Alika Kinan: Los hombres compran la humillación de las mujeres, no sexo
Primera de dos partes
Lima, Perú. En su brazo izquierdo ha escrito parte de su historia que la ancló a la tierra para romper con la explotación sexual de ella y de las mujeres de su familia. Enfrenta un proceso judicial que la ha llevado a resistir los ataques de los proxenetas, cambiar de domicilio una y otra vez y a ser militante abolicionista.
La historia de toma de conciencia de Alika Kinan y reconocerse como víctima del delito de trata con fines de explotación sexual inició en el año 2012 cuando fue rescatada del bar “El Sheik”, en la ciudad de Ushuaia, Tierra del Fuego, Argentina, tras 16 años en condición de prostitución.
Su primer expediente data de 1996 donde la policía asentaba que no tenía antecedentes penales y un médico certificaba que no tenía infecciones de transmisión sexual, requisitos de la municipalidad para “trabajar” en cualquier bar de la ciudad. Su último legajo data del año 2010 ya con la vigencia de la “Ley 26.364 de Prevención y Sanción de la Trata de Personas y Asistencia a sus Víctimas”.
Su testimonio fue fundamental para ganar el primer juicio contra el Estado por el delito de trata en Argentina. Autononombrada feminista radical, Alika Kinan, se declara abolicionista porque está “en contra de la esclavitud”.
“Los hombres no compran sexo, compran la humillación de las mujeres”, afirma contundentemente, quien por años fue explotada sexualmente, como lo fueron las mujeres de su familia desde su abuela, sus tías, su madre, su hermana y ella.
Alika es el rostro y la vida que demuestra que con oportunidades reales las mujeres en contexto de prostitución salen de ella o nunca entran.
“Las mujeres pobres estamos condenadas a ser víctimas de trata, ser víctimas de prostitución, si no eres rica y no tienes las posibilidades de estudiar, de ser, estás condenada a lo peor que le puede pasar a una mujer, entregar el cuerpo para sobrevivir, (la prostitución) es un método de subsistencia”.
La entrevista con Alika, te cala. Su voz cambia permanentemente, es un termómetro. Suave y casi un susurro cuando toca su dolor y el de otras; fuerte y vibrante cuando defiende, argumenta, se indigna. La mirada también cambia; te mira a los ojos o baja la mirada, todo depende del recuerdo que se clave como aguijón.
Alika decidió tatuarse los nombres de sus hijas e hijos antes de iniciar el juicio contra sus captores y contra el Estado argentino por la protección a los tratantes y por negarse a cumplir con la ley.
– Lucía Lagunes Huerta (LLH): ¿Por qué eres abolicionista?
– Alika: Porque estoy en contra de la esclavitud, ni más ni menos. Creo que cualquier feminista que se dice y se reconoce feminista, está en contra de la esclavitud. No sólo por reivindicar la lucha de mis ancestras, es la manera que encontré de poder cortar con lo que había pasado con mi vida, siendo que las mujeres de mi historia, mi propia genealogía, fueron mujeres que estuvieron en situación de prostitución, mis tías, mi madre, mi abuela, yo misma.
Tengo cuatro hijas, la única manera, el único camino para poder cortar con eso, no dejarles esa terrible marca, esa terrible herencia como destino. La herencia la tienen y la marca existe, pero yo espero que aprendan de eso para que no vuelva a suceder.
– LLH: ¿Cómo llegas a eso, cómo decides romper?
– Alika: Fui esclava durante 16 años de mi vida -hace una pausa larga y continúa- desde el momento en que a mí me rescataron, no podía comprender el delito de trata sin la figura del secuestro. Yo no había sido secuestrada, para mi era muy complejo poder comprender un delito tan complejo como es la trata de personas sin este imaginario, esa construcción desde el imaginario social de que para que sea trata de personas tiene que ser un secuestro, porque también desde lo social se buscó construir esa figura, para que las mujeres como yo no nos reconociéramos como víctimas de ese delito.
Por supuesto que las mujeres que estamos en situación de prostitución, hemos sido víctimas de trata, porque hemos sido captadas, trasladas y acogidas, pero no nos reconocemos como víctimas por la ausencia del secuestro que es sólo una agravado del delito.
La sociedad o el sistema acomodó esta construcción social, para no tener el trabajo de crear políticas de Estado, políticas públicas, para no combatir el delito. Mientras las mujeres no nos quejemos, no existe lucha, no existe el reconocimiento de delito y restitución de derechos económicos, culturales, sociales.
