El golpe sobre la mesa muestra a un
poder civil doblegado. Ayer, los conductores de los trabajos en el
Senado de la República (el máximo jefe, el priísta Emilio Gamboa, y el
presidente de la Junta de Coordinación Política, el panista Fernando
Herrera) y los tres principales partidos en constante coalición (PRI,
PAN y PRD) se allanaron a las exigencias planteadas de manera insólita,
días atrás, por el general Salvador Cienfuegos, secretario de la Defensa
Nacional, y anunciaron que con prontitud convocarán a un periodo
extraordinario de sesiones, tal vez en enero, apenas pasen las fiestas
de temporada.
La premura legislativa busca dotar al Ejército y a la Marina de
protección legal para continuar, incluso intensificar, las acciones
armadas contra el crimen organizado, pero además contra todo aquello que
provoque alteraciones a la
seguridad interior. La mayor parte de lo hecho por esas corporaciones, a lo largo del decenio de horror inaugurado por Felipe Calderón Hinojosa en Apatzingán, Michoacán, ha carecido de legalidad, como lo ha confirmado el propio general Cienfuegos al abogar por un nuevo
marco jurídico. Basta leer el discurso del titular de la Sedena para encontrar suficientes confesiones de parte respecto a la ilegalidad en que se han movido las fuerzas armadas mexicanas, impelidas por los ocupantes de Los Pinos, el citado Calderón y, en los cuatro años recientes, por Enrique Peña Nieto, continuador, con su propio estilo y preferencias, del menú de sangre y fuego heredado por el panista.
Pero, ¿por qué esta urgencia de los mandos militares (el general
Cienfuegos y el secretario de Marina, almirante Vidal Francisco Soberón
Sanz) por regularizar lo que ha sido tan aceptadamente
irregular durante 10 años? ¿Por qué acerar la mano gubernamental ahora,
cuando se ha entrado al tramo final del sexenio y podría suponerse que
ya no hay verdadera necesidad de cambiar los términos de las operaciones
militares? ¿Por qué se dio esta sincronizada operación política de
chantaje (Semar y Sedena declaran; Los Pinos coincide; el
Senado acelera el proceso legislativo) para blindar las futuras
operaciones militares? ¿Qué tareas especiales habrán de realizar los
militares de 2017 en adelante?
Un intento de respuesta podría considerar que las maniobras militares
recientes, y las que se esperan, son el reconocimiento de la profunda
crisis nacional. El país se encamina hacia peores formas de
ingobernabilidad y hacia mayores turbulencias sociales y económicas. El
poder civil está deslegitimado: las entidades federativas son un botín
de los gobernadores y sus camarillas; el crimen organizado multiplica
secuestros, extorsiones y asesinatos (ayer hubo protesta en
Villahermosa, ante la indolencia del gobernador tabasqueño Arturo
Núñez); el gobierno federal está hundido en la frivolidad (con la
canciller haciendo guacamole, por ejemplo), en la corrupción y la
fragilidad económica (Carstens pegando la nada graciosa huida) y en la
parálisis frente a la sostenida amenaza desestabilizadora de Trump
(Videgaray zopiloteando para ver cómo aprovechar la coyuntura para él y
su grupo).
A ese cuadro crítico debe agregarse que Peña Nieto está frente
a un proceso de sucesión presidencial no solamente adelantado, sino
descontrolado, con evidencias claras de que el PRI y los intereses de la
camarilla mexiquense pueden estar en grave riesgo. La preocupación
central de las cúpulas políticas, económicas y militares está en el
posicionamiento de Andrés Manuel López Obrador como único candidato
realmente antisistema y probable beneficiario del muy previsible voto de
castigo en 2018. También angustia a esas élites la probabilidad de que
no prenda la precandidatura inflada de la opción B, Margarita Zavala,
esposa de Calderón (quien abiertamente se sigue mostrando como promotor y
guía de su cónyuge). A pesar de actos masivos como el de este fin de
semana, en el que estrenaron el equívoco lema de #somosMaZ (al que en
redes sociales se trocó en #somosMazDeLoMismo, #SomosMazCalderón y otras
variantes), Zavala sigue mostrando un discurso lleno de lugares
comunes, y las entrevistas con la prensa suelen mostrarla muy vulnerable
ante preguntas sobre relección conyugal, la
guerra contra el narcotráfico, el caso de la guardería ABC y otros puntos que le son insalvables.
