3/08/2011

Se volteó la tortilla



Finalmente parece llegar la disputa ideológica a Estados Unidos, aunque no debemos esperar grandes cosas de la misma.

El punto contencioso es la negociación colectiva, componente político de crucial importancia, es lo que le da poder a los sindicatos para representar a los trabajadores, eliminarla como intenta el gobernador de Wisconsin, equivale a despojar al sindicato de su componente político fundamental y condenarlo en la práctica a la extinción; sin sindicatos, los empleadores cometerán todo tipo de atrocidades contra los trabajadores. Imaginémonos el peor de los escenarios en un país cuya legislación laboral se inclina a favor de los patrones.

El argumento de la derecha es que los sindicalizados ganan más que los no sindicalizados. Si esto es así quiere decir que los sindicatos están cumpliendo con su propósito y el mensaje es muy claro, los trabajadores deben buscar un sindicato y afiliarse porque este si produce los beneficios que promete. La postura de la derecha es que hay que inutilizar a los sindicatos y hacerlos desaparecer. Este es el componente ideológico importante de esta coyuntura, porque si se salen con la suya empezará una agresión contra los derechos de los trabajadores en los espacios donde tienen presencia.

La derecha republicana culpa ahora a los trabajadores de la crisis y sostienen que la negociación colectiva es la responsable de la condición en que se encuentran las finanzas públicas, aunque al parecer en los 20 Estados donde no hay negociación colectiva están igual o peor que donde si la hay. Se debería discutir sobre el papel de los republicanos en bloquear el paquete de estímulos de Obama y el peso de este bloqueo para profundizar la crisis fiscal que ahora se sufre.

La presidenta de la Asociación Nacional de Maestros dice que ellos no son los responsables de la crisis, aunque le falta indicar que los responsables son los republicanos que eliminaron las regulaciones y dejaron que los bancos arrasaran con la economía hasta ponerla de rodillas. Los maestros cumplen con un papel fundamental y no son de los empleados mejor pagados, Estados Unidos no saldrá del bache educativo si no mejora las condiciones de empleo para los trabajadores de la educación, aunque los republicanos van en sentido contrario, quieren despojar a los maestros de sus beneficios y hundirlos en la mayor pobreza.

Valga de paso decir que hoy conseguir préstamos bancarios es más difícil que nunca, los bancos, aunque recibieron fondos públicos, no asumen un compromiso social, están en una posición más fuerte que antes de la crisis que iniciaron y le pasan las consecuencias de la misma a los clientes que hicieron todo lo posible por pagar y no perder sus inversiones, incluidos los maestros. Los republicanos soslayan esto y ahora tratan de voltear la tortilla y endilgarles la culpabilidad de la crisis a las víctimas de la misma y propiciar cambios políticos que refuercen la posición de los depredadores que han generado un capitalismo salvaje que arrasa con las mejores energías.

Desde que se impuso el neoliberalismo, en Estados Unidos se amplió el número de pobres y se ha abierto la brecha entre clases sociales. El 10% de los megaricos de Estados Unidos posee el equivalente al 50% de la riqueza del país. Mientras que el ingreso del estadounidense común y corriente se mantuvo estable en los últimos diez años, el de los megaricos se proyectó hacia arriba, en esto no hay truco, la riqueza que pierden algunos se la apoderan otros. Siguiendo el criterio de la derecha republicana, hay que modificar las leyes para que a los ricos se les iguale al promedio de ingreso de los estadounidenses y que se les cierren las lagunas legales que les permiten pagar pocos impuestos y fugar los puestos de trabajo a donde pagan menos.

Pero ya la derecha se movilizó y presionó a Obama para que la exención de impuestos que creó Bush se les alargue otros dos años. Esta carencia fiscal se tiene que compensar de varias maneras: se recorta el gasto público (la guerra no la van a tocar así que los republicanos van sobre los programas sociales), se aumentan los impuestos, o se adquiere más deuda y Obama quiere reducir esta última.

Los republicanos que ya ni siquiera manejan que tienen compasión, van contra los programas sociales y enfilan sus baterías contra los sindicatos y los empleados públicos, porque son una de las últimas trincheras de la dignidad del trabajador.

Los trabajadores se están movilizando y los senadores de Wisconsin que huyeron del estado para frenar la ley (que aprobaría la mayoría republicana) están en la trinchera de esta lucha. La resolución del enfrentamiento tendrá consecuencias cruciales para la salida de la crisis económica y para el futuro económico de Estados Unidos.

Samuel Schmidt

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