La hegemonía está llamada a rendir cuentas en el estado del presidente
Peña Nieto y su grupo de poder, con generaciones enteras de gobernantes.
Pablo Majluf
La
hegemonía está llamada a rendir cuentas en el estado del presidente Peña
Nieto y su grupo de poder, con generaciones enteras de gobernantes.
(Expansión) — La lucha por el Estado de México se encarniza. El PRI lo gobierna desde hace 88 años sin alternancia, y este año, por primera vez, puede perder la silla.
La tercera razón es porque el Estado de México representa buena parte del voto tradicional priista a nivel nacional: de perderlo, sus posibilidades para el 2018 serían escasas. Y cuarto, porque dado su peso –electoral, económico, geográfico– el estado constituye un juego de suma cero, donde cualquier pérdida la capitalizarían los adversarios; perderlo significaría dejar ir el bastión central, la gran maquinaria electoral priista.
Rescato algunos datos cruciales de los cuatro temas, acaso centrales, de la vida pública mexicana en la actualidad: Seguridad, Desarrollo, Economía y Competitividad, y Corrupción. Así pues, se halla el Estado de México:
Seguridad
• Primer lugar nacional en incidencia delictiva. En 2015 se
cometieron 56,835 delitos por cada 100,000 habitantes. Es decir, es el
estado con mayor criminalidad en el país (INEGI).• Primer lugar nacional en percepción de la inseguridad: 90.6% de los mexiquenses cree que el estado es inseguro (INEGI).
• Primer lugar nacional en feminicidios: 5,163 mujeres asesinadas entre 2000 y 2015, casi el doble que el segundo lugar, Chihuahua. (PGJEM; Instituto Belisario Domínguez del Senado).
• Cuarto peor en cantidad de oficinas de derechos humanos por millón de habitantes: apenas una oficina por cada millón (INEGI).
Desarrollo
• 49.6% de su población vive en pobreza, de la cual, 7.2% en pobreza extrema. Además, es el estado con mayor cantidad de pobres en términos absolutos: 9.46 millones (Coneval, 2014).• 23.7% de su población está en situación de vulnerabilidad por carencias sociales (Coneval, 2014). Y las carencias se manifiestan de la siguiente manera:
▪ 58.9% tiene un ingreso inferior a la línea de bienestar, y 20.1% un ingreso inferior a la línea de bienestar mínima.
▪ 60.6% carece de acceso a seguridad social.
▪ 21.3% carece de alimentación adecuada.
▪ 19.7% carece de acceso a la salud.
▪ 15.3% de la población tiene rezago educativo.
▪ 12.4% carece de acceso a servicios básicos de la vivienda.
Economía y competitividad
• Lugar 29 en sistema de derecho confiable y objetivo del mismo índice (IMCO, 2016).
• Lugar 31 en sistema político confiable y funcional (IMCO, 2016).
• Lugar 20 en gobiernos eficientes y eficaces (IMCO, 2016).
• Lugar 26 en PIB per cápita, con 94.25 mil pesos anuales (INEGI).
• Es el sexto estado más endeudado, con 35,900 millones de pesos (Reporte de Deuda Subnacional, IMCO, 2016).
Corrupción
• Primer lugar nacional en corrupción: 62,160 actos de corrupción por cada 100,000 habitantes, más del doble que el promedio nacional (Encuesta Nacional de Calidad del Impacto Gubernamental, INEGI 2015).• Segundo lugar nacional en impunidad: Según el Índice de Impunidad en México (IGI-Mex) de la UDLAP, 93.6% de los delitos en el Estado de México quedan impunes.
• Es de los diez estados peor calificados en derecho de acceso a la información pública, es decir, transparencia, con una calificación de 5.1 de 10 (IDAIM, 2015).
Y sin embargo el PRI nunca ha perdido. ¿Por qué? ¿Qué mecanismos han asegurado semejante –aunque inmerecida– longevidad? ¿Por qué a pesar de los penosos datos, el PRI sigue con serias posibilidades? ¿Dádivas, acarreos, corporativismo, ignorancia de la población? Acaso todos ellos.
Y aunque sería exagerado atribuir tan sombrío panorama exclusivamente a la gestión octogenaria del PRI, es inevitable invitar a los mexiqueneses a formular, de una vez por todas, después de casi un siglo de miseria, la democrática duda… ¿y si cambiamos?
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