Hay otro aspecto procesal que ha inquietado a los altos mandos
militares. El nuevo sistema de juicios orales permite que la defensa de
los acusados exija que toda actuación de una autoridad deba estar
sustentada, incluso mediante la comparecencia personal de los
involucrados. Es decir, soldados y marinos tendrían que acudir ante los
tribunales para fundamentar y detallar las acciones que hubieran
realizado, lo cual parece muy peligroso para los jefes de esas
corporaciones.
Lo que viene se inició en su cocción política el mero día de la
sepultada Revolución Mexicana. Este 20 de noviembre la nota política
importante fue emitida no por el ocupante de Los Pinos, Enrique Peña
Nieto, sino por el secretario de Marina, el almirante Vidal Francisco
Soberón Sanz, quien ganó varias portadas de diarios de circulación
nacional con un discurso que tuvo mayor relevancia que el pronunciado
casi de manera burocrática por el citado Peña Nieto (el Astillero del 21
llevaba como encabezados: El discurso del almirante;
Legalizaracciones militares; Congreso, listo para aprobar: https://goo.gl/BltUoH). Luego vino la inusual conferencia de prensa del general Cienfuegos, cuyos alcances y motivaciones aún son motivo de polémica, algunos suponiendo que fue una jugada política concertada con Los Pinos, y otros considerando que fue un peligroso desbordamiento del poder militar ante la debilidad e impericia del poder civil. Hasta llegar a la coincidencia de EPN con el general Cienfuegos y el anuncio, ayer, de un raudo procesamiento legislativo de las exigencias militares. ¡Hasta mañana!
Twitter: @julioastillero, Facebook: Julio Astillero, Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
¿Qué es lo peor que podría suceder
a México y a los mexicanos en 2017? Hay algo en lo que hasta los
optimistas irredentos estamos de acuerdo: el panorama no se ve color de
rosa (
pinta como Cuevas, decía un dicharajo de los años 60, en referencia a José Luis). Bloomberg sacó su bola de cristal y en un lúcido ensayo proyectó el futuro del mundo, incluyendo a México. ¿Irá a ser tan perverso Trump que cumplirá sus amenazas? ¿Se devaluará más el peso? ¿Huirán los capitales? ¿A quién de los aspirantes a ocupar la Presidencia favorecería una eventual crisis política, económica y financiera? Enseguida, los pronósticos bloombergianos:
Trumpicidio
1. Donald Trump retira a Estados Unidos del TLCAN,
aumenta los aranceles a las exportaciones mexicanas y grava severamente
las remesas de los trabajadores de Estados Unidos para pagar la infame
frontera.
La recesión
2. México se sumerge en una profunda recesión y pierde su apreciada calificación de inversión.
Deportaciones y narco
3. Las deportaciones masivas desde Estados Unidos obligan a los desesperados desempleados a acercarse al narcotráfico.
Presidente populista
4. A medida que la hostilidad hacia los gringos alcanza
su punto álgido, un populista de la izquierda –ÁndrésManuel López
Obrador– surge como precursor de la Presidencia en 2018 con una
plataforma que incluye la revisión de los contratos de exploración
petrolera previamente adjudicados a empresas privadas. La
nacionalización se asoma.
