Ellas se reconocieron en el dolor de sus hijas e hijos que conviven con
enfermedades cuyos síntomas la medicina convencional no logra aliviar y
se unieron, investigaron, concientizaron a la sociedad rompiendo
prejuicios, recorrieron pasillos legislativos y lograron que Argentina
se convirtiera en décimo quinto país en el mundo en legalizar el uso
medicinal del cannabis.
“Como siempre, las luchas lideradas por mujeres son siempre construcciones desde y para la igualdad, y las legisladoras mujeres fueron las primeras en entender nuestro reclamo. Ellas, y muchas de sus asistentes, nos guiaron en el ámbito legislativo y nos ayudaron en la construcción de la ley”, cuenta a Cimacnoticias, Valeria Salech, mamá de Emiliano de 11 años que tiene epilepsia criptogénica de inicio neonatal.
El niño ya tenía convulsiones cuando estaba en el vientre de Valeria, las que siguieron cuando nació, por lo que tomaba diez medicinas por día “que no mejoraban su condición, por lo que decidimos recurrir al aceite de cannabis hace dos años, con muy buenos resultados”, relata la mujer que preside en Argentina “Mamá Cultiva”, una organización nacida en Chile en 2012 que propicia el autocultivo de la planta milenaria para elaborar medicamentos.
También tomaba 10 medicinas diarias Josefina de 4 años, que tiene el síndrome de West que le provocaba hasta 300 espasmos diarios, generándole “graves secuelas psicofísicas” relata a Cimacnoticias, su mamá María Laura Alasi que conoció en su andar por corredores hospitalarios a la venezolana Rebecca que le contó sobre el uso medicinal del cannabis.
“Al darle una gotita del aceite canábico debajo de la lengua, en sólo diez días comenzamos a ver que nuestra hija estaba más conectada con su entorno, por primera vez nos miró a los ojos y sus convulsiones por 6 días enteros desaparecieron. Fue como tocar el cielo con las manos. Sin dudarlo un segundo nos dimos cuenta que este era el camino a seguir, a pesar de los prejuicios y del temor por la ilegalidad”, relata la mamá que fue la primera en Argentina en conseguir autorización oficial para importar desde Estados Unidos la medicina cuya base es la marihuana.
Josefina y María Laura fueron noticia en tapa de periódicos y en horarios centrales de la televisión y la radio del país cuando, en 2015, se confirmó que la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica de Argentina permitió la exportación del aceite “Charlotte” –nombre de una niña estadounidense tratada con el producto- por primera vez al país para uso pediátrico.
La revelación de un cambio de vida para para la médica Ana María García Nicora se concretó cuando, en 2014, vio un documental en la CNN sobre el uso medicinal de la marihuana y entonces “pasaron por mi mente, como una película, las fracturas de huesos y dientes, las quemaduras, la falta de autonomía de mi hija Julieta, a causa de su epilepsia”, comparte con Cimacnoticias la presidenta de la organización Cannabis Medicinal Argentina (Cameda).
Julieta, de 27 años, tiene el síndrome de Lennox-Gastaut, una variante de la epilepsia infantil con la que convive desde los 3 años, edad a la que presentó un cuadro febril que desencadenó una meningoencefalitis herpética y una interminable historia de consumo de medicamentos y dietas especiales.
Su mamá, médica, admite que “marihuana, cannabis, THC (sustancia psicoactiva del cannabis), CBD (uno de los cannabinoides), cáñamo, son términos que pasaron a formar parte de un nuevo `volver a empezar’ para Julieta y toda la familia”.
LO PERSONAL ES POLÍTICO
Valeria, María Laura, Ana María son tres voces femeninas que representan a otras cien que, en sólo tres años de organización colectiva, lograron que la semana pasada el Congreso argentino sancionara la ley para el uso medicinal de cannabis, gracias al compromiso asumido, sobre todo, por legisladoras que comenzaron a acompañar a las madres.
“Nuestra realidad personal se transformó y se multiplicó en una realidad y necesidad social. Hay poblaciones vulnerables, con la necesidad de una medicina que pueda paliar el dolor, que pueda mejorarles la calidad de vida. El bien común resultó ser el objetivo”, resume Ana María el andar compartido.
La flamante norma establece un marco regulatorio para la investigación médica y científica del uso medicinal, terapéutico y paliativo del dolor, de la planta de cannabis y sus derivados e impulsa la creación de un programa específico que estará a cargo del Ministerio de Salud, y permite importar el aceite para los pacientes con indicación médica, pero no autoriza el autocultivo de la planta.
“La red que armamos las mujeres fue con un objetivo que nos une: no ir presas por plantar, porque el autocultivo es un acto de amor para con nuestros hijos”, resalta Valeria, por lo que “estamos ahora muy atentas a la reglamentación de la ley”.
Todas resaltan el acompañamiento de los papás y otros varones: ¡Son inmensos! Están ahí, acompañando orgullosamente a sus mujeres, entendiendo que son tan importantes como nosotras, pero desde otro lugar que no es el protagónico”, dice la presidenta de “Mamá Cultiva”.
Con la legislación impulsada por las mujeres, Argentina es el país número 15 en permitir la medicina en base a la planta, lista que integran México, Uruguay, Brasil, Puerto Rico, Jamaica; los estados de California, Massachusetts y Nevada en Estados Unidos, Canadá, Corea del Norte, Portugal, Israel, Croacia, República Checa, Dinamarca y el Reino Unido.
*Periodista de la Agencia Télam- Coordinadora de la RIPVG en Argentina
Imagen de la organización Mamá Cultiva
Por: Silvina Molina*
Cimacnoticias | Buenos Aires, Arg .-
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