Ciudad de México. Desde el pasado 9 de septiembre inició el juicio oral en torno al caso Lesvy,
con ello, colectivas feministas, asociaciones civiles y feministas
independientes hicieron presencia dentro y fuera del Reclusorio Oriente.
En estos días,
integrantes de la colectiva Siemprevivas, se dieron cita afuera de los juzgados
para acompañar a la familia de Lesvy. Se dedican a bordar y tejer la rabia de
las mujeres mexicanas.
La semana pasada comenzaron
a bordar lo que será una manta con el mensaje “Justicia para Lesvy, para todas”,
donde se observa la figura de Lesvy dibujada al centro acompañada por flores,
plantas y texturas diversas en tela e
hilos que convierten, poco a poco, la blancura de la manta en un mensaje de
cariño y lucha.
El enrejado que se
encuentra afuera de los juzgados no sólo tenía las mantas de Lesvy, también
colgaban fichas de búsqueda de mujeres desaparecidas de toda la república en
las que se describe sus características físicas, fechas de desaparición, sus
sueños y gustos principales.
Pese a que el
cosido y bordado rememora a las víctimas de feminicidio y el dolor de sus
familias, de vez en cuando se acompaña de alegría. A lo largo de estos días, la
madre de Lesvy, Araceli Osorio, permanecía afuera del Reclusorio conviviendo
con las jóvenes, riendo, recordando.
El pasado jueves 12
de septiembre (último día de la audiencia de esa semana) la colectiva, como una
forma de honrar a la joven, sus sueños y sus planes, llevó un platillo que Lesvy
solía cocinar: tortitas de plátano rellenas, las cuales departió con sus
padres.
Han pasado 2 años
del asesinato de la estudiante y aún no se tiene una sentencia para su presunto
agresor, quien ha agotado todos los recursos legales a su alcance para alargar
el juicio. Se espera que de resultar un fallo favorable para la víctima y su
familia, el feminicida sea condenado a 60 años de prisión.
CIMAC
Foto: María Esparza Quintana
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