Por: Emma Martínez
(05 de agosto, 2015. Revolución
TRESPUNTOCERO).- Sara es madre de una niña de 12 años, quien hace un
año conoció a un ‘niño’ de su misma edad, por medio de Facebook, “él
sólo la agregó y comenzaron a escribirse, luego me di cuenta que mi
hija había enviado fotografías comprometedoras, porque revisó las cosas
de mi hija, tengo derecho y obligación de hacerlo y me enteré porque
aunque no tuve acceso a su cuenta, dejó fotografías en la computadora”.
La madre decidió vigilarla más de cerca
fingiendo no saber nada, tres meses después de conocerse, la menor le
avisó a su madre que conocería al niño, pero se le impidió verlo y
comprobó, al hablar con su hija, que en efecto se tomada toda clase de
fotografías, sin ropa y después se las enviaba…
Asegurando que solamente era una
muestra de “la confianza que se tenían”, porque iban a comenzar “una
relación”. Hoy Sara comenta a Revolución TRESPUNTOCERO
que no sabe cómo averiguar si las fotografías fueron subidas a la red,
como señuelo para ‘enganchar’ a hombres que se sientan atraídos por
menores, “no sé cómo proceder, ni qué otras medidas puedo tener, porque
a mí una psicóloga me aseguró que era grooming del cual no sé más que
la definición corta y tampoco sirve que no exista una fuerte campaña
que nos advierta y enseñe medidas de precaución antes, durante y
después del hecho…
Pero lo veo imposible, porque hoy este
tipo de problemas son los que menos interesan, sin embargo son los que
poco a poco convierten a los niños en víctimas de las largas filas
delincuenciales y de la prostitución, en ocasiones segados por el amor
hacia su acosador hacen lo que les piden y en otras ante la amenaza
acceden a ir a ciertos sitios y prostituirse o prestar sus fotos para
que en la red los hombres escojan a quien quieren para una noche”.
El anterior es un caso de grooming el
cual en México es padecido por menores y adolescentes entre 6 y 17
años, quienes mantiene un mayor riesgo ante acosadores virtuales, según
Save the Children, organismo quien afirma buscará tipificar como delito
dicho acto.
Con ello también busca dar a conocer y
sensibilizar sobre el riesgo que representa el ciberacoso sexual
infantil (Grooming) para niñas, niños y adolescentes en el país,
definiendo a este delito como: acciones hechas por una persona adulta a
través de Internet para ganar la confianza y amistad del menor y
adolescentes a través del engaño, con el fin de obtener imágenes o
vídeos realizando prácticas sexuales explícitas o actos con connotación
sexual.
Según la Asociación Mexicana de
Internet (AMIPCI), la presencia de menores y adolescentes en Internet
ha incrementado en los últimos años, actualmente el 38% de los usuarios
en Internet tienen entre 6 y 18 años de edad, y se estima que en
promedio la incursión dentro de los espacios digitales inicia a los 8
años.
Es así como los ciberacosadores o
groommers han encontrado en las redes sociales, en los emails, los
chats, los juegos electrónicos o en los celulares una nueva ruta, más
fácil, rápida y de bajo riesgo para contactar, manipular y engañar a
menores y adolescentes.
La colaboradora de UNICEF Jacqueline Villavicencio explica Revolución TRESPUNTOCERO
que, “en México es un delito poco reconocido, pero no por ello han
dejado de generarse casos que engrosan las cifras de esta problemática,
sin embargo el tema sigue siendo nuevo o lejano a la población, cuando
se debe intensificar el tipo el alertas, principalmente en las regiones
donde hay escasez socioeconómica, ya que las niñas los menores son más
propensos al abandono de los adultos, quienes no revisan qué hacen y
con quien, para ello se necesitan campañas de conscientización,
explicar qué es el grooming y cómo se puede prevenir”.
Rocío Hernández, madre de una niña de 13 años, vive en una colonia marginada del Distrito Federal y narra a Revolución TRESPUNTOCERO,
que su hija siempre le pidió dinero para ir a un cibercafé y platicar
un ‘rato’ con sus amigas, “nunca se lo negué, era mi única hija y
quería consentirla en todo, aunque ya me habían dicho que ese tipo de
tratos perjudicarían a la niña…
Hace poco más de un año pasó más de
tres horas y media en el cibercafé, después volvió a casa y me aseguró
que había peleado con su amiguito de la red y por eso ya no iría más a
rentar una computadora, no quería volver a saber de él”.
