
2. Me gustó que no se haya
identificado Ana Gabriela: ni como internacionalista, ni como senadora
ni como mujer. Si lo hubiese hecho no íbamos a conocer a muchos
mexicanos ricachones tal cual son frentes a verdadero pueblo que anda en
bicicletas o en moto y sin credenciales que enseñar. ¿Por qué en lugar
de que los panistas propongan que los millonarios se armen en sus
coches, sus oficinas y sus casas, no se propone que el pueblo trabajador
se arme contra quienes los explotan, los desprecian, discriminan y los
maltratan? La realidad es que he visto muy pocas protestas contra el
salvaje proceder hacia Ana Gabriela. ¿Será porque iba vestida de
pantalones, porque llevaba una moto, porque viajaba sola o por el tono
de su voz? O ¿Se debe a que los implicados en las patadas y golpes son
empresarios, gobernantes o sólo hijueputas?
3. Guevara es
legisladora del PT por Sonora con la comisión de Asuntos Migratorios,
así que pertenece a la fracción de los más importantes senadores de este
período: los combativos e inteligentes Manuel Bartlett y Laida Sansores
que, seguramente, buscarán llegar hasta las últimas consecuencias. Para
mí lo grave es que así actúan policías, soldados y marinos: “al árbol
caído, leña”. ¿Tienen miedo esos pateadores (patanes), esos golpeadores
de montón, a que se levante el derribado y los surta a golpes? Obvio si
Ana Gabriela les hubiera enseñado su charola de senadora, todos hubieran
tomado el camino de besarle la mano pidiendo perdón. Sólo confío en que
Bartlett y Sansores denuncien a fondo a los culpables y a este sistema
político y económico de mexicanos que sólo patean y pegan cuando se está
en el suelo.
Blog del autor: http://pedroecheverriav.wordpress.com
alterar26@gmail.com
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