LLH: ¿Cómo llegas a esa conciencia?
– Alika: Es la parte más difícil de todas. A mi me rescataron en 2012, me captaron en el año 95 y fui rescatada en octubre de 2012, en un operativo que lideró la fiscalía federal de Ushuaia junto con el Ministerio Público Fiscal a través de Gendarmería Nacional….
-Suspira, baja la voz y juega con los dedos-. Alika regresa en el tiempo, pese a su fortaleza, el recuerdo le duele, su voz se apaga, se vuelve pausada, se detiene por unos segundos para seguir con su historia.
“Era una noche, estaba en mi habitación con mi compañera Fany … llevábamos como 15 días atendiendo tipos, … habían entrado muchos barcos, había pasado la fecha de cobro y estábamos realmente agotadas. Justo ese día estábamos descansando porque había bajado todo, nosotras dormíamos dentro del prostíbulo.
Por experiencias pasadas, Alika se alertó cuando escuchó que la música paró, pensó que un robo vendría, nunca imaginó que ese día su historia y la de otras cambiaría radicalmente, que aquello que creían normal dejaría de hacerlo para poder mostrar la violencia del delito de trata.
En medio de la entrevista Alika muestra la transformación en sí misma, mientras en otros momentos al hablar de asaltos en los prostíbulos en que ella estaba podría decir que:
“Se habían llevado toda la plata y las habrían cogido a todas gratis o entraron a robar y violaron a mis compañeras. Fíjate como esas dos ópticas son dos maneras de mirar una misma realidad”.
Cuando se percatan que no es un robo, sino una acción policial, temen ser encarceladas porque explica Alika: “hay una construcción social, una demonización sobre los procedimientos, los allanamientos que realizan las fuerzas de seguridad especializadas que investigan el delito de trata como causa judicial.
Se cree que nos van a llevar presas, como que nosotras estamos cometiendo un delito, pero nosotras no cometemos delito, somos víctimas. El delito existe, pero nosotras no somos las que lo cometemos, es un delito que recae sobre nosotras, sobre nuestros cuerpos, desde diferentes agentes que son externos: la pobreza estructural, el machismo, el capitalismo, son muchas cosas que nos afectan como sujetas de derechos”.
Cuando los guardias tocaron a la puerta de la habitación de Alika y Fanny, la defensa que encontraron fue decir “que era una casa de familia”. Al día de hoy creo que estos tipos se habrán recagado de risa porque era obvio que estábamos dentro de un prostíbulo y que no era ninguna casa de familia. Pero bueno, a nosotras nos descontaban dinero en concepto de alquiler, sí pagamos un alquiler, en nuestro imaginario pagamos un alquiler, la realidad es que nos descontaban guita por todo, nos quitaban guita porque menstruábamos, porque los tipos se quejaban, porque nos dolía la panza, porque no nos podíamos levantar porque estábamos agotadas.
Nos liberan de una situación de explotación sexual, pero nosotras, la realidad es que cargábamos tremendo síndrome de Estocolmo, porque nosotras lo único que queríamos era que nos abrieran el prostíbulo que era lo que conocíamos.
Años y años con Pedro y Claudia, era nuestra familia, lo que conocíamos, eran los que creíamos que nos habían sacado de la condición de pobreza, (pero) seguíamos en condición de pobreza.
Es muy complejo poder explicar el daño psicológico que produce la trata como delito, como proceso de disociación, reconocerlo como violencia.
Yo no detectaba la violencia porque no sabía ya reconocerla, porque era un callo, se te hace callo, la vida se te hace callo.
Es muy raro y muy difícil que una víctima la reconozca como una violencia, pero en realidad la prostitución es violencia física, sexual, económica, simbólica, violencia estructural.
¿Quiénes son las que son prostituidas? Las pobres, las mujeres pobres, las que no tienen acceso a la educación, por eso te digo que hay un imaginario, un constructo social que llega a creer que si no hay secuestro no hay trata.
Las mujeres pobres estamos condenas a ser víctimas de trata, ser víctimas de prostitución, si no eres rica y no tienes las posibilidades de estudiar, de ser, estás condenada a lo peor que le puede pasar a una mujer: entregar el cuerpo para sobrevivir. La prostitución es un método de subsistencia.
– LLH: ¿Por qué van los hombres a consumir? ¿sólo por sexo?