Esa misma noche la menor salió de su
casa y a la mañana siguiente, Rocío desesperada comenzó a buscarla pero
en la policía le pidieron que dejara pasar las horas que determina la
ley, porque “era probable que se hubiera escapado para arreglar las
cosas con su novio”.
Semanas más tarde la menor llamó y
pidió a su padre que fuera por ella a un parque, estaba sola y no tenía
dinero, ella afirmó que su novio de la red, la convenció para irse a
vivir con él en casa de sus padres, sin embargo cuando llegó al sitio
fue violada (producto de ello nació una niña), además la fotografiaron
y filmaron desnuda y además aplicaron inyecciones en sus senos, lo cual
constató el médico y explicó que fue para que aumentaran de talla.
Su madre aseguró que no hizo, ni haría
nada, porque ‘son cosas que pasan por descuido y hay que afrontarlas’;
como ese caso se dan a diario gran cantidad en todo el país y la cifra
negra es alta porque las familias deciden callar por miedo a
represalias o porque no quieren “que las autoridades digan que fue
culpa de los padres”.
“La mayoría de los menores que han sido
víctimas de grooming en México tienen menos de 12 años, y generalmente
no se sienten agredidos porque son seducidos y responden a cosas
materiales atractivas. En el Distrito Federal, en los últimos seis años
la Procuraduría General tan sólo ha detenido a 45 personas por diversos
delitos cometidos donde el modus operandi fue el grooming. Existen
casos donde un mismo acosador engancha hasta cinco víctimas al
mismo tiempo y padecen abusos al mismo tiempo, pero miles de casos más
quedan en el anonimato”, agrega Villavicencio.
“Existe un caso don dela chica de 17
años tras ser contactada por Internet y acceder a un encuentro físico
con un cibernovio, fue secuestrada, golpeada y obligada a prostituirse,
logrando ser liberada con sus propios esfuerzos, asegurando que ‘no lo
puedo creer porque de ahí solamente se sale muerto’, este tipo de
acciones son las que debería ocupar a la Policía Federal, y a todas las
policías, sin embargo todas dependencias relacionadas con el grooming
hacen caso omiso, y cuando deciden tomar el caso es para revictimizar a
los menores, manteniéndose incrédulos a sus versiones, lo que dificulta
el paso investigaciones profundar y arduas que conlleven resultados
precisos”, afirma la también socióloga.
Según la ASI (Organización Civil
Mexicana dedicada a proporcionar orientación a alumnos y maestros
acerca de los peligros a los que se exponen a través de Internet y
dispositivos móviles) los adolescentes reconocen en un 10,5% haberse
enamorado de las personas con quienes mantienen contacto por Internet,
y un porcentaje similar confesó que habla de sexo ocasional o
usualmente por Internet, siendo los infantes, menores de 13 años.
“El grooming cada vez se extiende con
mayor intensidad porque somos el país de la indiferencia, empezando por
Peña Nieto que el día que no mantiene una problemática acerca de cómo
logrará sacar al pueblo de ella, mantiene la postura de silencio y no
le interesa a cuántos niños violaron derivado de ese delito, lo que
demuestra que tenemos un presidente muerto, que no puede encargarse ya
ni de sus propias ideas, mucho menos de una solución contundente a la
forma en que la prostitución, pedofilia y acoso sexual ha llegado a la
niñez mexicana, a quien poco a poco va devastando, sin que él esté
enterado”, sentencia Villavicencio.
Por su parte el psicólogo Juan Carlos
López, afirma “el grooming es una realidad en México, sobre todo en la
población adolescente que asiste a las escuelas preparatorias y que
tienen más fácil acceso a la Red. Ante esto, es urgente que los
cuerpos legislativos, que deben velar por la salud física y mental de
sus representados, sean permeados por la inquietud europea y en un
futuro cercano se elaboren leyes que protejan a los menores del acoso
de depredadores sexuales…
La escuela no puede permanecer ajena a
este fenómeno y debe contemplar en la currícula de Educación
Básica, una instrucción que lleve al alumnado a una buena ciudadanía
en el ciberespacio. Los padres de familia deben también ser
contemplados en los programas educativos, para que puedan orientar a
sus hijos hacia el buen uso de las nuevas tecnologías de la
información y la comunicación”.
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