La
imaginación de Isabel Díaz Gallardo y su conexión con el mundo se
plasma hilada tras hilada. Bajo la punta de la aguja, la mujer
construye todo un universo sobre un lienzo de tela.
Su corazón dicta el movimiento a las manos en el espacio del modelo
establecido ancestralmente por un pueblo que existe entre las nubes
desde hace más de 600 años.
Al latido de su pecho va marcando trazos y grecas que expresan su
cultura, sus tradiciones y su ser fértil. Lo cercano a lo diáfano del
cielo les brinda a las mujeres nube la pureza con la cual atesoran su
cultura en el xaam nixuy (huipil de Tlahui).
Santa María Tlahuitoltepec se ubica en la zona mixe de Oaxaca,
intrincada en cerros cobijados por la neblina, conocidos por su
herencia musical, pero sobre todo por su indumentaria que fue motivo de
polémica por la reproducción del diseño que hiciera la creadora
francesa Isabel Marant, sin dar crédito al pueblo indígena.
Carmelitana Vázquez Pérez, regidora de Educación, Cultura y Deportes de
este municipio, señala que no hay datos que revelen la antigüedad de
la vestimenta, sin embargo los diseños detalladamente bordados en la
tela dan cuenta de una añeja cultura conectada íntimamente con el
universo; cultura que desde 2009 es compartida con el mundo a través de
la Guelaguetza, la tradicional fiesta anual oaxaqueña.
“Ahí está plasmada la idea, nuestro pensamiento, nuestra existencia de
este mundo. Ahí está nuestra bebida, nuestro sentir, nuestra visión y
cosmovisión. Ahí está en nuestra xaam nixuy”, expresa la mujer
orgullosamente indígena.
Uno de los elementos más representativos dentro del xaam es el amanecer
con su sol naciente entre el cerro del Cempoaltépetl, que se dibuja con
soles arcaicos generalmente en rojo y negro. “Es todo el sentir de una
mujer, de la belleza, de sentirse viva”, expresa desde su corazón.
Dentro de este mundo de vida también se elevan los magueyes
representando al pulque, bebida propia del pueblo ayuuk, así como el
agua que corre.
LA FUNCIÓN DEL REBOZO
Completa el atuendo un rebozo que por lo regular se coloca sobre la
cabeza, para mantener estable la temperatura del cuerpo entre el frío
de la montaña en las labores del campo, y el calor del fogón del
quehacer en el hogar.
A la cintura, el ceñidor tejido de petate y la tela de hilo que se usa
como faja para detener la enagua elaborada de algodón estampado de
flores. Como accesorios van semillas rojas, en el cabello listones de
lana de borrego, y a los pies huaraches tipo sandalia.
En el caso de los hombres, es la camisa bordada y el pantalón de manta con amarre, el tsapixy najan (gabán) y los huaraches.
RITUAL ENTRE LAS NUBES
Un nuevo día empieza en Santa María Tlahuitoltepec, pueblo que se
levantó bajo la tragedia de un alud de lodo que en septiembre de 2010
enlutó los hogares de 11 personas.
Las risas de niñas y niños inundan el corazón de la localidad. El aire
corre libre entre las montañas que se sacuden la neblina. Entre la
bruma se vislumbra el cerro del Cempoaltépetl, lugar considerado
sagrado por los ayuuk. Es ahí donde se realizan las ceremonias de
agradecimiento o de petición a la madre naturaleza.
Una de las más grandes es la que se realiza en la recepción del Año
Nuevo y es encabezada por las autoridades. En ésta se hace un pedimento
para que el año que inicia sea fructífero y de bien.
A la ceremonia se lleva el alimento, que consiste en una tortilla
embarrada con chintextle (pasta de chile), carne asada o huevo cocido.
De bebida se lleva el mezcal y el tepache sencillo o con el color rojo,
éste último se ofrece en grandes dimensiones para que todo sea de bien,
“para que todo sea de Pijy xuuy (de olor a flor)”.
Como ofrenda se llevan animales, principalmente el guajolote, que es el
máximo regalo. De la misma manera se obsequian gallos y gallinas que
son sacrificadas en el cerro, para alimentar a las y los invitados una
vez que regresen al pueblo.
Este cuadro se representa durante las festividades de la Guelaguetza,
en la que participan desde 1999 ante el interés de la comunidad por
mostrar su cultura al mundo como una forma de preservarla.
Una vez realizada esta presentación, se exponen los sones y jarabes
mixes que son bailes ancestrales, antiguamente nacidos del ritmo
emitido por las hojas de los árboles, posteriormente por las chirimías,
y actualmente por las bandas filarmónicas.
Por: Citlalli López Velázquez, corresponsal
Cimacnoticias | Santa María Tlahuitoltepec, Oax.-
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