Zona de Reflexión
Por: Lucía Lagunes Huerta*
¿Cuándo se enternecerá nuestra conciencia hasta un punto tal que nos
lleve a actuar para prevenir la miseria humana en lugar de vengarla?
Eleonor Roosevelt
Apenas habían pasado unas horas de la conmemoración del Día
Internacional de los Derechos Humanos, cuando este domingo se dio un
primer paso para detener la explotación de las mujeres en contextos de
prostitución y garantizar sus Derechos Humanos en la naciente
Constitución de la Ciudad de México, al dejar fuera del apartado laboral
la prostitución como “trabajo sexual”.
Cerca de las 17 horas, con 13 votos a favor, 1 en contra y 1
abstención, las distintas fuerzas políticas que integran la Asamblea
Constituyente y la Comisión de Derechos Humanos decidieron dejar fuera
la propuesta de considerar la “prostitución” como trabajo, al considerar
que su debate requería más tiempo y mayor profundidad.
En la Comisión que encabeza la antropóloga feminista Marcela Lagarde y
de los Ríos, se dieron álgidos debates sobre la “prostitución” y su
inclusión como trabajo en el borrador de la Constituyente. Activistas y
académicas señalaron las condiciones de explotación que enfrentan las
mujeres en condiciones de “prostitución” y su vínculo con el negocio
ilícito de la trata de personas.
Un ejemplo fue la sesión del pasado 31 de octubre en la reunión de la
Comisión de Derechos Humanos para ver el apartado laboral. El debate
sobre la “prostitución” y la trata de personas acaparó la discusión,
pero el poco tiempo que se tenía impidió profundizar en el tema.
Lo que sí quedó claro es que aún entre las legisladoras que se habían
manifestado a favor, la duda continuó en el aire y algunas
constituyentes como Bertha Luján, del partido Movimiento Regeneración
Nacional (Morena), aseguró que ese tema no sería incluido por parte de
su partido.
Por su parte, la constituyente de Movimiento Ciudadano (MC), Esthela
Damián, manifestó sus dudas y solicitó a la presidencia de la Comisión
profundizar en la discusión.
Los debates posteriores tanto en la Constituyente, como en los foros
convocados por el legislador Víctor Hugo Romo (PRD), y el activismo de
feministas que buscaban desterrar la explotación sexual, provocó que las
fuerzas políticas en la Asamblea Constituyente decidieran que el tema
era demasiado polémico y necesitaba una discusión mucho más profunda.
Este resultado se enlaza con otro hecho histórico de hace 68 años,
cuando una mujer estadounidense, presidenta de la Comisión de Derechos
Humanos de la ONU, dio un cambio a la historia para bien de la
humanidad, al romper con la lógica del masculino genérico y poner en el
centro a la humanidad.
Su nombre fue Eleanor Roosevelt, quien junto a Hansa Jivraj Mehta
transformaron la redacción original del artículo primero de la
declaración Universal de Derechos Humanos, para que se reconociera que
“todos los seres humanos nacen libres e iguales”, en lugar de todos los
hombres.
Con la lección aprendida de los efectos de la invisibilidad, estas
mujeres, Eleonor y Hansa, no dejaron que el masculino genérico volviera a
ocultar a las mujeres. Ello costó una dura discusión porque los varones
no podían entender dónde estaba el matiz. La mujer necesitaba su propia
voz y ser reconocidas como parte de la humanidad que se buscaba
proteger.
Sin lugar a dudas, este primer paso en la Constituyente para detener la
explotación sexual de las mujeres no está a salvo de las tentaciones
echadas a andar para buscar que la “prostitución” sea reconocida como
trabajo.
Nos quedan aún muchos argumentos por escuchar de uno y otro lado. Sin
embargo, creo que la pregunta hecha por la propia Eleanor Roosevelt para
el cambio del artículo primero de la declaración Universal de los
Derechos Humanos en 1948, nos ayudan en este 2016 y en el próximo 2017:
“¿En dónde empiezan los Derechos Humanos universales? Pues en pequeños
lugares, cerca de nosotros; en lugares tan próximos y tan pequeños que
no aparecen en los mapas. Esos son los lugares en los que cada hombre,
mujer y niño busca ser igual ante la ley, en las oportunidades, en la
dignidad sin discriminación. Si esos derechos no significan nada en esos
lugares, tampoco significan nada en ninguna otra parte”.
*Periodista y feminista, Directora General de CIMAC
Twitter: @lagunes28
CIMACFoto: César Martínez López
Por: Lucía Lagunes Huerta*
Cimacnoticias | Ciudad de México.-
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