Más devaluación
5. El peso continúa en su espiral descendente, impulsando
la inflación y elevando los costos de los préstamos. Liderados por una
caída del valor de los bonos de Pemex, los inversionistas venden los
bonos de las grandes corporaciones, trayendo de vuelta los temores de
una ola de restructuraciones de deuda.
Habría que agregar otros dos elementos –no son de Bloomberg, sino del autor de esta sección– a las coordenadas del pesimismo:
Tasas de interésy deudas familiares
6) Que la tasa de interés siga subiendo, lo cual parece
inevitable, porque Estados Unidos lo hará en fecha próxima. Los clientes
dejarían de pagar sus deudas a los bancos y éstos enfrentarían una
situación muy delicada.
Tensión con las fuerzas armadas
7) En torno al problema de la seguridad habría mayor
tensión entre las autoridades civiles y las fuerzas armadas, lo cual
podría despeñar al país a circunstancias inimaginables.
Por supuesto, no tienen que cumplirse cada uno de estos pronósticos,
pero están muy interconectados. Uno puede desatar a los demás –gravar
las remesas de nuestros paisanos, por ejemplo.
No todo es gris
Entre las buenas noticias –¡gulp!– destaca el empeño de Humberto Moreira por regresar a la política.
Yo he sido acusado de todo y exonerado de todo, dice el pobresor, acusado de lavado de dinero y vínculos con Los Zetas. Buscará un escaño en la Cámara coahuilense de Diputados, lo cual le permitirá gozar de fuero.
Chapultepec y Pemex
Diecinueve mil metros cuadrados de la Tercera Sección del Bosque de Chapultepec están en proceso de ser
rescatados, y la Secretaría de Medio Ambiente del Gobierno del Distrito Federal anuncia que tomará medidas más estrictas con la empresa o grupo interesado en privatizar esa sección del bosque. La propuesta deberá ser aprobada por un jurado y contar con la opinión favorable del Consejo Rector Ciudadano del Bosque de Chapultepec. ¿Quiénes integran ese consejo? Supuestamente son personas muy preocupadas por el bosque. Sin embargo, no han sido capaces de detener esta nueva mutilación. Algunos tienen negocios o son empleados del gobierno. Chapultepec está en peligro de correr la misma suerte que Pemex.
Al inminente final del año de gracia
de 2016, consideré oportuno echar-me una rápida zambullida a las
profundidades del baúl mundo. Las siguientes notas fueron tomadas al
azar, sin tener en cuenta tema ni antigüedad.
En mis tiempos, como forma de expresar que una persona había sido víctima de un engaño realmente inexplicable se solía decir:
Lo engañaron como a un chino. Nunca entendí la razón de tal expresión, pues la realidad era lo opuesto. Me acuerdo de una leyenda que aseguraba que los chinos avecindados en México no sólo eran de edad provecta, sino que aún se les consideraba inmortales. En Baja California, Sinaloa o Torreón, lugares en los que la población china era considerable, nadie recuerda haber asistido a un velorio. La explicación que se daba en todos los corrillos era que los que fallecían eran inhumados privadamente y su documentación enviada a los familiares de quien había decidido habitar en el celeste y celestial imperio. De inmediato se escogía (no sé si por elección democrática, herencia, antigüedad, insaculación o por medio de los palitos chinos, quién supliría al finado. Éste viajaba a México, mostraba sus documentos y nunca se dio el caso de que un agente de migración descubriera que Li Kequiang era en realidad King Zheng Zhang. A esto agréguese el hecho por todos conocido, del dominio indiscutible, que los orientales tienen en las artes de la prestidigitación, el ilusionismo, el escapismo y la magia (seguramente todos los octagenarios nacionales recuerdan a Fu Manchú, creado por Sax Rohmer en 1913) el malvado villano chino que pretendía destruir a Occidente, pues odiaba enfermizamente a los blancos y todo lo que éstos representaban (como quien dice una versión bizarra de don Donald Trump). Afortunadamente, el detective inglés Denis Rohmer lo derrotaba indefectiblemente en las matinés de cada domingo.
