México, Distrito Federal, a 30 de octubre, 2013.
COMUNICADO DE PRENSA
Unión de Juristas de México
URGENTE CONVERTIR CDHDF EN ORGANISMO SOCIAL Y NO BUROCRÁTICO: MIRANDA ESQUIVEL
· Eduardo Miranda Esquivel, candidato a la presidencia de la CDHDF, expuso este martes ante la Asamblea Legislativa del DF, la necesidad urgente convertir a la CDHDF en organismo social y no burocrático.
· Asimismo, resaltó la propuesta de establecer la revocación de mandato del ombudsman capitalino y que en lo futuro este sea electo de manera directa, universal y secreta por la sociedad
· En su programa de trabajo consideró urgente transformar a la CDHDF para proteger los derechos económicos y sociales de la población, así como, ser intolerante contra la corrupción y las arbitrariedades de servidores públicos
· Propone transformar a la CDHDF en defensora eficaz de la sociedad, fundirla con el pueblo y crear la figura de "comisionados en derechos humanos" en cada barrio, colonia, pueblo o delegación del Distrito Federal.
· La CDHDF pondrá en operación programas permanentes de educación sobre derechos humanos, para jóvenes, zonas de mayor marginación y pobreza, así como para personas en situación de inequidad, discriminación, riesgo y/o capacidades diferentes, al igual que, capacitación de los policías.
· Miranda Esquivel tajante señaló que no es oportuno y legal reglamentar las marchas porque limitaría las libertades, pero tampoco es justo y legal que se dañe la libertad de trabajo de los empresarios.
· El jurista se pronunció a favor del dialogo, la disuasión y una mejor mediación del GDF, en los conflictos, para lo cual propuso reglamentar el derecho de petición para que los funcionarios atiendan con prontitud los reclamos sociales.
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TEXTO INTEGRO DE LA PONENCIA DE EDUARDO MIRANDA ESQUIVEL
Programa de trabajo que presenta el jurista Eduardo Miranda Esquivel, candidato a la Presidencia de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, VI Legislatura.
México, DF, a 29 de octubre de 2013.
Compañeras y compañeros diputados
Integrantes de la Comisión de Derechos Humanos
de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal.
Señoras, señores, amigos todos:
Respetables legisladoras y legisladores, agradezco en nombre propio y en el de las organizaciones civiles y sociales que apoyan mi candidatura, su buena fe, interés y disposición para invitarme a comparecer y escuchar mi propuesta de Programa de Trabajo para fortalecer los derechos humanos de los habitantes de la ciudad de México y el trabajo de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), como parte del proceso de elección de un nuevo ombudsman capitalino.
Hago público mi reconocimiento y felicitación a los esfuerzos que los ex titulares de la Comisión y su personal han tenido para desempeñar y cumplir con su encargo. En conjunto han hecho posible la defensa de los derechos humanos en la capital del país; reconocimiento que hago extensivo, a todos y todas las personas, grupos y organizaciones, anónimos y públicos, que han contribuido en esta noble tarea.
También expreso mi agradecimiento a los organismos civiles y sociales que han dado su respaldo público y abierto a mi candidatura a la Presidencia de la CDHDF, ponderando mi trayectoria de más de 30 años en la causa de los derechos humanos, sabedores de la importancia de ciudadanizar y estrechar el vínculo con el movimiento social, sin simulaciones y por encima de intereses políticos.
Asimismo, agradezco la iniciativa de la Unión de Juristas de México Pro Derechos Humanos y de la Alianza de Tranviarios de México, cuyos dirigentes e integrantes se han distinguido en su trabajo público por la defensa y promoción de los derechos humanos y de los derechos humanos laborales, para lanzar y sostener mi propuesta a ombudsman del Distrito Federal, a la que se han sumado más de 300 organizaciones defensoras de los derechos humanos y liderazgos sociales.
Ratificación de mi aspiración a ser ombudsman de la ciudad
Ante ustedes y ante la comunidad ratifico mi interés de asumir la defensa de los derechos humanos de los habitantes de la capital del país, como presidente de la CDHDF, porque cumplo cabalmente con los requisitos que marca la Ley.
