Ciudad de
México. A dos años del sismo del 19 de septiembre de 2017, que
afectó al Estado de México, Puebla, Morelos, Guerrero, Oaxaca y la Ciudad de
México la reconstrucción de las viviendas afectadas aún se vislumbra lenta y
lejana pues el gobierno federal, reportó que hasta el momento hay un avance del
26 por ciento a nivel nacional.
En el caso específico de la Ciudad de México, César Cravioto Romero,
titular de la Comisión para la Reconstrucción, informó que hay un avance
del 30 por ciento en la reparación de inmuebles en la capital por lo
que estimó que estas labores terminen en el 2021; pero la gran mayoría
de las personas damnificadas aún viven en la incertidumbre, sorteando la
división de sus familias, problemas económicos y de salud.
Francia Gutiérrez, damnificada del edificio 1C del
Multifamiliar Tlalpan -colapsado durante el sismo- e integrante del colectivo
de Damnificados Unidos de la Ciudad de México (DUCDMX) señaló en entrevista con
Cimacnoticias que estos 2 años tuvieron que haber sido suficientes para darle
solución a la emergencia.
“Hubo muchos responsables para que no pudiéramos regresar a casa… no sabemos cuánto tiempo más va a pasar para quienes están en la fila para la asignación de recursos o esperar la ejecución correcta de las obras y del presupuesto que se les asigne.”Damnificada del 19S
Este
retraso en la atención a la población damnificada es evidente en zonas de la
periferia de la ciudad, como es el caso de la Alcaldía Tláhuac -que pese a que
en el censo de la Plataforma CDMX de la Comisión
para la Reconstrucción está registrada como una de las más afectadas – apenas
en 2019 se ven trabajos de reconstrucción.
“Empezaron el primero de abril y el 20 de agosto me
entregaron mi casa terminada, pero hay otras vecinas que van muy lento o apenas
están con los cimientos…” dijo para Cimacnoticias Corina Hernández, vecina de
la colonia del Mar en esta alcaldía.
Existen
datos de la Comisión para la reconstrucción que revelan que de las 193 empresas
que fueron contratadas para esta labor al menos 55 tuvieron que abandonar las
tareas debido a que no cumplieron con los
contratos, registraron sobreprecios o bien tuvieron retrasos en la entrega de
las viviendas como es el caso de los predios de la colonia del Mar donde operan
las constructoras Cainsa, Moriat y RDM, estas dos últimas retiradas a petición
de las personas que integran el Comité Organizador del Mar, que también
pertenece a DUCDMX.
Las mujeres que buscan recuperar su patrimonio
A pesar del amplio
reconocimiento al derecho a la propiedad individual y colectiva contenido en el
artículo 17 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, los desastres
naturales tienden a afectar a mujeres y hombres de diferentes maneras. En este
caso, las damnificadas se han organizado para recuperar sus viviendas. Se
convirtieron en expertas en trámites, trabajos de construcción y cierres de
calles para exigir su derecho a la vivienda digna, además de trabajar y cuidar su
casa –en la condición que se encuentre- y a sus familias.
La
doctora Olivia Domínguez Prieto, quien vivía en el edificio de Pestalozzi 27 en
la colonia Narvarte, comentó en entrevista con Cimacnoticias que el sismo
golpeó a todas y todos por igual pero “han sido las mujeres – de Damnificados
Unidos- las que hemos tenido un poco más de resistencia para dar la cara y enfrentar
la situación”. Añadió que muchas han tenido procesos personales en los que han
pasado de ser tímidas a realmente tomar la palabra en las reuniones con
autoridades para exigir sus derechos.
La Convención sobre la eliminación de todas las formas
de discriminación contra la mujer (CEDAW) menciona
especialmente el derecho de las mujeres a no ser discriminadas cuando se trata
del derecho a la propiedad y todos los Estados que hayan ratificado las
convenciones de la ONU están obligados a respetar, proteger y satisfacer el
derecho de sus habitantes a una vivienda adecuada, sin discriminación.
