El
escritor de 'La noche más triste' dice que la pobreza y violencia en
Guerrero persisten como caldo de cultivo para una tragedia similar
Por Arturo Ascención
" La primera pregunta que yo le haría (al presidente Peña Nieto) es por
qué, a casi 10 meses, no ha visitado Iguala, no ha ido a Ayotzinapa.
Recibió a los familiares de los estudiantes en Presidencia, pero
después no hemos vuelto a hablar del tema. ¿Por qué no ha ido a la
comunidad a decir 'estamos haciendo algo'?
Esteban Illades, autor de 'La noche más triste' "
CIUDAD DE MÉXICO (CNNMéxico) — Mientras
no se ataquen las causas que generan la violencia, en México persisten
elementos para que en cualquier momento pueda ocurrir otro caso Iguala,
consideró Esteban Illades, autor de La noche más triste, un relato sobre la desaparición de 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa.
En entrevista con CNNMéxico, resaltó que siempre hay que tener
presente lo ocurrido el 26 de septiembre de 2014, pues en estados como
Guerrero se sigue teniendo violencia a los peores niveles.
"Mientras no resolvamos las causas: el narcotráfico, la seguridad,
la educación, la pobreza -porque Guerrero a fin de cuentas es uno de
los tres estados más pobres del país- sí es muy factible que podamos
tener algo similar a la noche más triste", resaltó el periodista.
A partir del acceso que tuvo a expedientes judiciales, declaraciones
de detenidos y testimonios de sobrevivientes, Illades narra en La noche más triste (Grijalbo-2015)
cómo ocurrió la desaparición de 43 normalistas en Iguala y Cocula hace
casi 10 meses, tras ser atacados por policías municipales vinculados
con un grupo criminal.
Pero en el texto, también destaca las condiciones
sociales que llevaron a que en Guerrero -clave en la producción de
amapola- estallara este caso: su inestabilidad política, su pobreza,
los cárteles en disputa y la sombra criminal que cubría al alcalde José
Luis Abarca.
"Realmente había focos rojos en todos lados, que nadie había volteado a ver. Esto era algo que iba a explotar", dijo Illades.
El autor recordó que, tras los hechos de Ayotzinapa, el presidente Enrique Peña Nieto presentó un paquete de iniciativas sobre seguridad y justicia, con medidas como el mando único policial en los estados.
Ochos meses después, siguen sin concretarse.
¿Verdad histórica?
Cuando era procurador General de la República, Jesús Murillo Karam habló de que se tenía una "verdad histórica"
sobre la muerte e incineración de los restos de 43 normalistas, a manos
del grupo criminal Guerreros Unidos, coludido con policías y
funcionarios de Iguala y Cocula.
Pero en la opinión de Illades, esa expresión fue desafortunada, ya
que hasta la fecha "faltan muchas cosas por saber", y el relato
presentado por la PGR tiene como punto débil creer "ciegamente" en lo
dicho por algunos de los detenidos, sin evidencia física que respalde
sus declaraciones.
Ante ello, según Illades, los padres de los normalistas dudan de la
versión oficial, y plantean situaciones como que los jóvenes estén
vivos y retenidos por militares.
"Los padres siguen sin saber si realmente son sus hijos. Hasta la
fecha solo hay un pedazo de hueso de Alexander Mora, uno de los
estudiantes desaparecidos. Que con el 99.99% de seguridad, se sabe que
es un hueso relacionado a su padre y a su hermano", dijo Illades.
Por qué los atacaron
En los expedientes judiciales, según lo escrito por Illades, se menciona que el jefe de plaza de Guerreros Unidos, Gildardo el cabo Gil López, ordenó el asesinato de los normalistas al creer que ellos eran de la organización delictiva que mató a su padre: los Rojos.
Se desconoce qué lo habría llevado a esa suposición, y si como sospechan las autoridades en algún momento el cabo Gil se dio cuenta de que había cometido un error, por lo que trató de borrar cualquier huella del crimen.
El presunto líder criminal sigue prófugo, así que su detención podría ser clave para entender lo ocurrido, comentó Illades.
El papel de Abarca
Hasta donde se sabe, dice, el exalcalde perredista de Iguala, José
Luis Abarca, dio "por lo menos" la orden a los policías de Iguala de
desviar o contener a los normalistas, para que no se acercaran al
informe de actividades de su esposa, María de los Ángeles Pineda como
presidenta del DIF.
No hay una versión concluyente sobre si los normalistas, que habían
acudido a Iguala para tomar autobuses con los que pudieran trasladarse
a la protesta del 2 de octubre en el Distrito Federal, hubieran tenido
noción del evento de la esposa de Abarca, expone el autor.
Y tampoco se sabe con certeza si en algún momento Abarca ordenó a
los policías de Iguala ir más allá, asesinando a los normalistas.
Aunque desde la perspectiva de Illades, el ahora exalcalde no era el
mando principal en su municipio.
"Veo a Abarca como parte de la estructura, pero no como la parte
fundamental. Abarca tenía cierto poder, pero en los municipios de
Iguala y de Cocula, la verdadera autoridad eran los Guerreros Unidos".
¿Fue el Estado?
Durante las protestas por Ayotzinapa, ha sido común escuchar que el Estado mexicano es responsable. Illades está de acuerdo:
"Yo creo que fue el Estado, por dos situaciones. La primera, porque
se dejó corromper. A nivel municipal, el Estado estaba copado por los
Guerreros Unidos. La presidencia municipal la operaban ellos. Ellos
controlaban la seguridad pública, todos los que controlaban la entrada
y salida de las drogas. Y el presidente municipal les respondía a
ellos. En ese sentido, el Estado y el cártel de los narcos eran lo
mismo", apuntó.
"A nivel estatal, también fue el Estado, pero por omisión. En las
investigaciones puedes ver cómo Ángel Aguirre -exgobernador de
Guerrero- tenía por lo menos contacto con María de los Ángeles Pineda.
Es difícil pensar que él no supiera qué era lo que estaba sucediendo",
agregó.
Y el gobierno de Peña...
"Creo que el grave error del gobierno de Peña Nieto fue que en los
primeros 10 días declaró esto como un asunto local. Dijo que esto lo
tenía que resolver el gobierno de Ángel Aguirre", mencionó.
Otro punto de responsabilidad para el gobierno federal, según el
autor, es el hecho de que no se ubicara a Iguala como un foco rojo, con
sus antecedentes de violencia y crimen.
-Si tuvieras la oportunidad de hablar con el presidente, ¿qué le preguntarías sobre el caso Ayotzinapa?
"La primera pregunta que yo le haría es por qué, a casi 10 meses, no
ha visitado Iguala, no ha ido a Ayotzinapa. Recibió a los familiares de
los estudiantes en la Presidencia, pero después no hemos vuelto a
hablar del tema. ¿Por qué no ha ido a la comunidad a decir 'estamos
haciendo algo'? Se ve desvinculado el gobierno federal de los
estudiantes, de los familiares, al no tener esta atención cercana",
respondió Illades.
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