Soy perito en el marco jurídico, gozo de prestigio y aprecio social y a lo largo de mi profesión de más de 30 años ininterrumpidos he sido activista en la promoción y defensa de los derechos humanos, como lo acredita la fama pública, con más de cinco mil referencias en los diarios de circulación nacional e internacional.
Desde la década de los setenta hasta la fecha, como lo pueden constatar las centenas de personas que he defendido, he contribuido de manera personal y directa a restituir sus derechos y libertades, contribuyendo —como subrayan mis impulsores— a generar una conciencia jurídica, crítica y propositiva, de la necesidad de un sistema de justicia democrático, basado en el respeto y promoción de los derechos humanos.
Bases de un diagnóstico general de los derechos humanos
Un diagnóstico prudente y confiable de la situación de los derechos humanos en el Distrito Federal y del papel de la CDHDF, en sus 20 años de existencia, no puede darse de manera circunstancial ni muchos menos al margen del análisis de la situación de crisis económica, de injusticia social y violencia que vive el país, desde hace décadas y que ha alimentado un círculo vicioso de incumplimiento y violación reiterada de los derechos humanos en México.
De lo anterior da cuenta la caída de la economía, el empobrecimiento de la población, la escalada de violencia y carencias de la sociedad en alimentación, empleo, educación, vivienda, salud, recreación, cultura, acceso a la justicia y a un medio ambiente sano y con seguridad pública; escenario, que es objeto de duras protestas internas y críticas en el mundo, como la reciente reprobación de México en materia de derechos humanos por la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Este incumplimiento e inobservancia de los derechos humanos también obedece a inercias culturales de falta de seguimiento e interés social y gubernamental en el tema; a la ausencia de mecanismos intensos y permanentes que fortalezcan los derechos humanos de la población; y a la falta de medios y condiciones de exigibilidad ciudadana, accesibles al ejercicio de sus derechos.
Todo ello, en un ambiente histórico social que arrastra inercias de corrupción e impunidad generalizada, especialmente en el ámbito gubernamental.
Las comisiones públicas de derechos humanos
EI sistema oficial de protección de los derechos humanos, previsto por el apartado "B" del artículo 102 Constitucional, representa un avance en la garantía de respeto a los derechos humanos de los habitantes y personas que transitan en el país; sistema que debemos cuidar y potenciar para restablecer el estado social y democrático de derecho, buscando remover las trabas jurídicas y sociales que enfrentan las Comisiones locales y las limitaciones técnico-Iegales de su funcionamiento.
El sistema de comisiones públicas de derechos humanos es joven en el país. Se han cumplido 23 años de la creación de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y 20 de la Ley de la CDHDF, pero su eficacia dista de los objetivos que las crearon. No obstante, la CDHDF destaca positivamente sobre todas ellas.
Nuestra Comisión resalta al estar inmersa en una ciudad de avanzada, como lo es el DF, centro económico, financiero, político y cultural del país, en el que se vive una tradición de participación social que ha permitido una evolución democrática, que ha impulsado leyes de vanguardia que ensanchan derechos y libertades ciudadanas.
Con los años y la rapaz corrupción e impunidad que se registra en el quehacer público, las comisiones de los derechos humanos se han visto limitadas para revertir violaciones que el Estado comete en contra de la ciudadanía, no solamente en materia policiaca, de seguridad pública, actos de tortura y discriminación, sino también en su incapacidad de intervenir y revertir el deterioro de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales de la sociedad.
Por ello, se hace imprescindible llevar como titulares de las comisiones a mujeres y hombres, connotados en la defensa de los derechos humanos. Surgidos y probados en la lucha social, capaces de influir en la agenda para revertir la violación de los derechos humanos, procurando tener comisiones independientes y que cuenten con sobradas herramientas para conocer de quejas relacionadas con cuestiones electorales y fiscales, así como, mayor incidencia en las violaciones laborales.
Derechos humanos en el Distrito Federal
En la capital hemos sido testigos de la vasta política social de transferencias, apoyos y subsidios a la población en situación de inequidad, riesgo o capacidades diferentes o para quienes viven, habitan o trabajan en desventaja o exclusión; desempleo; madres solteras; adultos mayores; micro, pequeños y medianos empresarios privados, sociales y cooperativistas, y en general a las personas con menos recursos, con el objeto de contener la pobreza, el desempleo y combatir la desigualdad social, con un sistema que en los últimos 16 años ha comprendido más de 450 programas sociales.
