Sesión en el IFE.
Álvaro Delgado
MÉXICO, DF, 21 de febrero (apro).- A unos meses de iniciar formalmente el proceso electoral de 2012, y como parte de la degradación política que inició en 2006, el Instituto Federal Electoral (IFE) está siendo sometido a una metralla mediática que ya ha hecho mella en su de por sí enclenque credibilidad.
De manera acompasada, y con una articulación precisa, el embate contra el IFE se ha dado desde su interior y también externamente, con una inusitada cobertura por parte de Televisa y Televisión Azteca sobre asuntos de dinero.
Primero, la Contraloría General desautorizó el ahorro de casi 400 millones de pesos para la compra de inmuebles --identificado como un “cochinito”-- y, días después, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) informó de la revisión al Sistema Integral de Administración de los Tiempos del Estado (SIATE), mediante el cual el IFE verifica la transmisión de los spots por las televisoras.
Se trata de una operación política que se da en el contexto de la elección de los tres consejeros del IFE y luego de que este organismo resolvió, el 18 de enero, que el gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, violó la Constitución por difundir promocionales televisivos sobre su quinto informe de gobierno en Baja California Sur y Guerrero, donde había procesos electorales.
Los dos consejeros que votaron en contra de sancionar a Peña Nieto fueron Francisco Guerrero y Marco Baños, identificados con el priismo, al contrario de lo que manifestaron con Felipe Calderón, quien también violó la Constitución por la misma razón.
La andanada contra el IFE, y en particular contra Leonardo Valdés, su presidente, se produce también cuando la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) volverá a discutir la constitucionalidad de la reforma que prohíbe la compra de tiempos en radio y televisión, combatida por la vía del amparo por un grupo de “intelectuales” vinculados a las televisoras.
En la discusión previa en la SCJN se produjo un empate y con la designación como ministro Jorge Pardo Rebolledo, supuestamente vinculado a Diego Fernández de Cevallos, se prevé que sea otorgado el amparo al grupo de opinadores, con lo que la reforma electoral de 2007-2008 se vendría abajo para júbilo de las televisoras y, obviamente, Peña Nieto, emblema del político fabricado.
La campaña contra el IFE orquestada por las televisoras y Peña Nieto tiene, por ello, el propósito de generar un “ambiente” para que ese eventual fallo no genere un escándalo político y que, de ser posible, implique la renuncia de Leonardo Valdés, con lo que la Cámara de Diputados tendría que elegir a cuatro y no a tres consejeros.
En esta lógica, el reparto sería el siguiente: Dos consejeros para el PRI, uno para el PAN y el otro para el PRD, una fórmula que no altera el plan priista de preservar los lugares de Virgilio Andrade y Marco Antonio Gómez Alcántar. Pero en el peor de los casos, si no es Valdés, el renunciante debería ser el secretario ejecutivo, Edmundo Jacobo.
Este plan es más que conocido en el IFE, sobre todo a raíz de que se tuvo conocimiento de que los resultados de las auditorías realizadas por la ASF las conoció primero Televisa y luego la Cámara de Diputados, como lo ordena la ley.
En efecto, el viernes 11, Fernando Agiss, exdirector ejecutivo de Prerrogativas y Partidos Políticos del IFE y que ahora trabaja para Televisa, le mostró a René Miranda, coordinador de informática del organismo, un fragmento clave de la auditoría de la ASF: El detalles de las 49 observaciones a la Cuenta Pública de 2009.
El documento mostrado por Agiss a Miranda, y que le fue enviado vía correo electrónico, tenía un remitente: Javier Tejado Dondé, director jurídico de Televisa, nada menos que la orquestadora de la campaña contra la reforma electoral vigente, del IFE y de quien se oponga a sus intereses.
Un párrafo que revela, también, cómo la ASF responde a intereses facciosos y no institucionales es el identificado como “consecuencias sociales” de la auditoría al SIATE, que escapa a las facultades de ese órgano dependiente de la Cámara de Diputados:
“Las irregularidades, inconsistencias y fallas en los procesos de licitación, contratación, implementación, desempeño y aprobación del Sistema Integral de Administración de los Tiempos del Estado no garantizan a la sociedad la equidad en el uso de los medios de comunicación en la contienda electoral.”
Así, ¿por qué el IFE, en defensa de su autonomía y sobre todo de su credibilidad, no depone su conducta timorata y asume una posición contundente ante el operativo político-mediático de que es objeto, sobre todo si cuenta, como es el caso, de robustas pruebas?
La respuesta es quizá porque la administración del IFE, cuyo responsable es Leonardo Valdés, está bajo sospecha y un ejemplo de ello es la compra y remodelación del edificio del IFE de la avenida Acoxpa, cuyas irregularidades llevaron a la repentina renuncia del director ejecutivo de administración, Fernando Sánchez Madrigal…
Apuntes
Más allá de la decisión de Andrés Manuel López Obrador, cuya ruptura con la dirigencia que encabeza Jesús Ortega es irreversible, a nadie puede quedarle duda de que el PRD es un partido paraestatal, funcional sólo a los intereses de Felipe Calderón y el PAN –y si acaso a Marcelo Ebrard--, cuyo más reciente monumento a la estulticia es la afirmación de Ernesto Cordero, secretario de Hacienda, en el sentido de que una familia puede vivir con 6 mil pesos mensuales y hasta para pagar colegiaturas de sus hijos en escuelas privadas… Es difícil no estar de acuerdo con Luisa María Calderón, la “hermana incómoda”, que califica de “gris y opaca” la gestión de Leonel Godoy como gobernador de Michoacán, pero hay que hacerle ver que no tiene autoridad política ni moral, porque la de su pariente es menos que mediocre… No pudo la iracundia ni la infamia con Carmen Aristegui…
Comentarios: delgado@proceso.com.mx
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