Por
Jorge Carrasco Araizaga
,
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- A pesar de que ha pasa do casi un cuarto de siglo, los mexicanos no hemos podido superar el traumático año de 1994. Más que una referencia, es casi un punto de partida para explicar el proceso de descomposición de México.
Los asesinatos del candidato
presidencial del PRI Luis Donaldo Colosio, en marzo de ese año, y el del
secretario general de ese mismo partido, José Francisco Ruiz Massieu,
en septiembre siguiente, demuestran cuán traumática ha sido la
transformación del sistema político mexicano, en un contexto de
modernización económica también agresivo para el grueso de la población.
Los
estrategas estadunidenses que estaban detrás del Tratado del Libre
Comercio en América del Norte (TLCAN), consideraban que como
consecuencia de la apertura económica de México, su viejo sistema
político terminaría también abriéndose hacia la modernización.
En
efecto, ese viejo sistema cayó, pero no se tradujo en un nuevo sistema
político para la democratización del país, sino que devino en una mera
repartición del poder entre los distintos partidos políticos que
terminan protegiéndose los unos a los otros.
El eslabón perdido. La historia secreta de los magnicidios que cambiaron la historia de México, libro
que acaba de publicar Humberto Hernández Haddad, cónsul general de
México en San Antonio, Texas, en ese entonces, es un imprescindible
testimonio para comprender cómo esa mera repartición cómplice del poder
ha sido una de las principales causas de la descomposición política y
social de México.
El libro es resultado de lo que Hernández Haddad
vivió como representante diplomático de México en San Antonio, cuya
Corte federal documentó la manera en que se comportó el gobierno de
Ernesto Zedillo para ocultar, proteger y desaparecer al diputado del PRI
por Tamaulipas, Manuel Muñoz Rocha.
El entonces diputado fue
responsabilizado junto con Raúl Salinas de Gortari, el hermano mayor del
expresidente, como autor intelectual del asesinato de Ruiz Massieu,
aunque en 2005 Salinas salió de prisión después de 10 años, exonerado
por la justicia federal.
El eslabón perdido… es también
el resultado de 20 años de las batallas jurídicas y por la trasparencia
de Hernández Haddad para que en México y Estados Unidos se hicieran
públicos los archivos de ese capítulo definitorio en la vida política de
México, incluido el pedido del gobierno de Zedillo Ponce de León al de
Estados Unidos para detener y extraditar a México a Muñoz Rocha, a quien
dijo tener ubicado en Brownsville, Texas; aunque después hizo todo lo
posible para ocultarlo.
Los asesinatos de Colosio y Ruiz Massieu
ocurrieron en los últimos años del sistema autoritario del PRI. Por lo
tanto, sus protagonistas se encuentran en ese caduco arreglo político.
Pero no sólo ahí. Como parte de esa distribución cómplice, hay también
protagonistas en los llamados gobiernos de la alternancia.
En el
libro editado por Grijalbo, Hernández Haddad hace un repaso
pormenorizado de quiénes son; muchos de ellos todavía vigentes en la
función pública, en la práctica privada o en la vida pública
internacional. Es el caso del entonces secretario de Relaciones
Exteriores, José Ángel Gurría, secretario general, desde hace una
década, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económicos, la OCDE.
También el del extitular de la Secretaría de
Relaciones Exteriores (SRE), Luis Ernesto Derbez, actor central en el
financiamiento irregular de los Amigos de Fox, y actual rector de la
Universidad de las Américas de Puebla. O el del procurador general de la
República en el gobierno priista de Ernesto Zedillo, Antonio Lozano
Gracia, abogado hechura del panista Diego Fernández de Cevallos y ahora
defensor del exgobernador de Sonora, también por el PAN, Guillermo
Padrés Elías.
El exdiplomático, quien fue legislador del PRI,
revela la trama en la que un grupo de políticos, diplomáticos,
legisladores, jueces, magistrados y ministros lograron mantener en la
confusión los hechos que han marcado al país por más de 20 años y
seguirán definiéndonos.
Es difícil aseverar que fue una operación
de Estado, pero de lo que no hay duda es que en todo ese tiempo ha
existido un ocultamiento sistemático en el que han tenido que ver los
poderes formales del Estado mexicano.
El eslabón perdido… es
un libro clave para conocer cómo ha sido el proceso de
des-institucionalización de México; es decir, de cómo las instituciones
han sido fracturadas por quienes las han tenido a su cargo y han jurado
defenderlas.
Comentarios: @jorgecarrascoa
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