La elaboración y publicación del Programa de Derechos Humanos del Distrito Federal, el 25 de agosto de 2009, que nació a propuesta de la CDHDF y con el apoyo de la Oficina del Alto Comisionado de la ONU y una importante cantidad de organismos civiles, y posteriormente la publicación de la Ley del Programa de Derechos Humanos del DF, publicada el 30 de mayo de 2011, son un avance incuestionable del esfuerzo del gobierno de la ciudad por el diagnóstico y cumplimiento de los derechos humanos de los capitalinos.
No obstante, considero que la mayor parte de las dos mil 412 líneas de acción que marca el Programa de Derechos Humanos, a corto y mediano plazo y de carácter permanente, no se han podido cumplimentar, ya que su adopción depende en gran medida de cambios estructurales a nivel nacional y local, a factores políticos, culturales, financieros y presupuestales para mejorar y ampliar la red de servicios, los salarios y la capacitación de los servidores públicos y la infraestructura de atención ciudadana. Mereciendo especial atención la carencia de un constitución local.
Objetivos estratégicos y tácticos de acción
Una responsabilidad social, democrática y eficiente en la titularidad de la CDHDF, debe considerar y establecer un programa de trabajo, que tenga ejes estratégicos y tácticos de acción y función a corto, mediano y largo plazo.
Tiene que partir de un diagnostico serio, con participación social y profesional, de los avances y retrocesos de la CDHDF, y que tendría que prepararse en otras condiciones por las instituciones públicas y privadas que así lo exijan.
Considero que la CDHDF debe poner en práctica una reorientación de su trabajo y naturaleza, al igual que una reprogramación de sus objetivos y normatividad, que se traducirá en una reingeniería a fondo de sus planes, sistemas y procesos y un compromiso mayor con la ciudadanía para atender los problemas de fondo, más cerca de la gente, con la misión central de que la Comisión consolide al Distrito Federal como la ciudad de los derechos humanos y las libertades.
Para ese fin, considero que se necesita establecer un programa de trabajo, basado en seis objetivos estratégicos y tácticos de acción, que son:
1. Reorientar el trabajo y naturaleza de la CDHDF para transformarla en un efectivo y eficiente instrumento de defensa de los derechos humanos de los capitalinos, congruente con los estándares internacionales y que dé continuidad a la tradición progresista de la ciudad de México.
2. Mayor compromiso y vigilancia de la CDHDF en la solución de los problemas de fondo de la ciudad, en el desempleo, inequidad social, discriminación y corrupción en el sistema de justicia y seguridad pública, construyendo una agenda de prioridades con la sociedad civil.
3. Acreditar y posicionar a la CDHDF entre la población, con programas de promoción, educación y difusión en derechos humanos, con especial atención en los jóvenes, zonas de mayor marginación y pobreza, y personas en situación de inequidad, discriminación, riesgo o capacidades diferentes.
4. Establecer en cada barrio, colonia y delegación la estructura y trabajo de educación, orientación y atención a quejas de la CDHDF, con apoyo popular, con el fin de impulsar una red participativa de los ciudadanos en defensa de sus derechos humanos.
5. Reforzar la autonomía, transparencia y rendición de cuentas de la Comisión, así como activar programas de procuración de derechos humanos para combatir hechos predecibles que afecten a la colectividad.
6.- Apoyar acciones afirmativas que permitan corregir las brechas de género y dar a las mujeres los instrumentos que les permitan participar en igualdad de circunstancias y condiciones que los hombres en los ámbitos político, social y laboral.
Desglose de los objetivos y medidas a tomar
Cualquier diagnóstico y plan que se elabore para analizar y mejorar la situación de los derechos humanos en el país y en el Distrito Federal, requiere atender y comprender el significado y alcance de la reforma constitucional en materia de derechos humanos (del 10 de junio de 2011), que eleva los derechos humanos como Ley Suprema y la aplicabilidad de los tratados internacionales de los que México sea parte, en igual rango o jerarquía que nuestra constitución.
