En el caso de niñas y adolescentes la cifra se triplicó en 2014
Organizaciones
civiles que defienden los derechos de la población migrante en México
advirtieron que en 2014 fueron detenidas en estaciones migratorias 28
mil 693 mujeres sin documentos de estancia legal; entre ellas, 8 mil
228 niñas y adolescentes.
La mañana de hoy en esta capital, grupos civiles defensores de la
población migrante –como Sin Fronteras– presentaron el informe
“Derechos cautivos”, sobre la situación de las personas migrantes y
sujetas a protección internacional en los centros de detención
migratoria.
De acuerdo con el documento, en 2014 el Instituto Nacional de Migración
(INM) registró 127 mil 149 detenciones, lo que representó 47 por ciento
más que en 2013, año en el que hubo 86 mil 298 encierros de personas,
de las que 14 mil 73 eran mujeres y de ellas, 2 mil 700 eran niñas y
adolescentes.
Esto quiere decir que de 2013 a 2014 se incrementó en más del doble el
número de detenciones de mujeres migrantes en estaciones del INM; y en
el caso de las personas menores de 18 años la cifra se triplicó.
A los datos se suma que activistas prevén que para 2015 el número de
personas detenidas aumente a 200 mil, ya que sólo durante los primeros
cuatro meses del año se tienen registradas 62 mil 274 detenciones.
Joselin Barja Coria, investigadora y autora del informe, detalló en
breve entrevista que las mujeres migrantes detenidas en las estaciones
migratorias atraviesan por situaciones que pueden ser más degradantes
que las que viven sus pares varones.
Esto porque tardan en recibir o se les niegan enseres de limpieza
personal que requieren durante su periodo menstrual, y si son detenidas
con sus bebés, las mujeres no reciben pañales.
Además, la experta precisó que los agentes de seguridad cometen contra
ellas vejaciones sexuales a cambio de facilitarles algún servicio.
La investigadora señaló que en general los agentes del INM carecen de
la suficiente capacitación para atender a población vulnerable, y que
desconocen o no aplican los protocolos internacionales en materia de
Derechos Humanos (DH) y enfoque de género.
Además, las migrantes detenidas que presentan embarazos, así como las
que huyen de la violencia de género en sus comunidades de origen y las
que sufrieron agresiones sexuales en su tránsito por México, no reciben
la atención médica y psicológica especializada que requieren.
Barja Coria observó que las estaciones migratorias están recibiendo más
recursos federales, los cuales se utilizan para ampliar la
infraestructura de los mismos en lugar de capacitar al personal.
Al respecto, Diego Lorente, investigador del Centro de Derechos Humanos
Fray Matías de Córdova, señaló que el aumento de las detenciones de la
población migrante es consecuencia de la implementación del Plan
Frontera Sur, una política federal que a pesar de la insistencia de la
sociedad civil no ha rendido cuentas sobre su accionar, pero ya ha
desplegado fuertes operativos migratorios en las entidades colindantes
con Guatemala y Belice.
El experto apuntó que además de las detenciones, el INM reportó un alza
en las deportaciones masivas de personas migrantes –incluyendo menores
de edad–, ya que si hace cuatro años salían de México cada semana entre
cuatro y cinco camiones con personas migrantes, ahora se han observado
hasta ocho autobuses.
Lorente también criticó que las y los funcionarios no acatan los
protocolos para detectar casos que requieran de la protección
internacional, a pesar de que “nos encontramos en un momento en el que
el ‘triángulo norte’ de Centroamérica (Guatemala, El Salvador y
Honduras) se está desangrando” por la violencia.
Destacó que en las estaciones migratorias las personas enfrentan
hacinamiento, discriminación y violencia, ya que incluso se han
documentado casos de tortura por parte de agentes.
También lamentó que los salones destinados al personal de la Comisión
Nacional de Derechos Humanos siempre estén vacíos y que, en
consecuencia, este órgano no haya reportado el conjunto de violaciones
a DH que enfrenta la población migrante.
Y advirtió que para las organizaciones civiles ha sido muy difícil
documentar la situación particular que atraviesan las mujeres, toda vez
que se les impide el acceso a la totalidad de las instalaciones de las
estaciones migratorias, y se les permite hablar principalmente con los
varones.
Como parte del monitoreo que realizó la sociedad civil se encontró que
las personas migrantes detenidas por agentes de migración son llevadas
con violencia y desinformación a las estaciones migratorias, que en su
mayoría son estancias reducidas que dividen a la población por sexo.
En el caso de las personas solicitantes de refugio, éstas no reciben el
apoyo consular de sus países y el personal del INM no les brinda la
información suficiente o las intimida para hacerlas desistir de su
propósito.
Además, las personas migrantes son obligadas a pasar varios meses en
los centros de detención (con sólo una muda de ropa) hasta que
finalmente son deportadas.
Se añade que –según los testimonios recabados– las personas duermen
sobre bancas de cemento, frente a lámparas encendidas y con un fuerte
aire acondicionado.
En todo el país operan 59 centros de detención, 32 de ellos son
estaciones migratorias y 15 son estancias temporales que repiten los
esquemas de la detención pero en espacios más reducidos.
No obstante, en meses recientes activistas documentaron que día a día
se están habilitando más estancias provisionales para recibir a la
población migrante, por lo que tan sólo en 2013 se habilitaron 120
estancias provisionales en 14 entidades.
Por: Angélica Jocelyn Soto Espinosa
Cimacnoticias | México, DF.-
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