la responsabilidad de los medios, pues durante toda su historia hemos visto este fenómeno de reproducción de la violencia y cómo ésta se ha convertido en un producto en venta al despertar el morbo y el sensacionalismo.
Sin posibilidad de sanción
En cuanto a la posibilidad de que los medios sean
castigados por realizar coberturas revictimizantes en casos de
feminicidio, como exigen grupos feministas, Barbosa recordó que la Ley
General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia faculta a
la Secretaría de Gobernación a vigilar y sancionar a las plataformas de
comunicación que incurran en esta falta.
Sin embargo, lamentó,
en este momento no existiría una herramienta jurídica para aplicar una sanción, aunque hay al menos siete leyes generales que hablan de estas restricciones en la cobertura de los medios y de conminarlos a no reproducir la violencia.
Joselyn Espinosa, integrante del colectivo Pan y Rosas, consideró que
la exhibición mediática de los restos de Ingrid Escamilla y el desdén
del presidente Andrés Manuel López Obrador hacia el tema fueron algunos
elementos que motivaron la fuerza de las protestas del viernes pasado,
que surgieron
de manera independiente y espontánea.
No obstante, la activista recalcó la importancia de generar
mecanismos de coordinación entre todas las organizaciones de mujeres que
se movilizan contra la violencia,
porque mientras no seamos más en las calles, va a ser muy difícil frenar los feminicidios. No tener una respuesta coordinada puede dar pie a que miles salgamos a marchar y otras cuantas van y se sientan a negociar con el gobierno. No podemos dar respuestas individuales y aisladas para un problema estructural.
Fernando Camacho Servín
Periódico La Jornada
No hay comentarios.:
Publicar un comentario