El priísta Alfredo del Mazo Maza,
aspirante a dar continuidad al gobierno de Eruviel Ávila, se pinta de
rosa. En una entidad caracterizada por un elevado número de feminicidios
y una sostenida agresión cotidiana a las mujeres, el priísta
abiertamente apoyado por Ávila (y, desde luego, por Enrique Peña Nieto)
pretende ostentarse como benefactor del segmento femenino votante. La
panista Josefina Vázquez Mota advierte que será una
cabronay asegura que combatirá ferozmente la corrupción, aunque ella misma no es capaz de explicar de manera satisfactoria por qué recibió, para una fundación que preside, más de mil millones de pesos de quien fue su anterior adversario electoral (EPN). La morena Delfina Gómez anuncia, por su parte, el aterrizaje en suelo mexiquense de las propuestas redentoras de Andrés Manuel López Obrador, con el Grupo Texcoco deseoso de ejercer el verdadero poder tras el eventual trono femenino. Y el perredista Juan Zepeda ha propuesto un plan de trabajo especialmente dirigido a las mujeres, incluso con un día de asueto al mes, para que las trabajadoras lo dediquen a asuntos personales.
Es la temporada de las promesas. Los discursos fáciles y la
vehemencia pretenciosa: un torbellino de demagogia e irresponsabilidad
que se manifiesta ya en el estado de México, Coahuila, Nayarit y
Veracruz (en esta última entidad, solamente por cuanto a presidencias
municipales). Luego de junio y sus resultados electorales estatales,
habrá un paréntesis formal que, sin embargo, estará cargado de las
campañas federales informales que ya están en la agenda: el secretario
de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, por ejemplo, ha prometido la
creación de una comisión nacional de búsqueda de personas desaparecidas,
según aseguran haber escuchado en una reunión privada los integrantes
del Movimiento por Nuestros Desaparecidos en México.
Promete, que algo queda (en votos) es la consigna de los políticos en
acción. Y reparte (algo) que a fin de cuentas los ganadores se quedan
con la mayor parte. La feria de la dádiva electoral comenzó antes de
tiempo, pero ahora ya ha entrado en su etapa oficial: el PRI regala hoy
lo que le pidan (hay versiones obscenas de esta recatada formulación),
con tal de asegurar las cuotas de voto que le permitan obtener su
futuro. Morena, la principal oposición a escala nacional, reitera su
recomendación de pragmatismo con final cívico
feliz: acepta lo que te den, pero luego vota por quien quieras, no necesariamente el PRI (algún filósofo ocasional de la práctica periodística chayotera sugería, años atrás:
soborno que no te corrompa, agárralo).
Campañas, candidatos y elecciones van y vienen y poco es lo que
cambia. Sergio González Rodríguez, por ejemplo, noveló, reportó y
documentó porciones del México violento e injusto, sin que lo sustancial
haya sido realmente atendido, ya no se diga solucionado. Nacido en
Ciudad de México en 1950, González Rodríguez dio visibilidad a los
patrones de asesinatos masivos de mujeres en Ciudad Juárez, mediante su
memorable crónica periodística Huesos en el desierto. En 2666,
la póstuma novela monumental del chileno Roberto Bolaño, aparecen las
andanzas, el nombre y los reportes de González Rodríguez, quien ayer
falleció en la capital del país. La realidad mexicana, tercamente
inamovible (si acaso, en apariencias, en simulaciones), sigue nutriendo
las narraciones, publicadas o no, de los asesinatos impunes de mujeres,
de la violencia institucional, de las complicidades de los aparatos de
procuración y de impartición de justicia, de los huesos en el desierto
nacional, con políticos usando el rosa para seguir el teñido de rojo,
con campañas, candidatos y elecciones en el círculo perfecto de la
continuidad del sistema.
Senadores que fueron de los partidos de la Revolución
Democrática y del Trabajo van cerrando su círculo de rencuentros. Ayer,
en un acto de apoyo a Delfina Gómez, la antes mencionada candidata a
gobernadora por el partido Morena, aparecieron en el tapanco principal
Miguel Barbosa, Alejandro Encinas, Manuel Bartlett, entre otros
legisladores que han decidido apoyar a Andrés Manuel López Obrador en la
actual fase mexiquense. Fueron colocados en la segunda de las dos filas
de personajes, con el tabasqueño levantando la mano de la candidata
texcocana. El mensaje gráfico es que llegan a
hacer cola, sin desplazar al morenaje original, aunque la ubicación privilegiada, en el escenario de campaña, da cuenta de que, en estos procesos cuasi religiosos de alianzas purificadoras, los últimos podrán ser los primeros (en las próximas candidaturas).
