Lo que se le hizo a Dakureh se llama “infibulación”: se extirpan el
clítoris y los labios, y se sella la vagina para asegurarse de que la
niña llegue virgen al matrimonio.
Antes de la visita del presidente estadounidense, Barack Obama, a
África, entre el 24 y el 28 de julio, Dakureh, actualmente es una
ferviente activista contra la mutilación genital femenina, urgió al
mandatario a “desempeñar un rol histórico en la lucha” para eliminar
este flagelo.
“Aunque los orígenes de la mutilación genital femenina son antiguos
y previos a la religión organizada, hay una cosa sobre la que tenemos
certeza: su propósito es controlar la sexualidad femenina y reducir la
humanidad de las mujeres”, escribió en un poderoso artículo para el
periódico británico The Guardian.
“Políticos, médicos, policías,
maestros y líderes comunitarios, todos tienen un rol que cumplir en
garantizar que las niñas puedan recibir la ayuda que necesitan y
merecen. No hay excusas para este tipo de abuso”: Paula Kweskin
En
los últimos 15 años, la cantidad de mujeres y niñas en riesgo de ser
sometidas a esta práctica en Estados Unidos más que se duplicó, alertan
organizaciones de activistas, reclamando medidas más enérgicas para
impedir esta violación a los derechos humanos.
Según datos del Buró de Referencia Poblacional, una organización
independiente con sede en Washington DC, 506.795 niñas y mujeres en
Estados Unidos fueron sometidas a esta operación o corren riesgo de
serlo.
“Es importante que este asunto deje de ser un tabú”, dijo Paula
Kweskin, abogada experta en derechos humanos en diálogo con IPS. Ella
produjo la película documental “Honor Diaries” (los diarios del honor),
que aborda el problema de la ablación femenina.
“Es necesario que se debata a todos los niveles, para que pueda
abordarse y erradicarse. Cuando se lo barre bajo la alfombra, mujeres y
niñas son revictimizadas por el silencio y la inacción”, añadió.
“Políticos, médicos, policías, maestros y líderes comunitarios,
todos tienen un rol que cumplir en garantizar que las niñas puedan
recibir la ayuda que necesitan y merecen. No hay excusas para este tipo
de abuso”, declaró Kweskin.
Entre las 10 principales áreas metropolitanas donde mujeres y niñas
corren mayor riesgo de sufrir mutilación genital femenina figuran Nueva
York, Washington Minneapolis-Saint Paul.
El Buró señala que esta práctica, que conlleva la remoción parcial o
total de los genitales externos de niñas y mujeres por motivos
religiosos, culturales u otros, no médicos, tiene devastadores efectos
sanitarios y sociales, tanto inmediatos como a largo plazo,
especialmente los relativos al dar a luz.
La mayoría de las niñas en riesgo viven en África subsahariana. En
Yibuti, Guinea y Somalia, por ejemplo, nueve de cada 10 adolescentes de
entre 15 y 19 años sufrieron mutilación genital. Pero la práctica no se
limita a los países en desarrollo.
Un informe divulgado en julio por la Universidad de la Ciudad de
Londres y la organización Igualdad Ahora estima que 137.000 mujeres y
niñas padecieron la ablación en Gran Bretaña.
En Estados Unidos, según el Buró, los esfuerzos por impedir que las
familias envíen a sus hijas al exterior para que allí las sometan a
esta tradición (en lo que se conoce como “corte de vacaciones”)
dispararon la aprobación de una ley en 2013 que vuelve ilegal
transportar a una niña fuera del país a sabiendas de que el fin del
viaje es mutilar sus genitales.
“Urgimos a Estados Unidos a brindar una actualización pública sobre
sus planes para garantizar que todos los esfuerzos por erradicar la
mutilación genital femenina sean sostenibles y apoyados con
financiamiento y alentando los esfuerzos del Estado a tal fin en los
ámbitos locales”, dijo el mes pasado la directora de políticas de
Igualdad Ahora, Shelby Quast.
La población estadounidense “no quiere pensar que esto
ocurre aquí. Pero sus hijas pueden estar sentadas junto a una mejor
amiga que puede estar siendo sometida a un procedimiento cultural
violento”, señaló a la Radio Nacional Pública.
“Si les cortaran la nariz o la oreja —algo que todos pudieran ver—,
la respuesta sería otra. No podemos continuar escondiendo esto”,
enfatizó.
El Congreso legislativo de Estados Unidos ya había aprobado en 1996
una ley que ilegalizaba practicar mutilaciones genitales femeninas, y
23 estados poseen leyes contra esta costumbre, que ha aumentado en
parte por la mayor inmigración desde países donde es prevalente,
especialmente en el norte de África y en la región subsahariana.
Según el Buró, entre 2000 y 2013 la población africana nacida fuera
del continente se más que duplicó, pasando a 1,8 millones. Apenas tres
países de origen (Egipto, Etiopía y Somalia) representaron 55 por
ciento de todas las mujeres y niñas estadounidenses en riesgo en 2013.
“Esta es una práctica bárbara y completamente innecesaria, que causa
daños físicos y psicológicos devastadores para incontables niñas y
mujeres en Estados Unidos y países de todo el mundo”, dijo Raheel Raza,
presidenta del Consejo para los Musulmanes que Enfrentan el Mañana.
Esta activista por los derechos humanos es una de las mujeres
musulmanas que aparecen en el documental “Honor Diaries”, que rompe el
silencio sobre la mutilación genital y otros abusos contra mujeres y
niñas.
Editado por Thalif Deen
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