Pedro Echeverría V.
1. Pensé que después de los gobiernos de Salinas, Zedillo, Fox y
Calderón –que llegaron a lo máximo del robo, la corrupción y los
asesinatos- no podrían haber en México gobiernos peores o más funestos;
pero el actual de Peña me está pareciendo insuperable, sobre todo
después que con una simple orden se deshizo de Carmen Aristegui; ahora
que al parecer está a punto de encarcelar a los dirigentes de la CNTE,
después de amenazar a cuantos continúen reclamando justicia por la
desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. Pero, como escribí
cuando fue fulminantemente cesada Aristegui, también busca desaparecer
a La Jornada y a la revista Proceso si no le bajan a sus denuncias y
críticas.
2. Pensé que después de la década libertaria de los sesenta en la
familia, la escuela, la música, el feminismo; que luego del movimiento
estudiantil de 1968, de las luchas obreras de los años setenta y de las
protestas sociales en alrededor de las elecciones de 1988, habíamos
logrado espacios muy amplios de libertad en las calles, en la
universidades y en manifestaciones de protesta. Puta, pero nada, pura
pinche ilusión. A partir del neoliberalismo y los noventa con los
Reagan, los Thatcher, el Papa y el desplome del Muro, la reacción
derechista –con el cobijo de la “globalización” imperialista- recuperó
totalmente el poder haciendo trizas a los que fue la izquierda, que
tuvo que entregarse vergonzosamente.
3. El Peña, por sus amenazas y desplantes, nos está pareciendo más
“facho” que los anteriores. Pensé que por joven y la guapura de su
mujer, estaría más alegre, más relajado, más dispuesto a sonreír y
hablar; pero me empieza a parecer un energúmeno que tiene más de
policía, de militar, que de político. Siquiera el presidente Calderón
fue descarado y no escondió sus inclinaciones militares; pero este
señor del “nuevo PRI” siempre camina encabronado porque parece haberse
metido en un hoyo donde no puede salir. Por ello quiere deshacerse de
todos los críticos que no se venden por un plato de lentejas. Para
salvarse de su peligroso coleteo hay que seguir luchando en las calles
pero cuidándose de no ser salpicado.
4. Pensé que el gobernador Gabino Cué resistiría los embates de Peña
Y Chuayffet; lo creí menos imbécil, pero está resultando igualito al
tal nefasto exgobernador Ulises Ruiz (URO) Parece que los maestros
oaxaqueños tendrán que recordar aquel año de 2006 y sus 12 gigantescas
marchas que hicieron cimbrar a la clase política de todo el país; pero
tampoco olvidar los miles de policía y soldados que por órdenes de los
presidentes Fox, luego de Calderón, invadieron en tres ocasiones el
centro histórico y la universidad de esa gran ciudad. Peña quiere
encarcelar a Rubén Núñez con cualquier pretexto, sin tomar en cuenta
que en la 22 de Oaxaca hay 200 líderes más al nivel de Núñez. ¿Cree
Peña que entre los líderes traidores de la 59 va a encontrar respaldo?
5. En 2006 no existía la gran fuerza de la CNTE de Guerrero,
Michoacán, Chiapas, Morelos, DF, Estado de México; tampoco estaban los
electricistas, los mineros, sobre todo las autodefensas. Peña no puede
actuar como “facho” porque se puede incendiar Oaxaca, Chiapas, el DF,
Guerrero. En 2006 era mucho menor el descontento y la furia del pueblo;
aún no se iniciaban los asesinatos del presidente Calderón; personajes
como Javier Sicilia –que encabeza todo un movimiento contra crímenes de
Estado- no aparecía en el país. De los partidos y sus dirigentes ni
hablar porque siempre han vivido arrastrados tras el poder que los
subsidia y les da prebendas del presupuesto público. Cuando abren la
boca les sale sapos y mugre.
6. Hace apenas dos días –al arreciar las críticas de los medios de
información contra los maestros de la sección 22- demostraba que el
Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO) era la única
institución de educación al servicio directo de los trabajadores del
magisterio. Que la educación nacional, para servir a la educación, a
los maestros, a los niños y a los padres de familia, debería estar en
manos de los directamente implicados. Decía que esas direcciones de
educación –con funcionarios incapaces y arribistas- sólo han sido
instrumento de los gobernadores, de los líderes sindicales espurios y
de la SEP. Hoy se informa que Peña y Chuayffet le han ordenado al
gobernador Cué su desaparición. Eso anuncia una feroz represión.
7. No sé qué estrategia de defensa acuerden los maestros de las 15
secciones básicas de la CNTE más las otras 15 que poco a poco van
engrosando las manifestaciones y plantones de otros estados. La huida
del Chapo de la cárcel de mayor seguridad en México, ha sido un
terrible golpe a la política de inversiones en el país; pero parece que
Peña está cabreado porque se le está terminando el tiempo sin haber
hecho nada importante y en el total desplome porque ya nadie cree en
él, en la policía, el ejército y en ninguno de los tres poderes. Hay
que cuidarse de sus coletazos de moribundo, aunque la clase política y
empresarial siga vivita. ¿O como Nerón, quisiera ver al país incendiado
para ser feliz? (21/VII/15)
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