Con los dedos cruzados y
las veladoras encendidas, el gobierno mexicano aceptó participar en la
estrategia de los países productores de petróleo para reducir la
producción internacional de crudo, con el fin de aumentar el precio de
venta, en una ecuación aparentemente simple (menos barriles = mayor
ingreso), aunque más que complicada en el plano político.
Después de varios intentos fallidos, el pasado 30 de noviembre las
naciones integrantes de la Organización de Países Exportadores de
Petróleo (OPEP) decidieron reducir su producción diaria de crudo en un
millón 200 mil barriles, a partir del primer día de 2017. El acuerdo
incluyó
invitara los países petroleros que no forman parte de ese organismo, con el fin de que recortaran alrededor de 600 mil barriles adicionales por día, consenso que se alcanzó diez días después de la fecha citada y en el que mucho tuvo que ver el equipo negociador ruso (que aceptó recortar 300 mil barriles por día).
El objetivo de los miembros de la OPEP y el de los que no pertenecen
al cártel es el mismo: mediante prorrateo, reducir la oferta de oro
negro para que su alicaído precio comience a repuntar, aunque
difícilmente alcanzaría el registrado hace tres o cuatro años atrás, es
decir, por arriba de los 100 dólares por barril. De lograrse esa meta,
las finanzas públicas de muchas naciones productoras –como la nuestra–
recibirían una buena dosis de oxígeno.
El problema (como suele pasar en estos acuerdos) es que más tardan en
consensuarlos y firmarlos que en quebrantarlos, porque siempre aparece
un país que tarde que temprano comienza a producir más de lo acordado, y
los demás simplemente reaccionan como fichas de dominó. Pero la
situación de los países petroleros es tan delicada, que deberán actuar
como bloque y respetar dichos acuerdos si es que en realidad desean
obtener buenos resultados.
Para el caso de México –que no forma parte de la OPEP– el acuerdo
alcanzado lo compromete a reducir su producción diaria en 100 mil
barriles, algo que por lo demás deberá cumplir sin mayores
complicaciones, porque aquella registra una baja continua desde, cuando
menos, el comienzo del gobierno peñanietista. Entre el primero de
diciembre de 2012 y el cierre de octubre pasado dicha producción ha
declinado en 20 por ciento (algo así como 400 mil barriles diarios
menos, de acuerdo con las cifras de Pemex).
La Jornada lo informó así: “la OPEP y 11 países no miembros
–incluidos México y Rusia– acordaron el sábado pasado, en una reunión en
Viena, recortar su producción de crudo en un total de 558 mil barriles
por día. Se trata del primer acuerdo global desde 2001 para disminuir el
bombeo de crudo en conjunto. La cifra quedó por debajo del objetivo
inicial de 600 mil barriles, pero aun así es la mayor contribución que
han hecho hasta ahora. Este recorte es adicional al millón 200 mil
barriles anunciado por la OPEP el pasado 30 de noviembre y fue
concretado después de casi un año de discusiones dentro de la
organización.
“La rebaja acordada recientemente por la OPEP representa una
reducción de 4.45 por ciento y busca bajar a 32.5 millones de barriles
diarios la oferta conjunta, a fin de estabilizar el mercado petrolero
global. A ello se añaden ahora los recortes de México –que hace un
esfuerzo particular, puesto que su producción ya está en declive–,
Rusia, Kazajstán, Malasia, Omán, Azerbaiyán, Bahrein, Guinea Ecuatorial,
Sudán del Sur, Sudán y Brunei. Los países miembros de la OPEP son
Argelia, Angola, Ecuador, Gabón, Irán, Irak, Kuwait, Libia, Nigeria,
Qatar, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Venezuela. Ahora, la
atención del mercado de centrará en el cumplimiento del trato. El
acuerdo, que entrará en vigor en enero de 2017, tendrá una duración de
seis meses, con posibilidad de renovarlo por seis meses más”.