En ese sentido la
nueva Ley para la Reconstrucción Integral de la Ciudad de México tiene como
principios rectores la inclusión y la equidad de género para “evitar los
formalismos jurídicos innecesarios que retrasen la solución pronta, expedita y
adecuada” de la redificación de los hogares, pero a la fecha no tiene ningún
plan para garantizar ese derecho a las mujeres afectadas por el sismo, ni de
las personas mayores o enfermas, la gran mayoría del colectivo de Damnificados
Unidos de la Ciudad de México, quienes a 2 años del siniestro han visto
deteriorada su salud o han muerto en el camino de ver su patrimonio
reconstruido.
Salud, familia y economía
Considerando el número total de personas que se registraron ante el
Gobierno de la CDMX como damnificados tras el sismo del 2017 -aproximadamente unas 100 mil personas- a la fecha sólo unas 20 mil han podido regresar a sus hogares, el
resto vive en lugares rentados, con otros integrantes de su familia y
en otros casos, en albergues o campamentos afuera de lo que queda de sus
casas.
Es el caso de
Olivia Hernández, habitante del Multifamiliar Tlalpan, quien dijo en entrevista
para Cimacnoticias que lo más doloroso para ella a 2 años del sismo es no poder
convivir con su familia en el mismo techo.
“Mi esposo sigue
en Cuba, iba a regresar en septiembre –del 2017- y luego paso lo del sismo y no
ha podido regresar… mis hijos tuvieron que irse a rentar cerca de sus escuelas
y yo vivo con mi hermana en el oriente de la ciudad” comentó la también
propietaria de un departamento del edificio 3C de la Unidad Habitacional
Tlalpan añadiendo que su salud se ha visto afectada por los constantes
traslados que realiza desde el 2017 los cuales agravaron su problema de
movilidad en la pierna de derecha debido a su artritis reumatoide.
Trinidad Godínez,
quien vivía en Ámsterdam 27, en la colonia Hipódromo Condesa, cuida de su madre
y vive con otros familiares luego de que su casa resultara afectada por el
sismo.
“En octubre de
2018 mi madre sufrió un infarto cerebral…Es duro ver que cada día esta más
minada su salud, me preocupa y me angustia porque esa responsabilidad recae
sobre mi” dijo para Cimacnoticias añadiendo que también muchos de sus vecinos
han muerto por complicaciones de enfermedades crónicas por el hecho de no vivir
en sus casas además de que muchos sufren secuelas psicológicas como depresión o
ansiedad.
Por otra parte existe el
problema económico, pues pese al “Apoyo a
renta” que otorga 4 mil pesos mensuales a cerca de 9 mil 300 familias para el
pago de alquiler de las personas que lo requieran, es una cantidad que apenas cubre las necesidades de
las y los damnificados por lo que la opción para muchos de ellos y ellas es
vivir con sus familiares, quedarse en espacios reducidos o incluso en
campamentos o albergues improvisados y sobrevivir con el apoyo otorgado para
cubrir gastos de alimentación o transporte; como el caso de Ivonne Ballesteros,
quién vive en un campamento al lado de lo Multifamiliar Tlalpan, en
reconstrucción junto con su madre y su hija de 8 meses. “Ha sido duro, pero ya
vemos cada vez más cerca el regreso a nuestras casas” dijo.
Para todas las personas
damnificadas ha sido un tiempo que se ha pasado rápido por todo lo que han
conseguido, pero a la vez ha sido lento por el avance de las autoridades
capitalinas, mismas que han menospreciado la labor realizada y han mostrado
poca empatía por la situación, por lo que las personas damnificadas recuerdan a
la población de la capital que la emergencia continúa ahora más que nunca
porque los apoyos y donaciones ya no llegan y muchos siguen en la calle y no
saben cuánto tiempo más tendrán que resistir.
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