El subsecretario de Gobernación, Roberto Campa, ha anunciado que entrará en contacto con los directivos de Norte,
el diario de Ciudad Juárez que ha dejado de circular en su edición
impresa a causa de la violencia contra periodistas que se vive en esa
entidad, una de cuyas recientes víctimas fue Miroslava Breach,
corresponsal de La Jornada durante 20 años y colaboradora justamente de Norte.
La postura de la Secretaría de Gobernación es de
preocupacióny, según el subsecretario Campa, se realizarán reuniones con directivos de medios de comunicación estatales. Además, el funcionario reiteró la existencia de mecanismos oficiales de protección a periodistas.
A escala nacional, y a pesar de la tradicional desunión del gremio,
se han realizado actos en demanda de justicia en el caso de los
periodistas asesinados y de una verdadera protección al ejercicio de una
actividad que es de interés público. En Torreón, Coahuila, y en la
ciudad de San Luis Potosí, el autor de estas líneas ha escuchado, en
estos días recientes, las quejas de periodistas ante la falsedad de
discursos, fiscalías, comisiones, protocolos y mecanismos de presunta
atención a las agresiones contra reporteros, fotógrafos, articulistas,
columnistas y directivos de medios que critican a los poderes o que
cometen el desliz de publicar información que molesta al nuevo poder
dominante, el del crimen organizado, en sus vertientes expresamente
delincuenciales o las del segmento político asociado. ¡Hasta mañana! Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero, Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
Más nos vale que en el escenario
que prevén los analistas consultados por el Banco de México se hayan
dado cifras que sólo existen en su mente, porque el año pinta más duro
de lo previsto. La cifra clave es la del crecimiento de la economía:
1.49 por ciento anual.
En otras palabras, la economía se moverá al filo de una recesión. En
este escenario se recibió con inquietud la noticia de que durante el mes
de febrero pasado ingresaron a México 2 mil 52 millones de dólares por
remesas familiares, lo que representa una disminución de 1.4 respecto de
2016. Así se rompe una racha de 10 meses consecutivos con crecimiento a
tasas anuales; la última contracción se había reportado en marzo de
2016, cuando disminuyó 2.9 por ciento. El dinero de los paisanos es la
principal fuente de ingresos lícita del país, ahora que se entregaron
los hidrocarburos al sector privado. Si se pierde eso, se pierde todo.
Hay que tocar madera para que la contracción se supere y las cifras de
marzo muestren una recuperación.
El ‘‘niño prodigio’’
En 2012 recibió el reconocimiento como Joven Líder
Global, del Foro Económico Mundial; en 2009 había sido reconocido por la
revista Expansión como uno de los 30 líderes mexicanos en sus
30 años. Egresado del ITAM, la UNAM y Harvard. Fue incorporado por Peña
Nieto a su campaña política como encargado de asuntos internacionales.
Luego lo designó director general de Pemex, cargo que ocupó hasta
febrero del año anterior. Se trata de Emilio Lozoya Austin, alguna vez
considerado también el ‘‘niño prodigio’’ del peñanietismo. Será llamado a
declarar por la PGR en torno al expediente de corrupción de la empresa
brasileña Odebrecht, según fuentes judiciales. Se comenta que tiene un
enemigo político peso pesado que le pisa la sombra. Ya antes, Lozoya
rechazó cualquier liga con el tema Odebrecht. En todo caso es mejor no
tener un citatorio de la PGR a tenerlo.
El favor (flaco) de Trump
La depreciación masiva del peso después de las elecciones
presidenciales de Estados Unidos impulsó tanto las ganancias del Banco
Central (el mayor poseedor de dólares y otras divisas duras), que será
más fácil para el gobierno mantener su calificación crediticia, sugiere
Moody’s. En efecto, la devaluación le generó medio billón de pesos de
ganancias. La agencia califica actualmente la deuda soberana de México
en A3, con una perspectiva negativa, y ha advertido previamente que
enfrenta una posibilidad de ser rebajada. Lo que no dice Moody’s es que
el medio billón de pesos salió de la cartera de las empresas y las
familias vía inflación y devaluación.