Y tras el consenso alcanzado en materia de producción, comenzaron las apuestas:
el ministro venezolano de Energía y Petróleo, Eulogio Del Pino, aseveró que la cesta petrolera venezolana pudiera rondar entre los 50 y 60 dólares el barril, esto tras los acuerdos alcanzados en la reunión de Viena, Austria. Con este recorte vamos a lograr restablecer el equilibrio de los inventarios en unos seis o nueve meses, y esto va a permitir para la cesta venezolana que el barril de nuestro petróleo repunte. Desde Venezuela se ha planteado la necesidad de una cumbre en el primer trimestre del año; si es posible en febrero.
He allí los acuerdos que pretenden poner fin a dos años de precios
petroleros en el subsuelo. Sin duda alguna los países productores se
tardaron una eternidad ya no en llegar a acuerdos, sino siquiera en
sentarse a la mesa a revisar las posibilidades y actuar en consecuencia.
Pero como bien advierte el editorial de La Jornada,
en economía, como en política, la mayoría de los acuerdos no nacen de las intenciones, sino de las necesidades.
En el caso de México, como siempre, la retórica oficial celebra lo
inexistente, pues desde el micrófono de la propaganda del régimen se
cacarea que las finanzas públicas del país
ya se despetrolizaron. De cualquier suerte no hay que olvidar que el 20 de enero de 2016 el precio del barril mexicano llegó a niveles de alarido: 18.90 dólares, y que a lo largo del año su mejor nivel no pasó de 45, cuando las arcas nacionales se nutrían con barriles de 100 y algunos dólares más.
Cuando Peña Nieto se instaló en Los Pinos en el precio promedio del
barril mexicano de exportación rozaba los 102 dólares. El pasado viernes
se vendió a 44.28, y la abismal diferencia es el brutal impacto,
contante y sonante, en las finanzas públicas
despetrolizadas. Y de lo perdido, lo que aparezca: la Secretaría de Hacienda informó que el pasado 7 de diciembre
el gobierno mexicano recibió 2 mil 650 millones de dólares por concepto de cobertura sobre los ingresos petroleros para el ejercicio fiscal 2016.
Al avanzar el año avanza también
el deterioro externo de la economía; un desequilibrio estructural que
se ha agravado por la conceptualización errónea de una movilidad
transfronteriza de mercancías, servicios, inversiones y capitales sin
límites ni regulaciones, que por cierto el nuevo gobierno estadunidense
planea dinamitar con perjuicios inciertos para México en lo inmediato...
pero con efectos positivos si somos capaces de responder con
inteligencia y digno nacionalismo al oprobioso desafío, y redireccionar
al país.
Balanza de pagos
Por lo pronto, al tercer trimestre la Cuenta Corriente
acumula un elevado déficit externo de -23 mil millones (mm) de dólares y
un déficit comercial de -12 mil; y la Cuenta de Capital muestra un
superávit disminuido a 17 mil m, pues aunque se disparó el endeudamiento
externo (público y privado) a 26 mil millones, cayó la inversión
extranjera directa y de cartera. De esta última incluso se registra una
desinversión (salida) del mercado de dinero (valores) por -6 mil
millones (Gráfico 1).
Pero lo más grave es la impúdica fuga masiva de capitales "mexicanos"
que va a bancos del exterior y que de enero a septiembre era ya de -27
mil millones de dólares, cifra equivalente en pesos al presupuesto 2017
de Educación, Agricultura, Salud y Desarrollo Social juntos, y es 26%
superior a lo ingresado por inversión extranjera.
Nos cuentan aquí que estamos en un mundo
post-verdad, donde la realidad ya no se define por hechos y verdades, sino por afirmaciones basadas más en la fe en quien las expresa que en algún conocimiento común sobre que es o no la verdad. Dicen que es algo nuevo.