– Alika: No, los hombres no pagan por sexo, el sexo es fácil, el sexo se consigue en cualquier lado, es fácil. Se paga por poder, se paga por el sometimiento, por la humillación de la mujer, eso no se consigue tan fácilmente sin que eso sea un delito.
Porque una violación es exactamente lo mismo, es el sometimiento, es la humillación, pero es una violación, ahora si ellos pagan por eso, limpian su conciencia, porque ellos (dicen) no, yo no violé, ya le pagué. ¿Y qué diferencia hay si le hiciste lo mismo que en una violación?
No sigamos creyendo en ese romanticismo en la prostitución.
La sociedad necesita creer que el hombre paga por sexo, porque si la sociedad cree que el hombre paga por sexo, no se compromete en erradicar el consumo de prostitución.
– LLH: ¿Y por qué la sociedad no se compromete?
– Alika: Porque es muy duro, porque es un negocio que mueve 152 mil millones de dólares al año. Está después el tráfico de armas. Tenemos las drogas, la trata, las armas. Es el segundo negocio ilícito más rentable del planeta.
Tenemos 152 mil millones de razones por los que los Estados y países no se comprometen en la erradicación de la trata de personas, porque son las niñas pobres, las mujeres negras, las mujeres indígenas, las mujeres pobres.
Si vamos a Holanda, que es donde está regulada la prostitución, está legalizada ¿son las holandesas las que están en prostitución? No. Son las latinas, las negras, somos las pobres, las menores de edad, las sin derecho, las que no reclaman.
– LLH: ¿Hay una corriente que dice es una elección ¿se elige estar en condición de prostitución?
– Alika: No, una elige cuando tiene elecciones reales, cuando tenés caminos que podés elegir. La pobreza conduce a las mujeres a la prostitución. No nos podemos olvidar de la pobreza, porque es la gran generadora de la prostitución como único camino. La mujer pobre que no tiene recursos.
Insert pobreza
Nos someten, nos esclavizan, no todas quieren ir a limpiar un baño. Y la que no quiere ir a limpiar el baño y tiene ojos lindos, culo lindo o cuerpo lindo está pa´ prostituta, con esta hacemos plata.
¿Quién hace plata? Ella no. Hace plata el Estado, el capitalista, el proxeneta, el del hotel, el de taxi, el de uber, ¡todos! menos ella. ¡Cómo no van a hablar los hombres a favor de que las mujeres “quieren prostituirse”, pero si a ellas les gusta, ellas hacen un montón de plata!
Y cuando habla una mujer, habla la proxeneta. A cuántas mujeres hemos escuchado hablando de prostitución, pocas, y las que hablamos, que hemos sido prostituidas, hablamos de manera negativa, como que ninguna quiere, ninguna lo elige.
Yo quería ser abogada, soñaba, los seres humanos somos un conjunto de sueño, pero fui pobre, entonces puta.
Segunda y última parte
Lima, Perú. Alika Kinan no habla si siente que es momento de escuchar, reflexiona y sólo después de pensarlo habla, si está convencida de que vale la pena hablar, si no, da media vuelta y se va, desaparece, se aleja y sigue su camino. No está dispuesta a las discusiones estériles, esas que opinan desde la distancia de la vida de las mujeres en situación de prostitución.
Pasó 16 años de su vida en explotación. Tras un largo y doloroso proceso se reconoció como sobreviviente del delito de trata con fines de explotación sexual. Su camino de transformación inició el año 2012 cuando fue rescatada del bar El Sheik, en la ciudad de Ushuaia, Tierra del Fuego, Argentina.
Conoce los laberintos del negocio de la prostitución y lo que esa violencia provoca en las mujeres. La escisión de la mente y del cuerpo, condición fundamental para sobrevivir.
De víctima a sobreviviente de trata, a defensora, a feminista radical, a madre y compañera, todo junto. Ella es su historia.
De acuerdo con los resultados de las evaluaciones psicológicas Alika tiene una discapacidad emocional del 70 por ciento. No lo creerías si la escuchas y convives con ella. Se ríe, bromea, asegura que esta es una estrategia para no dejar que la dureza de la vida que le ha tocado vivir le caiga encima y la aplaste.
Una fecha histórica para Alika y las víctimas de trata es el 30 de noviembre de 2016, cuando ganó un juicio que sostuvo por cuatro años contra los proxenetas Pedro Montoya, dueño del bar Sehik; Ivana Claudia, pareja de Pedro y Lucy Campos Alberca, administradora del bar.
