(apro).- Con 64 votos a favor, 26 en contra y una abstención, la maquinaria priista en el Senado impuso este jueves a Paloma Merodio Gómez como vicepresidenta de la Junta de Gobierno del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Su designación fue rechazada desde un principio por organizaciones de la sociedad civil y académicos.
Los
votos a favor fueron de senadores del PRI, PAN y PVEM, frente a 26 en
contra del PRD, PT e independientes, y una abstención de la panista
Adriana Dávila.
“Hoy muere la autonomía del Inegi”, deploró
el senador panista Ernesto Ruffo Appel tras conocer los resultados de
la votación, en la que, entre otros de sus correligionarios, Luisa María
Calderón –hermana del expresidente Felipe Calderón– y Roberto Gil
Zuarth, exsecretario del exmandatario, sufragaron a favor.
Junto
con otros legisladores de oposición, dijo que la ratificación de Merodio
debilitará la credibilidad y la autonomía del INEGI, instancia
encargada de levantar y generar la información estadística oficial en el
país.
Pablo Escudero Morales, del Partido Verde Ecologista de
México (PVEM), fue el encargado de tomar la protesta de ley a la
funcionaria, pese a su escasa experiencia en los sectores público y
académico.
“Es un día triste para la democracia”, dice en
entrevista con Apro Enrique Díaz Infante, director del Programa de
Sector Financiero y Seguridad Social del Centro de Estudios Espinosa
Yglesias (CEEY), que durante marzo denunció y documentó la “ilegalidad”
de la designación de Merodio porque, subrayó, la candidata no reúne los
requisitos planteados en la ley del Inegi.
“Es un muy mal
precedente: no se respetó la legalidad, el Senado fue inconsecuente con
la ilegalidad del Ejecutivo, y vemos una violación a la autonomía de los
entes autónomos. Es un tema de legalidad, de falta de contrapeso y de
autonomía”, abunda el economista. Y afirma: “Ha sido un nombramiento
político”.
Este jueves, senadores de oposición dificultaron los
esfuerzos del PRI para ratificar el nombramiento de la candidata de Peña
Nieto. Por la mañana, luego de dos horas de discusión en comisiones, el
panista Juan Carlos Romero Hicks frustró un primer intento de las
comisiones de Gobernación y de Población y Desarrollo para dar luz verde
a la ratificación.
En una segunda sesión, la Comisión de
Gobernación aprobó el dictamen y lo remitió al pleno del Senado, que lo
discutió durante la tarde. En tribuna, senadores del PAN, PRD y PT
insistieron que Merodio no cumplía con el perfil para ocupar el cargo.
Resaltaron
las incongruencias y mentiras contenidas en el currículum que el
mandatario federal envió al Senado el pasado 24 de febrero, junto con su
petición de ratificar a su candidata. Layda Sansores San Román,
senadora por el PT, incluso tachó a Merodio de “mentirosa”.
Tras
señalar que el proceso de ratificación fue irregular “de inicio a fin”,
Romero Hicks declaró: “Es una síntesis del desprecio de las
instituciones encabezadas por el gobierno federal actual”.
De
acuerdo con organizaciones de la sociedad civil y académicos, el Senado
ni siquiera debió debatir sobre la ratificación de Merodio, sino
invalidar desde un principio su candidatura.
Estudiantes y
egresados de la universidad de Harvard también expresaron este jueves su
oposición al nombramiento en una carta abierta. “El propio análisis
curricular elaborado por la Comisión de Población y Desarrollo del
Senado determinó que la Mtra. Merodio no acredita los cinco años en
cargos de alto nivel, ni puede ser considerada una académica de
reconocido prestigio”, aseveraron.
Para ser nombrado a la Junta de
Gobierno del Inegi se requiere que el aspirante sea un “profesional
distinguido en materias relacionadas con la estadística, la geografía o
la economía”, o bien “un académico de reconocido prestigio en las
materias mencionadas” y que “haya ocupado, por lo menos durante cinco
años, algún cargo de alto nivel en los sectores público o privado”.
El
pasado 30 de marzo, Merodio compareció ante los senadores para defender
su candidatura. Ante los cuestionamientos de algunos legisladores de
oposición, la candidata de Peña aseveró que la ley no define qué es un
“cargo de alto nivel”, negó cualquier conflicto de interés, resaltó su
experiencia profesional y recalcó su condición de “mujer, profesionista y
madre”, lo que –según ella– “significaría un importante aporte
adicional a la Junta de Gobierno del Inegi”.
Como órgano superior
de dirección del Inegi, la Junta de Gobierno determina la producción de
información estadística, decide qué información revierte un interés
nacional –y cual no debe divulgarse por motivos de seguridad nacional–, y
aprueba las normativas internas y programas de trabajo del Instituto.
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