Una lluvia fuerte está por caer, cantó Patti Smith en Noruega, en la ceremonia de la entrega del premio Nobel de Literatura
al ausente pero omnipresente Bob Dylan. Es una canción que nace ante
amenazas de guerra nuclear, grabada por primera vez en 1962, en la
coyuntura de lo que se conoce como la crisis de los misiles en Cuba.
Es una canción desesperada, comentó Dylan en aquel tiempo, en el texto que acompaña el disco The Freewheelin’ Bob Dylan (considerado uno de los 500 más grandes de todos los tiempos por Rolling Stone).
Cada línea en ella es en verdad el inicio de otra canción completa. Pero cuando la escribí, pensaba que no tendría suficiente tiempo vivo para escribir todas esas canciones; entonces puse todo lo que podía en esta.
A hard rain’s A-gonna fall, tema en el que un hijo
cuenta lo que ha visto en el mundo, concluye cuando dice que regresará
afuera antes de que caiga la lluvia, allá donde
la cara del verdugo siempre está bien oculta/donde el hambre es fea, donde las almas están olvidadas/donde negro es el color, y nada es el número, y afirma:
Y lo contaré, y lo pensaré, lo diré y lo respiraré/Y lo reflejaré desde las montañas para que todas las almas lo puedan ver/Y después me pararé sobre el océano hasta que empiece a hundirme/Pero aprenderé bien mi canción antes de empezar a cantarla.
Este fin de semana
estuvo en Baja California Ivonne Ortega Pacheco, diputada federal
priísta y ex gobernadora de Yucatán. Como todos los dirigentes de
partidos y ocupantes de cargos de elección popular, no puede hacer
abiertamente campaña por la Presidencia de la República en los comicios
de 2018, así que oficialmente vino a dar una conferencia a las mujeres
del tricolor.
Sin embargo, aprovechó reuniones con pequeños grupos locales para
dejar claro que conoce el país, que tiene ideas claras sobre la reforma
energética, las telecomunicaciones, la pobreza y muchos otros temas, y
que está en la fila junto con el titular de la Secretaría de
Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y el de la Secretaría de
Hacienda y Crédito Público, José Antonio Meade Kuribreña.
Entre las toneladas de mentiras
que el sistema emplea a diario para convencernos de que las cosas son
como son y no como podemos hacer que sean, están los ríos de tinta para
tratar de explicar, amabilizar u ocultar el arduo proceso de
envejecimiento en todos los seres vivos del planeta, menos dramatizado
entre los irracionales y complicado al máximo por los llamados
racionales, a merced de desalmadas industrias como la financiera,
farmacéutica, familiar o funeraria.
No obstante que todo cuanto nace ya ha empezado a morir como parte
del ciclo de la vida, al sistema le interesa maquillar la muerte natural
y, si interviene la libre voluntad, prohibirla con leyes como en el
caso del suicidio asistido, las eutanasias o el aborto, al tiempo que
difunde, falaz y perversa, todo el día, todos los días, accidentes,
violencia, guerras, el rentable combate al narcotráfico y una calculada
impotencia ante la corrupción y el crimen organizado.
La demanda de un grupo
bipartidista de senadores estadunidenses de que se realice una
investigación exhaustiva sobre los señalamientos de la Agencia Central
de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés), de que el gobierno ruso
intervino en las pasadas elecciones presidenciales en favor del ahora
presidente electo Donald Trump, marca un ahondamiento del desbarajuste
institucional generado en el país vecino por el triunfo del magnate
republicano y por su inminente llegada a la Casa Blanca.
Juntos, zapatistas y morenistas deben debatir rumbo a 2018
El artículo del doctor Guillermo Almeyra, publicado ayer en La Jornada,
pone el dedo en la llaga. Para no variar, y a riesgo de volver a ser
atacado por los partidarios de ambos bandos (morenistas y zapatistas),
señala claramente la falta de contenido en sus propuestas rumbo a 2018.