Ese mismo día logró que se reconociera que la Municipalidad de Ushuaia había facilitado la situación para el funcionamiento del Sheik, con lo cual se comprobaba que para que el delito de trata funcione se requiere la complicidad del Estado, la policía y el gobierno.
La voz, los ojos y las manos de Alika son termómetros emocionales entre el presente y el pasado. La voz es firme, contundente las palabras cuando argumenta, las manos bailan en el viento para enfatizar, te mira de frente.
Pero cuando el recuerdo se clava como aguijón, entonces la voz es suave, pausada, como para recuperar fuerzas. Las manos juegan con lo que tengan, y la mirada se clava en ellas.
-LLH: Se dice que las mujeres en situación de prostitución ganan muy bien, que no son sólo las mujeres pobres que ingresan a la prostitución, tú como lo escuchas.
– Alika: Mira, no quiero deslegitimar la palabra de nadie, (pero) no conozca a ninguna mujer que se haya hecho rica de la prostitución. Las únicas mujeres que se han hecho ricas de la prostitución son aquellas que manejan el negocio de la prostitución, madamas, proxenetas, regenteadoras, reclutadoras, aquellas que están por encima de la escala jerárquica, pero prostitutas, mujeres explotadas, en situación de esclavitud sexual, no conozco ninguna que se haya hecho rica. Las únicas ricas que conozco en el negocio de la prostitución son aquellas que explotan a otras mujeres.
–LLH: Tu dices que a las mujeres se les entrena, que 85 por ciento de las que están en situación de prostitución han vivido violencia sexual en la infancia y adolescencia. ¿Qué significa “nos entrenan”?
–Alika: Nos preparan para no reconocer la violencia sexual. Si tu padre o madre o algún familiar te entrega o incluso te viola o abusa de tu integridad sexual en tu infancia y adolescencia, como que te prepara el cuerpo y luego se prepara la psiquis.
Que venga alguien y te pague por lo mismo que te hizo un familiar o alguien que había establecido un vínculo con vos es lo mejor que te puede pasar.
–LLH: ¿Por qué?
-Alika: Porque te están haciendo lo mismo y te dan dinero ( silencio) y ese dinero te permite estimular otros sentidos, por eso las drogas, el alcohol, un par de zapatos, las uñas, la peluquería, …porque te lleva a un terreno más superfluo.
No estamos hablando del amor o de sentimientos más profundos. Estamos hablando de vivir en dimensiones completamente diferentes, donde se busca no sentir, donde se busca cero emociones, se busca disociar la mente del cuerpo.
Por eso es tan complejo este delito, primero que muchas mujeres no quieren reconocer la violencia sexual, porque la prostitución es violencia sexual. Quién quiere reconocer el dolor, quién quiere reconocerse como víctima. Reconocerte como víctima es reconocer que fracasaste.
–LLH: ¿En qué?
–Alika: En tu autocuidado, en tu fortaleza, porque eso es lo que nos han hecho creer, la propia sociedad nos ha llevado a ese lugar, de que si te violaron o te dijeron algo o te acosaron en la calle es tu culpa. Quién se va a reconocer como víctima en la prostitución.
Ni siquiera se reconoce como método de subsistencia, no te estoy hablando de trabajo, te hablo de subsistencia. Porque hay muchas mujeres que sobreviven por la prostitución y eso quiere decir que no merecen algo mejor, ¡Claro que se merecen todo! Se merecen una vida digna, el amor, una familia, Merecen que se acompañe ese recorrido desde la prostitución a una reinserción social.
–LLH: ¿Cómo logras tener esa claridad de lo que te ha pasado, de lo que pasa?
–Alika Mira, cuando fui a declarar después del allanamiento, me tomó declaración la fiscal María Armida y me dice. “la imputación es por trata”.
Yo no soy víctima de nada, le dije, y la fiscal me dice, bueno, está bien, no sos víctima y me empezó a preguntar sobre mi vida, mi realidad, sobre mis hijas, sobre mi madre, mis tías, cómo estaba conformada la familia, si yo amaba, si era amada, qué sentía, cómo vivía, dónde, me preguntó qué conocía de Tierra del Fuego.