Famosas últimas palabras
¿De veras Alejandra Barrales pagó 9 millones de pesos
para mejorar su imagen y la del PRD? Firmó contrato con Curiosity Media
Group, de Pedro Antonio Torres Méndez, hijo de Lucía Méndez y Pedro
Torres. Por supuesto, la agencia no tiene la culpa; milagros no hace,
pero los resultados están a la vista. Miguel Barbosa hizo oficial su
salida del Partido de la Revolución Democrática y escribió algo que
podría ser el epitafio del partido: ‘‘El destino del PRD se decide no en
el PRD, sino en los salones del gobierno federal y de los gobiernos de
los estados’’. Sabe de lo que habla. Negoció con Manlio Fabio Beltrones
todo lo negociable. Dice que se va con 11 senadores a Morena. ¡Chispas!
No es un buen augurio.
Pues nada, que no hay sicólogo capaz de convencer a los testarudos mexicanos de que
crisis es lo que seguro pueden tener en sus mentes(EPN dixit), y es tal su terquedad que hasta los avezados grupos de análisis y consultoría económica del sector privado consultados de manera permanente por el Banco de México (BdeM) han adoptado (de mucho tiempo atrás) tan deplorable actitud, y
las cifras hablan por sí mismas.
Resulta que tales grupos de análisis y consultoría (35 en total) se
niegan a aceptar –como los mexicanos de a pie– la machacona tesis
oficial de que México no está en crisis (sea ésta política, económica o
social, o de plano las tres en una), porque
no es lo que está pasando(frase, otra vez, del que despacha en Los Pinos), y congruentes con ese rechazo en su más reciente pronunciamiento (plasmado en la encuesta del BdeM correspondiente al cierre de marzo de 2017) le ponen cifras a la situación nacional.
Así, para 2017 tales especialistas pronostican otro año de patéticos
resultados económicos en este México lindo y querido, donde la crisis
brilla por su ausencia (versión oficial), y si bien le va (porque según
avanza el año se aplican nuevos tijeretazos a la estimación) alcanzaría
un
crecimiento–por llamarlo así– no mayor a 1.49 por ciento, nivel apenas por arriba del registrado en el primer año de estancia peñanietista en la residencia oficial (cuando fue de 1.1 por ciento).
También advierten sobre el aparentemente incontenible avance de la
inflación, y para finales de 2017 la ubican en 5.56 por ciento, aunque
desde ya se registran niveles superiores a 5 por ciento (tal indicador
alcanzó 5.29 por ciento en la primera quincena de marzo), y llevan el
tipo de cambio peso-dólar a 20.15 por uno, en vías de empeorar. De
concretarse esta última proyección la devaluación de la moneda nacional
frente el billete verde acumularía alrededor de 56 por ciento en cinco
años de gobierno.
Es previsible que en 2018, por ser año electoral, el gobierno priísta
eche toda la carne al asador (como lo hace ahora en el estado de
México, donde hasta La Gaviota se ha visto en la penosa
necesidad de reunirse con la pelusa para entregarle dádivas, práctica,
por lo demás, de todo el gabinete peñanietista) y ello provoque un
mágico
crecimiento, pero ni eso convence a los tercos especialistas, pues ni de lejos ven un
futuro promisorio(Videgaray dixit). Congruentes, no ven un
avancemás allá de 2.1 por ciento, y recortando.
En diciembre de 2012, cuando en Los Pinos presumían que había llegado alguien que
sí sabe gobernary, por lo mismo, todo sería miel sobre hojuelas –por las
reformas, obvio es–, el mismo grupo de especialistas se fue con la finta y proyectó un crecimiento económico de 3.45 por ciento para 2013. Sin embargo 12 meses después, recorte tras recorte, la estimación había caído a 1.3 por ciento, pero la realidad fue más cruel, porque el registro oficial (del Inegi) a duras penas llegó a 1.1 por ciento.
A partir de allí todo fue tijeretazo tras tijeretazo, y los cálculos
de los especialistas permanentemente consultados por el BdeM fueron de
mal en peor. En este sentido, si se hubiera cumplido su estimación
original –realizada en plena euforia por el
cambiode gobierno y resultado de los espejitos reformistas– en cinco años de gobierno peñanietista (2013-2017) la economía habría crecido 3.6 por ciento co- mo promedio anual (3.4 si se incluye el cálculo de 2018). Sin embargo, la cruda realidad, y con cifras oficiales, indica que en los hechos el
avancefue menos de la mitad (1.9 por ciento) con respecto de lo proyectado.