El reconocimiento y sistematización constitucional y luego reglamentaria en la nueva Ley de Amparo de los derechos humanos, presenta un esquema normativo de interpretación más profundo e integral, inclusive por encima de los conceptos de "justicia" y "ley", pues con ello, el Estado, su gobierno y toda clase de autoridades deben observar en sus actos, políticas públicas y en la impartición de justicia, las necesidades y circunstancias biológico-sociales de la persona humana.
Situación que coloca la teoría y práctica de los derechos humanos como un postulado teleológico y norma suprema e ideal del Estado social y democrático de derecho, en el que el ser humano, como ente social, se visualiza como un ser integral biopsicosocial, en el que su fin último sería alcanzar su máxima felicidad y bienestar, con base en su dignidad humana, origen, esencia y fin de todos los derechos humanos, que parte del criterio de que toda persona debe ser respetada y valorada como ser humano.
La adopción del sistema penal acusatorio, el cambio constitucional en derechos humanos y la reforma de amparo hicieron posible que México formalmente pasara a un modelo de avanzada en materia de derechos humanos, mediante el reconocimiento, en el artículo 1° Constitucional, de los derechos humanos como derecho positivo vigente, al transformar el concepto de "garantías individuales" por "derechos humanos y sus garantías", cuyo sentido es más amplio, debido a que las garantías sólo expresaban los límites de la autoridad frente a los gobernados y algunos procesos de exigibilidad de la ley.
De tal suerte que la función y fines de la CDHDF y de cualquier otra comisión, no podría o debe quedar reducido a conocer quejas que presenten los particulares por actos de autoridad presuntivamente transgresores de sus derechos humanos, sino en general conocer de actos de gobierno y de políticas públicas que contraríen derechos humanos grupales o colectivos de la sociedad, por acción u omisión, y sin que se considere intervención en el ejercicio del gobierno.
En esa tesitura, se debe potenciar y reconceptualizar los derechos humanos en la ciudad de México, conforme esta reforma y las necesidades de nuestra gente, requiriéndose para ello, reorientar el trabajo y la naturaleza de la comisión, para tener una CDHDF anclada en el corazón de la gente, autónoma para no girar en torno a lo que hace o deja de hacer el gobierno en turno y valiente para denunciar los atropellos.
El trabajo de la comisión debe reorientarse a buscar soluciones a los problemas de fondo o estructurales, que en materia de derechos humanos impiden el pleno goce de la dignidad humana que son base de otros derechos, como la falta de empleo decente, ya que sin trabajo no hay alimentación, casa, vestido, seguridad social, bienestar y una expectativa de vida y de vejez dignos.
O bien, sin derecho a la seguridad pública —que en México acumula de manera integral los derechos de "seguridad ciudadana" y "seguridad personal", como medio para acceder al efectivo disfrute a los derechos humanos, en especial de los civiles y políticos— no se goza o disfruta la paz, la tranquilidad personal, familiar y social, trayendo su afectación a veces, la pérdida del patrimonio, la integridad personal o inclusive la vida, cuando se es víctima de la violencia, la delincuencia y la corrupción.
Así también, el desarrollo urbano caótico y deteriorado, sin sustentabilidad en el crecimiento, en las viabilidades, el transporte y los servicios, con afectación a biodiversidad, es un derecho humano que al violarse impide diariamente el bienestar, la seguridad personal y el ahorro de recursos y tiempo de los capitalinos.
Al respecto, es claro y contundente el Informe Especial de la CDHDF, "Sobre el derecho a la movilidad en el Distrito Federal 2011–2012", que estima en 16 horas semanales el tiempo promedio que se pierde en traslado al trabajo o espacio de estudio. Además, cada traslado suele implicar una serie de riesgos.
Transformar la CDHDF en un ente social y no burocrático
En ese sentido, una reorientación fundamental e inaplazable es transformar la naturaleza de la Comisión en un ente preponderamente ciudadano y no gubernamental, mediante una relación estrecha y fluida con la sociedad, que permita romper el divorcio que ha existido entre Comisión y la sociedad, fundamentalmente entre la Comisión y el movimiento social, dado que la fuerza jurídica de la CDHDF estriba en su crédito moral y en la calidad y fuerza de su trabajo, y no en el nombramiento burocrático que tenga.
