LENGUANTES
Por: Las Punto Género*
El fin de año se acerca y es un buen pre-texto para hacer un balance
sobre lo que ha ocurrido durante 2016. Ha sido, por diversas razones, un
año devastador. Para las mujeres la desigualdad sigue manifestándose en
nuestras vidas (virtuales y no), en todos los espacios sigue avanzando
la misoginia y el maltrato en razón de ella.
Este año hemos estado al tanto de distintos asesinatos de mujeres,
muchas de ellas activistas, feministas y defensoras de Derechos Humanos;
otras de ellas guerreras en resistencias desde el momento en el que
eligieron vivir como deseaban su vida. Con cada una de las víctimas de
la misoginia, la transfobia, la lesbofobia y la desigualdad en general
se ha ido un cachito de nosotras, una parte la tenemos rota porque, como
lo hemos dicho las feministas en este y otros espacios, una más es una
menos y nos hacen falta tantas: Bertha, Alessa, Itzel, Paola, Mariana,
Leslie…
Hemos encontrado medios para la catarsis, para varias exclamaciones que
pretenden dar paso a las voces de las que se fueron y de las que nos
arrebataron. La red, como en otras ocasiones, nos ha permitido viralizar
sus muertes y nombrar sus asesinatos, se han promovido peticiones,
fotografías, videos, consignas y demás herramientas que además de unirse
a las múltiples manifestaciones que exigen justicia, nos han servido
para sanarnos un poquito el corazón. Hemos intentado acompañar las
causas por las que luchaban ellas, nos hemos negado a permanecer
quietas, sin embargo, las acciones parecen tener un límite porque además
de que no logran hacer a un lado el dolor, siguen sumándose a los
varios intentos por recorrer el camino hacia la memoria, hacia la verdad
y hacia la justicia.
Nombrar el dolor, la tristeza y la impotencia que se vive cuando leemos
esto puede guiar la mirada rumbo a un sentimiento de melancolía, incluso
a una percepción de derrota. Sin embargo, aclaramos que no es así, para
nosotras nombrarlo es parte de hacerle frente y vencerlo, porque claro,
esto se suma al miedo con el que salimos todos los días a la calle y
con el que debemos combatir, porque deviene de realidades como la que
describimos.
Para las puntas este año ha sido complejo, a nivel personal hemos
intentado resolver dilemas -personales y colectivos- y por supuesto que
la realidad muchas veces nos rebasa.
La columna #Lenguantes nos ha hecho permanecer activas y vinculadas, nos
llena de esperanza saber que la indignación no sólo la vivimos
nosotras, nos ha permitido estar en contacto con otras voces este año
tan ingrato para las mujeres del país y en general de Latinoamérica y el
Caribe. Agradecemos sabernos tejiendo con otras.
El tiempo generalmente nos rebasa y hemos intentado alcanzarlo y aunque
el debate podría desencadenar reflexiones más profundas y acciones más
concretas, la alegría se manifiesta en el corazón cuando sabemos que si
tocan a una, nos tocan a todas. Que aún con las diferencias que
manifestamos entre nosotras, vivimos el feminismo de diferentes maneras,
hemos sostenido un espacio de diálogo, de encuentro, y de reflexión que
nos han sostenido.
Aunque quisiéramos que así fuera, no creemos que la realidad del próximo
año diste mucho de lo que ahora nos impacta, y en caso de que lo haga,
tampoco creemos que sea para que la vida de las mujeres se nombre desde
otros lados, desde la dignidad, por ejemplo. Sin embargo, sí creemos en
la posibilidad de multiplicar nuestra voz, porque desde un #24A hasta
ahora, nos hemos ido encontrando con más, también nombrado nuestras
distancias y diferencias.
intentos por recorrer el camino hacia la memoria, hacia la verdad y hacia la justicia.
Nombrar el dolor, la tristeza y la impotencia que se vive cuando leemos
esto puede guiar la mirada rumbo a un sentimiento de melancolía, incluso
a una percepción de derrota. Sin embargo, aclaramos que no es así, para
nosotras nombrarlo es parte de hacerle frente y vencerlo, porque claro,
esto se suma al miedo con el que salimos todos los días a la calle y
con el que debemos combatir, porque deviene de realidades como la que
describimos.
Para las puntas este año ha sido complejo, a nivel personal hemos
intentado resolver dilemas -personales y colectivos- y por supuesto que
la realidad muchas veces nos rebasa.
La columna #Lenguantes nos ha hecho permanecer activas y vinculadas, nos
llena de esperanza saber que la indignación no sólo la vivimos
nosotras, nos ha permitido estar en contacto con otras voces este año
tan ingrato para las mujeres del país y en general de Latinoamérica y el
Caribe. Agradecemos sabernos tejiendo con otras.
El tiempo generalmente nos rebasa y hemos intentado alcanzarlo y aunque
el debate podría desencadenar reflexiones más profundas y acciones más
concretas, la alegría se manifiesta en el corazón cuando sabemos que si
tocan a una, nos tocan a todas. Que aún con las diferencias que
manifestamos entre nosotras, vivimos el feminismo de diferentes maneras,
hemos sostenido un espacio de diálogo, de encuentro, y de reflexión que
nos han sostenido.
Aunque quisiéramos que así fuera, no creemos que la realidad del próximo
año diste mucho de lo que ahora nos impacta, y en caso de que lo haga,
tampoco creemos que sea para que la vida de las mujeres se nombre desde
otros lados, desde la dignidad, por ejemplo. Sin embargo, sí creemos en
la posibilidad de multiplicar nuestra voz, porque desde un #24A hasta
ahora, nos hemos ido encontrando con más, también nombrado nuestras
distancias y diferencias.
Asumimos el compromiso de organizar nuestra vida para seguir
produciendo, pues el camino hasta acá ha sido largo, complejo y sí: lo
nombramos como un ejercicio de resistencia feminista personal y
colectivo.
*Las Punto Género son comunicadoras feministas.
Twitter: @laspuntogenero
Cortesía Las Punto Género.
Cimacnoticias | Ciudad de México.
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