John M. Ackerman
“El
gobierno no nos está permitiendo crecer a México. Los líderes nos están
bloqueando de verdad. No nos dejan, por más que uno del pueblo quiere
crecer, no nos dejan. Todo el sistema nos tiene mentalizados, nos
dieron un coco wash.” Son las palabras de Bianca Patricia Treviño, joven seleccionada como uno de los 25
líderes del futuropor la Cumbre de Negocios de México 2013. Con gran valentía, la estudiante rechazó las modificaciones a su discurso impuestas por los organizadores de la cumbre, presidida por Miguel Alemán Velasco, para enviar un mensaje claro y directo de parte de la juventud a los políticos y empresarios más poderosos del país. Para poder culminar su intervención, la estudiante incluso tuvo que resistir físicamente los embates de Javier Ballesteros Quiñones, moderador del evento por parte de la Coparmex, quien literal y groseramente intentó arrebatarle el micrófono en múltiples ocasiones (véase: http://ow.ly/qdtzd).
El video oficial de la Presidencia de la República sobre la cumbre dejó fuera la importante intervención de Treviño (http://ow.ly/qdtPh).
Esta acción de censura confirma con todas sus letras que la alumna
tiene razón cuando también señala que “uno como joven está abajo del
gobierno. Uno recibe golpes del gobierno… Lo que nosotros queremos es
que se nos escuche, pero el gobierno no nos lo permite (...) Nos
opacan”.
Entre los participantes confirmados para el evento se encontraban
importantes miembros de la élite política y financiera mexicanas, como
Ricardo Salinas Pliego, Luis Téllez, Guillermo Ortiz, Emilio Lozoya y
Claudia Ruiz Massieu Salinas. Unas horas antes de la intervención de
Treviño, Enrique Peña Nieto había emitido un discurso a los presentes.
De manera paralela, el 18 de octubre, pobladores de Tixtla,
Guerrero, rompieron el guión del espot promocional que un grupo de
militares pretendió grabar para demostrar su supuesto compromiso con
los damnificados del huracán Manuel. Para demostrar su
indignación ante este acto de hipocresía los vecinos retuvieron a los
cinco militares responsables durante ocho horas.
Lo que estaban haciendo era una farsa, aquí nunca vinieron los militares a ayudarnos cuando estaban las lluvias y el agua ya la teníamos hasta el cuello, explicó la vecina Soledad Coctecón.
Lo que México necesita para desarrollarse de manera pacífica es que
cada día más personas rompan con el humillante guión de obediencia y
servilismo impuesto por la oligarquía nacional y la dictadura
mediática. No es necesario afiliarse a un grupo social o político en
específico para defender la dignidad ciudadana. Aparte de participar en
manifestaciones masivas y protestas organizadas, cada individuo puede y
debe rebelarse también durante su vida cotidiana, tal como lo hicieron
la joven Treviño y los pobladores de Tixtla.
Los
ciudadanos sufrimos todos los días una infinidad de agravios de los
gobiernos autoritarios y las empresas monopólicas. Un botón de muestra
es la sensible e imperdonable pérdida que han sufrido las Afore durante
2013. Debido a la privatización del sistema de ahorro para el retiro
impuesto en 1997 por el ex presidente Ernesto Zedillo, padre del
corrupto rescate bancario de Fobaproa, la riqueza del pueblo mexicano
se redujo 6.7 por ciento en apenas tres meses, pasando de 2 billones 74
mil millones de pesos en abril a un billón 935 mil millones en agosto
pasado.
No tenemos para que simplemente aguantar el continuo saqueo e
indignante atención al cliente de los bancos y las empresas de
telecomunicaciones. Los excesivos cobros de empresas estatales en vías
de privatización, como la Comisión Federal de Electricidad, también
abonan a la generalizada indignación social. Las cínicas amenazas del
Grupo México sobre los nuevos impuestos propuestos sobre la minería
también evidencian la desbordada soberbia de los empresarios más
poderosos del país.
Muchos ciudadanos se niegan a reclamar o a protestar contra éstos y
otros abusos porque se engañan con el cuento de que son parte de la
éliteo de la
clase media. Tienen miedo a mezclarse con la prole y a perder los pocos privilegios que no les son escamoteados.
Pero en realidad la situación es precisamente a la inversa. Contar con un trabajo no es un
privilegio, sino un derecho constitucional. También es obligación del Estado garantizar una vivienda digna y una educación de calidad para todos sus ciudadanos. Si no luchamos hoy por garantizar los derechos de todos, mañana los pocos
privilegiosque aún existen para algunos se esfumarán por completo. Para quienes tienen dudas al respecto, se recomienda ampliamente el más reciente videocomentario de El Hijo del Rayo sobre el fenómeno de los falsos wannabes (véase: http://ow.ly/qdxbx).
Hoy la vieja
líneapolítica del régimen del partido del Estado se moderniza al complementarse con el guión de la obediencia civil del autoritarismo renovado. Para avanzar como país habría que romper definitivamente con esta lógica por medio de la construcción de una nueva arquitectura de dignidad ciudadana que hoy ya empieza a manifestarse en todo el país.
Toda expresión pacífica ayuda, desde la toma de la Bolsa
Mexicana de Valores, los apagones ciudadanos y las autodefensas
comunitarias hasta las expresiones de dignidad individual en el
trabajo, la escuela, el barrio o los actos públicos. La valentía
ciudadana es altamente contagiosa. Un nuevo futuro es posible si todos
ponemos nuestra parte para propagar la esperanza.
Twitter: @JohnMAckerman
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