6/07/2010

Un año de luto nacional
A un año del incendio que asesinó a 49 niñ@s menores de cuatro años y dejó a más de cien con problemas respiratorios, traumas sicológicos y quemaduras imborrables, este crimen sigue impune.
Gárgolas

Hermosillo, Sonora, 5 de junio, 14:45 horas. Alguien prende fuego a la bodega de la Secretaría de Hacienda estatal, y el incendio se expande al local contiguo, una estancia infantil subrogada por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) con todas las condiciones para que también arda en llamas a la menor provocación y mueran calcinad@s sus ocupantes. Dentro de la guardería -así llamada porque guarda, como si fuera otra bodega, seres humanos- están hacinad@s 150 niñ@s menores de cuatro años; el personal que l@s atiende no es suficiente para ponerl@s a salvo, fuera de la trampa mortal; de hecho, no es suficiente para nada, pues tampoco está capacitado; no hay salidas de emergencia ni ventilación; el techo no es concreto, sino láminas cubiertas de plástico (economía cara) que hierven y caen sobre los vulnerables cuerpos de criaturas vulneradas; 49 mueren luego de sufrir, en los peores casos, una insufrible agonía de varios días; más de la mitad tenía menos de tres años; 75 tienen ahora marcas físicas y mentales para siempre, y alrededor de cien -l@s sobrevivientes en general- padecen todavía de angustiantes problemas respiratorios (fibrosis pulmonar, que requiere de tratamiento especial durante los primeros nueve meses), pues estuvieron expuest@s a gases tóxicos y no han recibido atención médica; el "diagnóstico" del IMSS -continuación de su negligencia criminal- es que se trata de una simple alergia, una tosecita o algo así, nada grave; simple alergia con sangrados, mareos y desmayos, entre otros síntomas preocupantes, además de los gritos dormidos y las nebulizaciones dos veces por día, pues la guardería operaba, por si fuera poco, junto a una vulcanizadora y pensión en frente de una gasolinera. No conforme con la muerte violenta de 49 niñ@s, el IMSS apuesta, un año después, a que mueran por desatención 49 más (ya le gustó el número) para que dejen de ser una carga de por vida; entre sus gélidos cálculos no existe la opción humanitaria de salvarl@s porque es materialmente más barato matarlos. De ahí que los padres y las madres de est@s niñ@s recurran a una colecta nacional urgente que haga posible su atención en hospitales de Cuba y Estados Unidos.

El incendio del 5 de junio representa la culminación de una tragedia mayor: la deshumanización de un sistema, público en los dichos y privado en los hechos, que tiene de hospitalario lo mismo que una cárcel y de salud lo mismo que una cámara de gases. No conforme con haber abandonado una de sus obligaciones, dejándola en manos de gente sin principios, nomás fines de lucro, lo primero que hizo el IMSS ante la crisis fue un mórbido intento de ocultar los cadáveres y desinformar a las madres y los padres, además de (algo que ha tenido poca difusión, no obstante que supone una constante) desatar su compulsión frenética por mutilar brazos y piernas a diestra y siniestra, carnicería que detuvo a tiempo un médico externo. Como si esta barbarie tampoco fuera bastante, aparecieron "familiares" falsos con declaraciones a los medios de comunicación por iniciativa de las "autoridades" locales, al parecer esquizoides.

La pesadilla del 5 de junio, «día de luto nacional» por decreto del poder genocida, culpable de la desgracia, que sigue asesinando niños y destruyendo todo cuanto puede, cumple hoy un año sin conclusión, sin justicia ni cambios para que jamás ocurra lo que nunca debió ocurrir ni había ocurrido en ningún país del mundo. No conforme con su criminal desastre, la misma pandilla ofendió, con el cinismo que la caracteriza y una exasperante falta de sensibilidad y respeto a la vida, tanto la memoria de las víctimas y el dolor de las familias como la dignidad que haya en México y más allá de las fronteras, al permitirse un año de impunidad, un año de simulacros y farsas judiciales, simulaciones y montajes que no engañan a nadie, un año de otorgar amplias facilidades a los asesinos seriales para que sigan libres y campantes, como si nada, sin una declaración al respecto por parte de Calderodes o de perdida su esposa, que hasta ahora hablan selectivamente a puerta cerrada, previa exclusión del Movimiento por la Justicia 5 de Junio, con padres y madres deudos, y salen con la burla del viaje a Hermosillo y el decreto de última hora, no sin antes enviar a Fernando Gómez-Mont, secretario de Gobernación, a dar un avance de la táctica tardía: culpar al anterior gobierno priista de Sonora y dejar intacto el meollo del asunto, que es la figura anticonstitucional de subrogación, pues el Estado se repliega en sus responsabilidades, como la prestación del servicio llamado guardería, cuando cede y concede a particulares discrecionalmente, sin licitación pública, su privatización; desde 1997, unas mil 500 estancias infantiles anteriormente del IMSS pasaron a ser negocio de gente asociada con el poder, que las maneja como changarros en condiciones de alto riesgo para los bebés, que importan un carajo a la mentalidad capitalista en sus cálculos de ganancia. Si antes de la reforma neoliberal a su ley reglamentaria, el IMSS era considerado como "socialista", hoy es un símbolo de la barbarie y la degradación de las relaciones humanas bajo el capitalismo; su acumulación de vicios y desviaciones aberrantes derivó en la tragedia culminante hace un año, que destapó la cloaca de podredumbre y puso al descubierto la polarización de este país, como las elecciones federales que perdió Celderodes.

El 5 de junio es día de luto nacional, como todos los días de la vida que la dictadura del dinero mata. La descomposición encarnada por la mafia trasnacional que usurpa el "gobierno" de México a sangre y fuego hace del capitalismo en su fase actual un sistema social tan caduco, anacrónico y obsoleto que, además de la producción y reproducción de la muerte, sirve acaso para engordar cerdos y parásitos. Si logramos justicia en el caso que nos ocupa hoy y siempre, algo habrá empezado a cambiar en México radicalmente; valdrá la pena inclusive morir si es necesario para dar el primer paso a la construcción de un mundo nuevo, en donde nuestros hijos puedan vivir a salvo del infierno...

http://gargolas.blogspot.com

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