La poesía no está solamente en los textos, está
en aquellos que la escriben, resplandece a través de su simple presencia
aquí, cerca de nosotros…
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Eran cientos de gentes que deambulaban en la Feria Internacional
del Libro de Guadalajara (FIL), la mayoría jóvenes, muchos jóvenes. Yo
apuraba el paso para llegar a la presentación del libro de poesía de
Ernesto Kavi, “La luz impronunciable”, de la editorial Sexto Piso, y tropezaba entre tantos asistentes. Era un gran aliciente encontrar a muchísimos interesados en la lectura.
Iba acompañado del doctor Héctor San Román, gran amigo estudioso del
sindicalismo global, quién no daba crédito de lo que veía. Ríos de
gente, de todas partes del país, en búsqueda de ofertas y libros de
novedad. Parecía que buscaban encontrar caminos de libertad, alegría,
conocimiento y esperanza con la lectura de un libro. Otros mundos.
Llegué a la sala de presentación del libro de Ernesto Kavi, éste acompañado de Diego Rabasa de la editorial Sexto Piso
y del escritor francés Frédéric Boýer, quién dijo sentirse sorprendido
haber encontrado en un libro de poesía, palabras tan antiguas de hace
tres mil años o quizá más.
No me pareció que ello ocurriera en ese libro, pero me apuré a buscar
algunas líneas que me dieran una respuesta de lo afirmado por el
escritor francés y tuve este hallazgo:
Bajo el sol
todo fue hermoso en su hora
en el corazón el tiempo eterno
el inicio y el fin
todo será para siempre
nada
acrecienta nada disminuye
Eran sentimientos y visiones de todas las épocas de las que no me
había percatado, que otros como yo, como todos, hemos sentido, de formas
diversas, bajo el mismo sol milenario que nos protege.
Descubrí que Ernesto Kavi escribe en sonidos armónicos que fluyen desde dentro, desde la poesía, como en partituras musicales:
¿quién me dará de beber la luz
que en silencio nace de tu boca?
¿la viste crecer? ¿como una planta que surge
en nuestras manos?
¿como una flor que nace de tus dedos
cuando me tocas? ¿cuando
dejo palabras en tu boca como semillas de sol?
En la presentación del libro de Ernesto Kavi fue relevante traer a la
memoria a uno de los poetas más importantes de Francia: Yves Bonnefoy
quién había estado en Guadalajara en diciembre de 2013 para recibir un
premio por su trayectoria en la poesía internacional y presentar la
traducción al español por Ernesto Kavi de su libro El territorio interior.
Bonnefoy en mayo de 2016, hace pocos meses, pudo escribir a sus 93
años de edad, un breve prólogo del libro de poesía de Kavi, quizá su
último texto, porque falleció pocos días después: el 1º de julio pasado.
Bonnefoy desde el hospital cimbró con su pluma:
La poesía no está solamente en los textos, está en aquellos que la
escriben, resplandece a través de su simple presencia aquí, cerca de
nosotros…
La poesía es ante todo la intensificación del poder de las palabras,
la restitución que hacemos de su capacidad para designar cosas o
personas en toda su profundidad…
Kavi relató que tuvo el privilegio de escuchar por muchas horas a
Bonnefoy quién se expresaba de Octavio Paz como un gran poeta. Con eso
relatos del escritor francés, Kavi empezó a entender el sentido de la
poesía, de la que hablaba con vehemencia Paz, a entender que no es un
género literario, ni un fin en sí, sino que su intensidad es tal, que es
capaz de llevar a encontrarnos con la presencia (con toda la humanidad y el universo); a ya no caminar entre sombras.
Relató Kavi que al escribir el libro La luz impronunciable su objetivo fue como volver a ser un niño, porque éste y solo éste es capaz de aprender a nombrar al mundo por primera vez. Kavi explicaba en la presentación de su libro de poesía:
…el que aprende a nombrar al mundo la primera vez,
produce el nacimiento más potente que pueda haber; no hay nadie que
comprenda el mundo con una intensidad tal, que un niño; a un niño todo
le sorprende, todo le duele, todo lo estimula, todo lo vuelve alegre….
...la poesía es como volvernos niños otra vez; hace que el mundo nos
vuelva a doler, a regresarnos a la alegría, a la intensidad de hacernos
sentir el nacer de nueva cuenta…
Ernesto Kavi dio a conocer el secreto de lo impronunciable de esa luz que da la poesía:
…no es que este libro quiera decir que la luz sea impronunciable, es solo una metáfora. Cuando amanece la luz cae sobre el mundo, la podemos ver, por fin presente y es impronunciable…;
No porque sea algo que esté fuera de nuestro alcance, es impronunciable porque se ha vuelto una presencia…
No es que sea el silencio; es que es demasiado, es más que la palabra y simplemente con vivirlo nos basta...
Cuando terminó la presentación del libro de Ernesto Kavi, salí y me
encontré de nueva cuenta entre ríos de gente, que iban por distintos
rumbos y por un mismo camino, en busca de los dones de la palabra
escrita.
Sentí el murmullo, muchas voces de alegría incesantes que me hicieron
sentir latidos de esperanza, de vida. Hablaba con mi yo mismo, con mi
interior. Como Kavi que en poesía la tararea, en esa luz impronunciable:
Hablé con mi corazón y dije
mira la alegría
mira
la felicidad
todo es viento
descubrí
el bien de los hombres
las obras que construyen bajo el cielo
la cuenta de los días de la vida
bajo el sol
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