Obvio es que buenos deseos no son sinónimo de buenos
resultados, pero al gobierno peñanietista se le pasó la mano, y por
mucho, sin olvidar que prometió un crecimiento mayor (2 puntos
porcentuales adicionales al
ritmo de crecimiento naturalde la economía) si el Congreso aprobaba las
reformas que los mexicanos quieren(EPN dixit). Y todas ellas fueron palomeadas y puestas en operación. ¿Qué sucedió? Exactamente lo contrario, y cada año que transcurre la economía
crecemenos.
Si lo anterior hubiera sido efectivo, a estas alturas el registro
oficial reportaría un crecimiento de 5 por ciento en promedio anual, tal
cual lo prometió en su campaña electoral el actual inquilino de Los
Pinos; es decir, 2.6 tantos más de lo que los mexicanos han visto y
padecido a lo largo de la administración peñanietista. Pero como todo
está
en la mentede los mexicanos, el promedio real es de 1.9 por ciento,
y las cifras hablan por sí mismas.
Ya instalado en la residencia oficial, en uno de sus primeros discursos el sonriente Enrique Peña Nieto decretó:
vienen, de eso estoy convencido, mejores tiempos para todos los mexicanos. Cincuenta y dos meses después su mejor ocurrencia es la que se cita líneas arriba:
crisis es lo que seguro pueden tener (los mexicanos) en sus mentes, porque no es lo que está pasando. Las cifras hablan por sí mismas. ¡Olé!
Y en más de lo mismo, el secretario de Hacienda, José Antonio Meade, anuncia que
el gobierno federal se mantiene firme en alcanzar un superávit primario, una reducción de la deuda como proporción del producto interno bruto (PIB) y de sus requerimientos financieros, aún sin la utilización del remanente del BdeM, por lo que el proceso de consolidación de las finanzas públicas será certero y creíble. Días atrás, el propio funcionario aclaró que
se destinará 70 por ciento (de tal remanente, alrededor de 225 mil millones de pesos) para el pago de la deuda. ¿Ton’s?
Una revolución silenciosa se
presenta en la televisión, que a mediano plazo llevará a pérdidas e
incluso quiebras de cadenas de televisión de todo el mundo.
Esta revolución la llevan a cabo las firmas de video bajo demanda por Internet conocidas como over the top (OTT),
bajo el liderazgo de Netflix, seguida por Amazon. En los países
desarrollados la tendencia es que los televidentes tradicionales
cancelen sus suscripciones en televisión de paga. Además, algunas
productoras importantes, como la BBC, dejan la televisión tradicional
para distribuir sus contenidos a través de plataformas digitales.
En el caso de México, los suscriptores de plataformas OTT se acercan a
7 millones de personas, mientras la televisión de paga cuenta con cerca
de 21 millones, es decir, ya es la tercera parte de las que contratan
servicios OTT frente a la televisión de paga. Pero mientras esta última
se encuentra estancada o con una tendencia a la baja, los servicios OTT
han crecido a un ritmo de 40 por ciento anual en cinco años.
La victoria de Lenín
Moreno, candidato de la Alianza País (en el gobierno) en las elecciones
presidenciales realizadas el domingo pasado en Ecuador, constituye una
oportunidad ampliada para el programa político progresista, soberanista y
latinoamericanista que se ha aplicado en ese país sudamericano desde
agosto de 2009 bajo la conducción de Rafael Correa y es un alivio ante
la tremenda regresión conservadora que se produjo en la región luego del
triunfo electoral de la derecha en Argentina (noviembre de 2015), el
golpe de Estado parlamentario que depuso a la presidenta Dilma Rousseff
en Brasil (agosto de 2016) y la situación de acoso político nacional y
extranjero en que se encuentra Nicolás Maduro, en Venezuela.
Aplauden 45 años del CCH Oriente... y a egresados
Erase el año de 1972 cuando
llegó a nuestras casas la aceptación a la Universidad Nacional Autónoma
de México. Pero en lugar de ir a la prepa iríamos al CCH
(Colegio de Ciencias y Humanidades). Ubicado entre montones de tierra,
llanos, vacas y calles polvorientas que en tiempo de lluvias se
convertían en lodazal e inseguridad, ahí encontramos al Oriente.