Yo hacía muchos años que estaba en Tierra del Fuego, conocía la avenida principal, el supermercado, el hospital, el laboratorio donde me hacían los análisis ginecológicos y todos los hoteles. Nunca había ido a esquiar, no conocía una plaza, no había navegado, no conocía donde estaba.
Entraba y salía por mi propia cuenta, pero no conocía dónde estaba…
De hecho tenía otro nombre, no era Alika, era Karla, me habían cambiado hasta la identidad en mis propias narices y no me daba cuenta.
Después de cuatro horas de relatarle mi vida, mis pesares, que había tenido fracasos amorosos, que me habían violado a los 14 años, que mi ex marido me había violado, que me había explotado, que me sacaba la plata, que había estado en casas de intercambio de parejas con él, después que él me hubiera prometido el amor.
Nunca había repasado mi vida, nunca había repasado mi historia, me encontraba en que mi vida no me gustaba, pero no sólo, no era nada más que no me gustaba mi vida, estaba reconociendo la violencia extrema que había sufrido, cuando fui contando mi vida…
Entonces dije no, no sé que es la trata de personas, pero evidentemente algo en mi vida, algo en mi historia no está bien, algo en esta historia no está bien. Algo en todo lo que hizo Pedro en ese vínculo de confianza, de abusar de ese vínculo de confianza, que yo lo quería como a un padre, fue un abuso tremendo de poder.
Siempre había considerado que no había tenido suerte en la vida simplemente, y que me había tocado sufrir un poco, pero era todo muy tremendo, lo que pasa es que lo había naturalizado, lo había ocultado.
Salí de la fiscalía, se estaba haciendo de noche y lo único que quería era volverme a mi casa, ver a mis hijas, así que me tomé un avión, me volví a mi casa, tuve tres intentos de suicidio mientras me reconocía a mí misma como víctima.
Pasaron como ocho meses, un tramo muy largo de mi vida, donde yo tuve que reconstruir mi historia, mi vida, pensar en un futuro para mis hijas, armar y desarmar, pensar qué quería hacer yo y todo esto lo hice sola.
–LLH:¿Qué te daba fuerza?
–Alika: Tenía a mis hijas y no quería que se repitiera la historia. Tenía que vivir por mis hijas, salir adelante por mis hijas. Y tenía qué reconstruir un proyecto de vida, y ni siquiera reconstruir porque vos dices “se me descompuso mi proyecto de vida”, pero yo no tenía proyecto de vida, no tenía nada que ofrecerles a mis hijas.
Y empecé a leer, la Convención Belém Do Pará, la Convención de Palermo… la Ley de Trata.
-LLH: ¿Cómo llegas a esas lecturas?
Alika.- Después del rescate empecé a googlear, me metí a internet a duras penas y con los pocos conocimientos empecé a revisar. Fue curiosidad, necesitaba entender que es lo que me estaban tratando de explicar y que no entendía.
No sabía de Derechos Humanos, de derechos de las mujeres, de trata, de feminismo, no entendía nada de lo que me estaban hablando.
–LLH: ¿Qué te va pasando con lo que vas descubriendo?
-Alika: Me veía, era yo, no era otra. Hablaban de mí esas leyes y fue muy fuerte. Casi todas hablaban de restitución de derechos y decía sí soy ésta, entonces tengo derecho a una reinserción social, a un trabajo digno, a una vivienda, a terapia psicológica, o sea, entendía lo que estaba pasando, no sabía cómo hilarlo, cómo tejerlo. Pero lo tenía todo, todo estaba delante mío.
Y empecé a pensar qué clase de futuro tenía yo, no tenía dinero para el supermercado, para leche para mis hijas. Entonces empecé a acercarme a la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES) , que es un organismo nacional, donde se hacen los subsidios para madres, para los hijos, lo primero que hice fue tramitarme un subsidio de esos.
Recuerdo que me preguntan, porque vos nunca tramitaste esto, porque no sabía. Pero no tienes historial, no tienes legajo, no tenía cuenta bancaria, no aparecía en ningún lado, no figuraba en el sistema. Ahí fue como comencé a entrar en el sistema.
Por suerte me encontré con gente que me iba dando información. Entonces me empecé a contactar con los organismos que trabajaban la trata de personas.
Me encontré con muchas situaciones; les decía: la ley dice esto, y empiezan a decirte.. y bueno, pero eso no está reglamentado, y bueno, eso no… y bueno si al proxeneta le sacaron tantos millones, pero bueno eso se lo queda el Estado… y es como que empezaba a ligar los conceptos, estaba como deseosa del tema. Y un día dije voy a vender todo y me voy a la fiscalía.