La oligarquía local debe estar de fiesta ante el pobre espectáculo
intelectual de ambos grupos que se disputan la pureza ideológica de lo
que debe ser este país. Mientras, México como proyecto de nación va
directo al precipicio. La enfermedad es grave y no hay trapitos o
placebos que sirvan de remedio.
La promesa de Donald Trump de romper radicalmente con el establishment
se desvaneció por completo en el momento de integrar su gabinete. La
mayoría de los personajes que ha invitado a formar parte del próximo
gobierno son parte integral del establishment político y económico. Por añadidura, será el gabinete con el mayor número de multimillonarios en la historia del país.
En recientes artículos hemos
procurado poner de relieve que la salida del Ejército de los cuarteles
para realizar actividades de seguridad pública e incluso directamente
policiacas rompe claramente con disposiciones de carácter constitucional
que formalmente imponen al Ejército, de manera restrictiva y precisa,
funciones de resguardo de la soberanía nacional e integridad
territorial, sin que haya referencias al orden público general o a la
salvaguarda de los intereses comunitarios, que debieran corresponder a
policías especializadas, según los delitos y el territorio. La
conclusión evidente es que en México carecemos de este procedimiento
jurídico o reglamentación específica que señale los límites que pueda y
deba tener el Ejército en materias de índole propiamente policiaca.
El próximo sábado concluye en
Cancún una importante reunión internacional: la Conferencia de las
partes (COP13), máximo órgano de gobierno del Convenio sobre la
Diversidad Biológica (CDB). Este convenio suma la voluntad de 196 países
en torno a temas claves relacionados con el buen estado de los recursos
naturales del planeta, con políticas que eviten la destrucción de las
especies animales y vegetales en tierra firme y el mundo marino. A esa
voluntad se suman varios acuerdos multilaterales que, aunque no están
específicamente en los objetivos de preservar, enriquecer y utilizar
racionalmente la biodiversidad, sí se relacionan con ellos.
En las discusiones que tienen
lugar en la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México ha resurgido
el tema de los organismos autónomos; en la Comisión del Poder Judicial
defendí sin éxito que la fiscalía general de justicia, nombre nuevo que
se le da a la procuraduría, sea parte del gabinete del jefe del
Ejecutivo y no un organismo autónomo con facultades y responsabilidades
sin conexión con superior alguno; en ese punto, se siguió al pie de la
letra la reforma que ya se aprobó a escala federal y sólo pendiente de
implementarse en la práctica.
La Declaración Universal de
Derechos Humanos cumple 68 años el 10 de diciembre. Es poco sabido que
un momento crítico de su elaboración pasó en México y vale la pena
echarle un vistazo, por un interés que, como se verá, no es simple
curiosidad histórica.
El historiador Tony Judt escribió una serie de ensayos entre 1995 y 2010 que se publicaron el año pasado bajo el título de Cuando los hechos cambian.
Esta frase es reminiscente de aquella que supuestamente habría usado
Keynes y que remataba añadiendo “…cambio mi parecer. ¿Usted qué hace,
señor?”
La economía macro y micro,
las relaciones familiares y de trabajo, el sexo, la política de los
gobiernos, la guerra, la delincuencia, el terrorismo, la socialización,
el consumismo sin fondo, el odio racial o religioso, la mentira, el
control represivo, y también la verdad, el conocimiento, la
contrainformación, la articulación de redes auténticas y eficaces, la
creación artística, la denuncia, la libertad. Todo acecha como amenaza y
como esperanza (juntas y bien revueltas) detrás del dichoso espejo
negro que actualmente acompaña, orienta, determina y entretiene a la
mayoría de la humanidad; ésta, y la pobreza generalizada con la cual se
intersecta, son las únicas mayorías en términos absolutos. Todo lo demás
es ilusión, virtualidad. O dictadura enmascarada.
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