VICE News presenta el especial '10 años de la Guerra contra el narco'.
La quinta entrega aborda el traslado de armamento ilegal, cuyas redes de
distribución en México se han encargado de inundar a casi todo el país.
Por Saúl Hernández
Es
casi la media noche del 11 de octubre y la policía recibe una llamada
de emergencia alertando de una riña en una de las colonias poco
amigables de la Ciudad de México, este monstruo capitalino de casi 9
millones de habitantes y 1.500 km cuadrados en el que hay territorios
“prohibidos”, zonas de riesgo en las que hasta la propia autoridad teme
entrar.
La riña, según informa un vecino, es en la colonia Valle
Gómez, a sólo 10 minutos de Tepito, el “barrio bravo” de la capital y
del que se han escrito miles de crónicas cuya narrativa acaba casi
siempre hablando de delincuencia, ya sea para mitificarla o
desmitificarla. Pero Valle Gómez también tiene su propia fama:
homicidios, asaltos, balaceras y venta de drogas. Así que bien podría
considerarse una extensión del mismo Tepito.
No hay muertos, ni
heridos: buena noticia. Ahora la misión de la policía es encontrar a los
responsables de la presunta riña. En una patrulla recorren las calles
aledañas, que de día presumen altares dedicados, lo mismo a la Virgen de
Guadalupe, que a la Santa Muerte. Y de pronto, en la esquina de las
calles Topia y Vanadio, descubren algo que levanta sospechas: dos carros
de lujo abandonados, que bien podrían costar más de lo que varias casas
del barrio.
La
patrulla pide refuerzos y lo que inició como una revisión de rutina se
convierte en un gran operativo que involucra a una treintena de policías
bien pertrechados con armas largas, cascos y chalecos antibalas. Los
vecinos ya han salido de sus viviendas y observan curiosos los
movimientos de los uniformados que de pronto descubren en el asiento
trasero de uno de los vehículos —una camioneta BMW— dos rifles de
asalto, armas que por ley no pueden ser portadas por un ciudadano de a
pie.
México tiene una de las legislaciones más estrictas en
materia de posesión de armas de fuego y sólo cuenta con un almacén —que
depende del Ejército— en el que se pueden comprar de forma lícita; sin
embargo hay más de 15 millones de ellas circulando en todo el país y 85
por ciento son ilegales, según un informe de la Cámara de Diputados. Dos
de esas armas se encontraron aquella noche dentro del BMW.
“Ahorita
la zona está muy caliente… hace poco agarraron aquí una pinche
camioneta con unos ‘cuernos’, apenas se iban a entregar [a los
compradores] y allí se quedaron”, nos cuenta Chéster, un vendedor de
armas a sólo una semana del hallazgo.
Chéster
—nombre ficticio que escogió para proteger su identidad— es un hombre
de respuestas cortas. Su voz suena despreocupada, como si lo que hiciera
fuera algo normal; aunque sabe que no es así y que de ser atrapado le
esperaría una larga condena.
A simple vista Valle Gómez parece una
colonia de clase media baja, aunque como suele suceder en todo México,
existe una marcada desigualdad entre una casa y otra. Algunos zaguanes
están perforados por balas y junto a una pequeña vivienda completamente
corroída por el paso del tiempo hay otra el doble de grande y
visiblemente mejor conservada. Las mallas de protección colocadas sobre
sus paredes y la cámara de seguridad que da hacia la calle son prueba de
que ni los propios residentes se salvan de la inseguridad.
Por
ahora, la vigilancia se ha reforzado en la Valle Gómez, pero aún así
hay narcomenudistas ingeniosos que ocultan la droga que van a vender,
debajo del collar de sus perros. Los delincuentes están más alerta que
de costumbre y Chéster también toma sus precauciones: para no levantar
sospechas cambia el punto de reunión original y nos recibe en una casa
que considera “segura”. La entrevista tendrá que transcurrir rápido.
Hablamos
en un patio cuyas paredes dejan ver varios impactos de bala; luego él
nos contará que allí es donde sus clientes prueban las armas para
cerciorarse que funcionen. Chéster es claro: “En esta zona vendemos
armas unas diez o quince personas”. Ya entrando en confianza nos
confesará que hay policías que también lo saben y forman parte del
negocio.
Ver texto completo de la quinta entrega de un total de diez reportajes que conforman el Especial ’10 años de la Guerra contra el narco’.
Jefa
de Contenido: Laura Woldenberg. Editora: Karla Casillas Bermúdez. Data:
Saúl Hernández. Diseño: Francisco Gómez y Clementina León.
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