Porque cuando estaba terminando la entrevista con la fiscal, después de cuatro horas y pico me dice: “mira Alika, si tu mamá fue prostituta, tu abuela fue prostituta, todas tus tías fueron prostitutas, tú fuiste prostituta, y tus hijas ¿qué van a ser?”…
Ahí fue cómo que se me giró el mundo, porque a mis hijas las amo, me estas metiendo el dedo en la llaga. Le dije “mis hijas van a ser universitarias”.
¿Cómo van hacer universitarias, con qué…?
Entonces dije: “voy a hacer un juicio a los proxenetas – les voy a hacer un juicio allá (Ushuaia). Me fui a la fiscalía y le dije, ya volví fiscal, vamos a hacer el juicio.
–LLH: ¿Por qué?
–Alika: Porque empecé a reconocer la violencia, el abuso de poder, empecé a reconocer la trata y que yo era víctima. Toda la vida abusaron de mí, hay que hacer justicia.
Entre más obstáculos me ponían, más me emperraba, esto se va a resolver, y esto fue creciendo y creciendo, y ahí llegaron las entrevistas de radio, llegó la abogada, las organizaciones feministas, llegaron las entrevistas a nivel nacional e internacional, ahí se empezó a abrir un abanico de cuestiones que con el correr de los años forjaron en mí a la activista.
Me encontré defendiéndome a mí misma, pero en defenderme a mí estaba defendiendo a miles. Cuando me preguntaban” y bueno qué posición tienes sobre la prostitución”, yo ya tenía ahí un posicionamiento político.
Mi vida personal, el daño personal lo había convertido en una política de Estado, o sea, se estaba forjando la activista, la sobreviviente, la luchadora y la defensora. Sin darme cuenta.
-LLH: Qué le dirías a la sociedad.
Alika.- La sociedad se tiene que comprometer más y tiene que ser más empática. No hablamos solamente de prostitución sí o prostitución no, hablamos de esclavitud y cómo esta esclavitud tomó otra forma en estos tiempos. Hablamos de la explotación sexual, de tráfico de órganos, pornografía infantil. La trata de personas tiene muchas finalidades y muchas formas, es un pulpo y como sociedad tenemos que comprometernos a combatir esta violencia y flagelo que cae sobre nuestro mundo, ese es el compromiso.
Tiene que haber un gran compromiso de parte de los varones a la hora de hablar de las nuevas masculinidades, necesitamos que hoy las nuevas masculinas lo planten desde este lugar, de los Derechos Humanos de las mujeres. Lo que necesitamos es que los hombres no tengan privilegio sobre los cuerpos de las mujeres.
–LLH: ¿Cómo es tu realidad hoy?
–Alika: Mi realidad es compleja , porque hablar de este tema tan delicado, tan complejo lleva a una persecución no sólo de los estados por la falta de compromiso, sino por parte del lobby proxeneta a nivel mundial.
Hay mucha gente que no quiere que hablemos de estos temas, somos perseguidas, somos atacadas, violentadas.
–LLH: ¿Qué dicen tus hijas?
Alika: Qué dicen mis hijas… mi hija mayor es muy dura, muy fría, que todo tiene que hacerse así de esa manera perfecta. Mis niñas, son niñas sobre una conciencia sobre su propia protección, saben que no salen de a una, salen con la custodia, sino salen con miedo.
Hace dos meses cuatro encapuchados quisieron secuestrar a una de mis hijas, son situaciones muy complejas, nos mudamos permanente, vivimos con rejas, con cámaras adentro y afuera.
–LLH: ¿Qué pasó con tu hermana?
–Alika: Wuau,( respira hondo, el dolor del recuerdo está en su rostro, se hace el silencio) mi hermana, la acompañé en todo lo que pude, pero cada quien elige su camino, yo elegí el camino de luz, de la justicia de la paz social, de la inclusión y mi hermana eligió un camino más oscuro, eligió decir que yo mentía, pagada por los proxenetas, eligió otra forma…
–LLH: Tu biografía, cómo la iniciarías
-Alika: Soy sobreviviente de delito de trata con fines de explotación sexual. Soy madre, soy mujer, soy feminista radical, activista, soy compañera, soy trabajadora, soy una luchadora, y aquí estoy.
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