Suicidio es segunda causa de muerte en adolescentes
El sistema de impartición de justicia antepone el derecho a la familia
sobre los derechos de las víctimas, quienes a veces están obligadas a
convivir con sus agresores sexuales, facilitando otro episodio de
violencia o que ellas se autolesionen, atentando contra su propia
integridad física y emocional.
La coordinadora de atención psicológica de la Asociación para el
Desarrollo Integral de Personas Violadas (Adivac), Laura Elizabeth
Martínez Hernández, explicó que las niñas y adolescentes que sufren
violencia sexual tienen diferentes conductas y emociones como: ansiedad,
depresión, comportamientos sexuales que no van acordes a su edad y
experiencia, falta de concentración, ideación de muerte, intentos de
suicidio o autolesiones, hasta llegar a concretar en quitarse la vida.
La representante de Adivac -una asociación que tiene 26 años de
experiencia en la atención a víctimas de violación y otros delitos
sexuales-, refirió en entrevista para Cimacnoticias que las autolesiones
que se provocan niñas y adolescentes presentan la emoción de ira
contenida, debido a que no pueden expresar la rabia contra su agresor,
que en la mayor parte de los casos son familiares cercanos o los mismos
progenitores.
De acuerdo a la experta, muy pocas de las denuncias sobre violencia
sexual que reciben el apoyo de Adivac, tienen una resolución y
seguimiento que vaya acorde a los derechos de las víctimas, en donde
además de que sancionen con cárcel a los agresores, se les restituya el
daño a las denunciantes.
Ocurre lo contrario cuando los progenitores son los agresores y por ese
mismo motivo las madres solicitan el divorcio, con sentencias judiciales
que anteponen el núcleo familiar (contenido en la Ley General de Niñas,
Niños y Adolescentes) antes de garantizarles tener una vida libre de
violencia, que ya padecieron.
Martínez Hernández explicó que en la práctica, las autoridades continúan
juzgando bajo la creencia de que el Síndrome de Alienación Parental
(SAP) existe aunque éste no haya sido reconocido como un concepto
pquiátrico, tras responsabilizar a las madres de querer separar a sus
hijas de sus progenitores, así como obligar a las niñas y adolescentes a
convivir con sus agresores, en vez de dar el peso adecuado a los
testimonios y pruebas psicológicas efectuadas a las víctimas.
Desde el 2014,
la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) interpuso
una acción de inconstitucionalidad en contra del concepto del SAP,
contemplado en el Código Civil de la Ciudad de México ante la Suprema
Corte de Justicia de la Nación (SCJN) por contravenir los
derechos de los niños, niñas y adolescentes, así como lo establecido en
la Convención de Belém do Pará, debido que el SAP es un término que
refleja discriminación de las mujeres y las estereotipa, al culparlas de
manipular a sus hijas e hijos en contra de sus padres.
FUNDAMENTAL PARA EL SUICIDIO
Las investigaciones realizadas en torno al tema de intento de suicidio
en niñas y adolescentes por parte del Instituto Nacional de Psiquiatría
(INPRFM) vinculan los factores de violencia sexual, familiar y
comunitaria como motivos por los cuales las niñas y adolescentes de las
zonas urbanas de México intentaron suicidarse.
Datos de 2014 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi)
arrojan que los estados con más alto índice de niñas y adolescentes con
conductas suicidas en México son: la Ciudad de México con 16 por ciento
de incidencia, seguido de Tlaxcala con 14.7 por ciento, y Baja
California con 14.5 por ciento.
La psicóloga social del área de Investigaciones Epidemiológicas y
Psicosociales del INPRFM, Catalina González Forteza, explicó que las
niñas de 12 a 14 años que han intentado suicidarse, a veces ocurre por
su enojo con la situación familiar que viven, por lo general relacionada
a la violencia familiar, violación o abuso sexual.
González Forteza -quien ha realizado investigaciones sobre “Tentativa de
Suicidio” desde 1986-, abunda que en las niñas de 14 a 18 años de edad,
intervienen los mismos factores, pero también influyen otros como la
construcción de identidad sexual, autoestima y aceptación social, aunado
a otros tipos de violencia como “bullying” y violencia comunitaria.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), el suicidio se
ha convertido en la segunda causa de muerte entre adolescentes de 10 a
19 años de edad, y la principal causa de mortalidad en adolescentes de
15 a 19 años.
En tanto que las adolescentes de 17 a 18 años de edad empiezan a
sentirse presionadas por decidir qué carrera estudiarán o por elegir una
pareja, factores que a veces se conjuntan con la fantasía de que el
embarazo a temprana edad les ayudará a formar una familia diferente a la
que tuvieron. En la realidad repiten patrones al unirse a parejas
violentas o que no tienen la madurez para formar una familia, truncando
sus proyectos de vida.
Foto: Zaqi
Por: Gema Villela Valenzuela
Cimacnoticias | Ciudad de México.-
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