(apro).- Las preocupaciones del Banco de México
(Banxico) ya van más allá del impacto que tuvo la volatilidad en los
mercados sobre el peso.
Ahora, la Junta de Gobierno del banco central ya encendió los focos
de alerta sobre el déficit de la cuenta corriente y la solidez de las
finanzas públicas manejadas por la Secretaría de Hacienda y Crédito
Público (SHCP).
Al dar a conocer la Minuta número 41 con motivo de la decisión de la
política monetaria, la mayoría de los miembros de la Junta de Gobierno
concordó en que la evolución reciente del peso también pudiera estar
reflejando ciertas preocupaciones en torno a los fundamentos económicos
del país.
En su Anuncio de Política Monetaria dada a conocer el pasado 30 de junio, el Banxico ya había advertido:
“El ajuste fiscal recientemente anunciado por la SHCP es un paso en
la dirección correcta, pero dada la incertidumbre externa y el desempeño
durante los últimos años de los requerimientos financieros del sector
público, acciones adicionales de consolidación en las finanzas públicas
serían deseables, tal como procurar un superávit primario a partir de
2017”.
En la Minuta se confirma la preocupación del banco central sobre el manejo de las finanzas públicas que encabeza Luis Videgaray.
A la reunión con motivo del Anuncio de Política Monetaria asistieron
Agustín Carstens, gobernador y presidente de la sesión; los
subgobernadores Roberto del Cueto Legaspi, Javier Eduardo Guzmán, Manuel
Ramos Francia, Manuel Sánchez González; además del secretario de
Hacienda Luis Videgaray.
Uno de los miembros de la Junta destacó que los indicadores de riesgo
de crédito soberano para México se han incrementado y las tenencias de
valores gubernamentales de largo plazo por parte de no residentes han
disminuido recientemente, si bien de manera moderada.
Además, añadió que “lo anterior hace relevante la implementación cabal de los ajustes fiscales y de la reforma energética”.
Además, otra integrante de la junta consideró que el tipo de cambio
real ha funcionado como amortiguador de los choques externos que han
impactado a la economía mexicana y que es deseable que continúe
desempeñando esta función ante los riesgos que prevalecen en el entorno
internacional.
En este sentido, concluyó que una mayor consolidación fiscal junto
con presiones inflacionarias bajas, permitiríam un ajuste más eficiente
del tipo de cambio real.
Pero la preocupación del Banxico también toca a los precios. Para los
siguientes meses, la mayoría de los miembros espera que la inflación
general anual aumente gradualmente para cerrar el año ligeramente por
arriba de 3%.
Uno de los miembros destacó que, en todo caso, es previsible que el
promedio anual se ubique prácticamente en dicha cifra. Consideró que
esta dinámica obedece, principalmente, a la actualización de la fórmula
empleada para la determinación de los precios máximos de las gasolinas
por parte de la SHCP, así como a la evolución de las referencias
internacionales de este energético.
De esta forma, todos los miembros de la Junta de Gobierno
coincidieron en que, desde la última reunión de política monetaria, la
cotización de la moneda nacional sufrió una depreciación significativa,
en un entorno de elevada volatilidad en los mercados financieros
internacionales.
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