Después de 23 años de militancia,
Miguel Barbosa renunció al PRD, el partido que lo hizo senador y
diputado sin jamás ganar una elección por la vía directa. Irá –dice– a
acompañar la campaña de Morena en el estado de México.
La última década los rarámuris han
exigido al Estado mexicano por la vía judicial la recuperación de sus
territorios, con el respaldo valiente de varias organizaciones, entre
ellas Alianza Sierra Madre, para el caso de Choréachi. Para la mirada
prevaleciente centro y surocéntrica le puede parecer inexplicable que se
destaque la inédita marcha a la capital del estado de Chihuahua de
rarámuris con la que se hicieron presentes apenas hace 10 años, o sus
caravanas para hablarle al poder en la capital del país; lo es si nos
acercamos a la realidad que han vivido los pueblos indígenas en la
Sierra Tarahumara, lo es si damos cuenta de los días de camino que les
implica el traslado, lo es más si observamos la reciente agudización de
la violencia ancestral contra ellos y sus territorios. En días pasados,
el sacerdote jesuita Javier Ávila, tras 40 años de vivir en la Sierra
Tarahumara, explicaba que históricamente, cuando al rarámuri le ponía el
pie encima el chabochi (mestizo), procuraba retirarlo poco a
poco y en silencio continuaba su camino. Hoy esa reacción pasiva es
insoportable, hoy se está viviendo el ¡ya basta! rarámuri. En esa
resistencia, en el aislamiento en que la ha vivido, resulta inapropiado
hablar de que parezca tenerles sin cuidado lo que pasa en la sociedad
mayoritaria. Un ejemplo: en 2001, en el cierre en el Zócalo de la marcha
El Color de la Tierra, el EZLN nombró a todos los pueblos
indígenas y la pequeña representación rarámuri, a su regreso, informó
con emoción que acá se vinieron a enterar que
somos muchosy además que ellos, los rarámuris fueron nombrados. Cierto que no están enterados como otros pueblos de la situación nacional o del crimen contra Miroslava Breach, pero es un hecho que están resintiendo sus efectos y nada de esta descomposición criminal y grave riesgo les es ajeno.
El estrés que viven los ciudadanos
encuentra una de sus causas más poderosas en el pantano en que se
vuelve el mar de vehículos, varados en calles y avenidas, mismo que
viene acompañado, para la desesperación ciudadana, del brutal rugido de
motores que produce un calentamiento infernal, en el inútil consumo de
combustibles de origen fósil originado en las horas perdidas en el
pantano y en su bárbaro aporte a la contaminación ambiental.
Así se titula el más reciente libro de
Martí Batres. Una selección de textos que nos permiten seguir el
esfuerzo de centenas de miles de mexicanos para, a contracorriente,
construir un partido de oposición cuando los que en el pasado lo habían
sido, decidieron convertirse en apéndices del PRI-gobierno.
Pedro Miguel: Edomex: la proeza posibleEn el estado de México el PRI ha puesto en juego el catálogo de mapacherías para impedir el triunfo de la oposición en las elecciones estatales del 4 de junio: derroche de recursos públicos para repartir dádivas entre los electores, presencia intensiva de miembros del gabinete para hacer campaña por el aspirante del peñato, uncimiento a los intereses de la facción gubernamental de las decisiones de la autoridad electoral local y apoyo y aliento a candidatos sin ninguna posibilidad real de triunfo pero capaces de restar votos a la única candidatura de verdadera oposición: la de Delfina Gómez Álvarez.
A pesar de que el
proyecto de presupuesto del presidente de Estados Unidos es
intencionalmente muy poco claro en algunos aspectos que tienen que ver
con los recursos para la ciencia, lo que queda fuera de toda duda es su
propósito de reducir el gasto en algunas áreas del conocimiento, en
particular las relacionadas con la investigación en salud y medio
ambiente. La propuesta presidencial está siendo analizada por el
Congreso, en el que Donald Trump cuenta con la mayoría republicana, lo
que sólo hace crecer la incertidumbre. Mientras tanto, en sectores
importantes de la comunidad científica estadunidense se van confirmando
los temores sobre la visión anticientífica del actual ocupante de la
Casa Blanca, y se avanza en los preparativos de lo que será la gran
marcha por la ciencia que se realizará el próximo 22 de abril
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