Jenaro Villamil
(apro).- En el inevitable mundo del automeme o la autoparodia involuntaria, la conductora de “Ventaneando”, de TV Azteca, Patricia Chapoy, y el incontinente expresidente panista Felipe Calderón Hinojosa ocuparon este martes 4 de abril un singular sitio en los trending topics de Twitter.
En el primer caso, por
evidente ignorancia y en el otro por la reiterada misoginia que
caracteriza a quien quiere apoyar a su esposa como candidata
presidencial y se convierte, un día sí y otro también, en el principal
“peligro para Margarita”.
Chapoy hizo una reseña al estilo
“Siempre en Domingo” del espectáculo de Björk y, como suele suceder
entre los tuiteros, le aplicaron la misma dosis de burlas que le han
recetado a la conductora Andrea Legarreta, de Televisa, cuando pretende
vendernos sapiencia para que entendamos la lógica de las devaluaciones
monetarias.
“Fui a ver a Björk. Es un espectáculo para mi gusto
muy interesante y muy extraño… Ella es un personaje muy extraño: sale
con una ropa maravillosa, con antifaz que simula una corona, maneja todo
el tiempo el misterio. Quiero comentarles que a solicitud de ella no se
pueden tomar fotografías o videos durante el show porque dice que eso
la distrae… Sus seguidores no corearon ni gritaron las letras de sus
piezas, tan sólo se dejaron seducir y deleitar. Hizo pausa durante media
en el show para cambiarse de ropa”, relató azorada Chapoy quien, evidentemente, no tenía idea de a quién fue a escuchar.
“Regresó,
cantó tres canciones, se volvió a meter, todo el público con todo
respeto. Cuando canta en islandés no entiendes absolutamente nada porque
no te identificas con la letra y eso es malo para alguien”, remató
Chapoy, quien admitió que se “la pasó bien”.
Por estos comentarios, el tren del automeme se
desató en la red social que, de vez en siempre, se transforma en una
cacería de las erratas, la ignorancia o el triste espejo en el que se
miran los televidentes mexicanos.
Sin embargo, el caso de Felipe
Calderón adquirió dimensiones de autocensura ya comunes en el
exmandatario. Su caso no fue gracioso ni de farándula, sino una
reiteración de su idea del mundo y de las mujeres.
Calderón agregó
un comentario de la cuenta de Twitter de López Obrador que decía: “¡A
los Del Mazo y a las Josefinas les va a ganar la maestra Delfina!”.
Presto, quizá con intenciones de broma, Calderón tuiteó:
“¿Delfina es nombre propio? ¿O así le dicen por cómo la trata quien la nombró y es su jefe?”.
Autogol
por partida doble de quien no entiende que calladito se ve más sobrio:
al burlarse de Delfina, de pasada remata a Josefina, la aspirante
panista, y a su propia esposa Margarita. De la primera, fue su jefe y
principal obstáculo en la campaña presidencial del 2012, y de la segunda
se ha convertido en un lastre constante para sus aspiraciones.
La
respuesta de Delfina Gómez, aspirante a la gubernatura del Estado de
México por Morena, fue clara: “mi nombre es Delfina y lo porto con
orgullo… Calderón no se burla sólo de mí, lo hace con todas las
mujeres”.
Horacio Duarte, representante de Morena ante el IEEM,
también le respondió a Calderón en la red social calificándolo de
“vulgar misógino” y “delincuente”. López Obrador ni se inmutó.
Ante
la oleada de reacciones, desde la mañana Felipe Calderón borró su tuit,
pero quedó la huella digital de su mensaje. No pidió disculpas. No
volvió a burlarse del nombre de nadie. Simplemente siguió promoviendo a
su esposa Margarita y quitándole puntos en las encuestas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario