Nueve por ciento ha recibido menos pago que un hombre en puestos o actividades similares, señala
Tres de cada 10 mujeres han vivido discriminación y
violencia laboral en sus centros de trabajo, principalmente por parte de
sus compañeros y jefes. Además, nueve por ciento ha recibido menor
salario que un hombre aun cuando realizó las mismas actividades y tuvo
el mismo puesto, situación que evidencia la discriminación y desigualdad
que enfrentan en sus remuneraciones y contextos.
En la entrega de 73 certificaciones de la Norma Mexicana
NMX-R-025-SCFI-2015 –que se refiere a la igualdad laboral y la no
discriminación–, a diversos centros de trabajo, la titular del Instituto
Nacional de las Mujeres (Inmujeres), Nadine Gasman Zylbermann, aseveró
que el país tiene una de las tasas más bajas de participación femenina
en comparación con naciones que cuentan con un nivel menor de
desarrollo: la brecha es de 34 puntos porcentuales.
Ante este panorama, la funcionaria destacó que
es fundamental eliminar la desigualdad salarial, la discriminación, exclusión, segregación, el acoso y hostigamiento sexual y otras formas de violencia.
Expuso que la norma en la materia trae como beneficios contar con un
programa de reclutamiento y selección de personal sin discriminación y
con las mismas oportunidades, garantizar la igualdad salarial y la
integración de la planilla de personal con al menos 40 por ciento de un
mismo sexo.
En el Museo de Antropología, donde se llevó a cabo la entrega, la
presidenta del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación,
Alexandra Haas, dijo que
tenemos el muy deshonroso lugar de ser el tercer peor país de América Latina en inserción laboral de las mujeres, 43 por ciento. Agregó que sólo una de cada 10 hablantes de lengua indígena tiene un contrato escrito de trabajo y prestaciones laborales.
Lo anterior, señaló la funcionaria,
significa que no es casual que las personas no tengan acceso a las oportunidades laborales en igualdad de circunstancias.
Acompañada por la secretaria del Trabajo y Previsión Social, Luisa
María Alcalde Luján, señaló que existen sesgos implícitos que se tienen
que erradicar, como la práctica de presentar y requerir fotografía en
los currículums,
porque nada nos dice acerca de lo que la persona es o no capaz de hacer.
Jessica Xantomila
Periódico La Jornada
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