En esta tarea es indispensable que en lo futuro se promueva una reforma legal que establezca la necesidad de elegir al ombudsman mediante un proceso de elección pública y abierta a la sociedad, de tal manera que se garantice una Presidencia con pleno respaldo social y con visitadores y personal de mando con convicciones y compromiso con los derechos humanos, y no funcionarios ni políticos improvisados.
Para avanzar en la CDHDF se requiere de personas conocedoras de la materia y fuertemente ligados a la sociedad, que practiquen realmente la autonomía del organismo, y se comprometan valientemente en la lucha en contra de la corrupción, la impunidad y el autoritarismo, buscando una operación preventiva y que genere los equilibrios necesarios para demandar respeto a los derechos humanos y a las instituciones del país.
Es decir, necesitamos una Comisión que fácilmente localice y perciba la población, para generar confianza y los equilibrios indispensables que permitan contar con contrapesos reales y necesarios entre el quehacer gubernamental y el respeto a los derechos humanos de los gobernados, fortaleciendo la gobernabilidad democrática. Cuando se logre esto, se podrá hablar, entonces sí, de un fortalecimiento de la Comisión y de la población local en sus derechos humanos.
Para lograr la reorientación y mayor compromiso hacia la población, en el ámbito jurídico y social, se requiere:
A. Proponer una reforma legal que establezca mecanismos de elección popular abierta, universal y secreta del Presidente de la CDHDF.
B. Definir con exactitud su naturaleza social, basada en la fuerza popular y crédito moral y no en su carácter institucional y burocrático.
C. Establecer la revocación del mandato del ombudsman y la exigencia de la transparencia y rendición de cuentas en su gestión a la sociedad, con mecanismos de observación popular.
D. Proponer un sistema de recomendaciones que además de apelar a la fuerza moral del ombudsman, atienda criterios mixtos de obligatoriedad y exija su cumplimiento público, con mecanismos de vinculación más estrictos.
E. Establecer en la Ley o Reglamento la figura de "comisionados o presidencias en Derechos Humanos" en cada barrio, colonia y delegación, con la tarea de conocer, procurar y fomentar los derechos humanos entre los capitalinos.
F. Fundar módulos o casas de los derechos humanos en cada barrio, colonia, pueblo o delegación del Distrito Federal, para ubicar la participación de la gente en su propia comunidad en defensa de sus derechos humanos.
G. Defender la autonomía de la CDHDF en su programación, gestión, investigación, integración de expedientes y casos, decisiones y recomendaciones; exigiendo su cumplimiento público.
H. Fortalecer la prevención en derechos humanos para combatir las causas o hechos previsibles que afecten o puedan afectar los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales de las personas.
I. Dotar a la Comisión de una visión social de integralidad en la promoción y defensa de los derechos humanos, que afiance la difusión y educación, con objetivos y métodos de mayor impacto y mecanismos dinámicos y vastos de posicionamiento social, que permita —en breve tiempo— que cada habitante, incluidos las niñas y los niños, sean su propio defensor.
J. Fortalecer la prevención para combatir las causas o hechos previsibles que afecten o puedan afectar los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales, colectivos, sin descuidar las acciones reactivas y de defensa de las personas.
La prevención es una herramienta clave que no se ha utilizado con fuerza y amplitud, por ello, es inoportuno, ilegal y hasta peligroso querer reglamentar las marchas como un mecanismo de represión, cuando lo que necesitamos es afianzar una cultura que tienda a resolver las causas que generan la protesta social, producto principalmente de la inconformidad de la población por diversas problemáticas en el ámbito federal.
La ciudad de México como vanguardia de cambios progresistas y centro cultural del país, debe ser congruente y no cancelar las libertades de expresión. En todo caso, lo que se requiere es reglamentar y perfeccionar el derecho de petición al uso de espacios públicos de tal manera que las solicitudes de los inconformes puedan ser atendidas de manera oportuna por las dependencias a quien corresponde dar respuesta. Lo que se requiere es diálogo, disuasión y prevención, más no represión.
Así como también requerimos policías mejor preparados y pagados, que sepan conducirse en los actos de masas, utilizando los protocolos internacionales en la materia, es fundamental contar con un cuerpo policiaco mejor preparado, capacitado y remunerado, que conozcan a fondo y apliquen los protocolos internacionales para el uso de la fuerza pública por parte de los encargados de hacer cumplir la ley, adoptados por la Asamblea General de la ONU, el 17 de diciembre de 1979.
Como ombudsman de la ciudad pondré en operación cursos, coloquios y entrenamientos permanentes para todas las fuerzas policiales del Distrito Federal en materia de derechos humanos en el control de multitudes, y que tengamos una policía comunitaria, con derechos y respetada por la sociedad.
Definitivamente, sí estoy de acuerdo en que busquemos la manera de evitar hechos violentos y el vandalismo en la ciudad, procurando no tolerar abusos policiales, preservando la integridad de manifestantes, uniformados y de terceras personas para garantizar los derechos humanos de todos, en una sana convivencia.
Por qué apoyar a Eduardo Miranda Esquivel
En los pronunciamientos de adhesión, las personas y organizaciones que apoyan mi candidatura a la presidencia de la CDHDF, destacan mi trayectoria y mi capacidad de comprender y aplicar la ley, con una visión social y humanista, que ha caracterizado mi vida personal y profesional.
De igual forma, resaltan mi capacidad de diálogo e interlocución, trabajo profesional, consecuencia y valor mostrados en la defensa de los derechos humanos, con un alto aprecio social, cualidades que son una garantía para el fortalecimiento de la CDHDF.
Señoras y señores diputados:
Considero que necesitamos una Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal más comprometida con los habitantes de la ciudad de México y con sus problemas de fondo; más actuante y menos tolerante, que atienda los conflictos en materia de seguridad pública, tortura o agravios, con especial atención a la situación en los centros penitenciarios. Una comisión más cercana a la gente que no sea complaciente ni tolerante con la corrupción y arbitrariedades que se sufren en la capital del país.
No solamente hay que reaccionar frente al atropello, a la violación o la transgresión de los derechos humanos, sino actuar, en lo inmediato, investigando y emitiendo recomendaciones oportunas, para que, en su caso, se castigue o sancione a los responsables.
Necesitamos una Comisión que esté plantada en cada barrio, colonia y delegación, para que sean los propios ciudadanos quienes se involucren en la tarea de conocer, procurar y fomentar los derechos fundamentales, propios y de sus vecinos.
La CDHDF tiene que proteger los derechos humanos de los casi nueve millones de habitantes del Distrito Federal, poniendo especial énfasis en las zonas de mayor marginación y pobreza, con urgente y especial atención al sector juvenil de la ciudad, el cual sufre de discriminación y atropellos por no tener un empleo, estudios suficientes y oportunidades de superación. Hay que darle atención a través de programas enfocados hacia este sector.
Es urgente anticipar una agenda de temas prioritarios en materia de derechos humanos en la ciudad, como son: los derechos políticos, civiles, económicos, sociales, culturales, laborales, de la mujer, los migrantes, los indígenas, adultos mayores e infantes y voltear hacia los sectores en los que sus derechos no se encuentran plenamente satisfechos, incorporando a esta agenda a la sociedad, buscando diagnósticos que trascender y cumplir en la práctica social.
En mi opinión la ciudad requiere un ombudsman que esté cerca de la gente de manera activa y no burocratizada, que se mueva en la sociedad como el pez en el agua y que con apoyo social, genere contrapesos que inhiban y corrijan la violación a los derechos humanos, utilizando el diálogo oportuno y permanente con autoridades y sociedad, y de manera excepcional, con la emisión oportuna de recomendaciones contundentes.
En caso de llegar a la titularidad de la CDHDF emprenderé una campaña permanente, amplia e intensiva para difundir qué son, para qué sirven y cómo hacer nuestros, los derechos humanos.
Con prevención, educación, difusión y una defensa adecuada de los derechos humanos, lograremos instituir un ombudsman que realmente tenga la fuerza y aprecio de la sociedad, para hacer de la ciudad de México, la ciudad de los derechos humanos y las libertades.
Gracias.
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