México y Honduras otorgan material físico para resguardarse, no políticas de prevención
informe “El enfoque de género en la protección a defensoras de Derechos Humanos: Las experiencias de México y Honduras”
Los sistemas para proteger a personas defensoras de Derechos Humanos
(DH) en México y Honduras ofrecen medidas de protección, pero tienen
limitaciones y deficiencias porque si bien proporcionan seguridad no
previenen la violencia contra las activistas.
El informe “El enfoque de género en la protección a defensoras de
Derechos Humanos: Las experiencias de México y Honduras”, elaborado por
Asociadas por lo justo (JASS), el Centro por la Justicia y el Derecho
Internacional (Cejil) y Protection International (PI), indica que las
autoridades deben investigar las agresiones contra las defensoras.
En México, en junio de 2012 se instauró el Mecanismo de Protección de
personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, que depende de la
Secretaría de Gobernación; sin embargo, las organizaciones aseguran que
se enfoca a la protección física al otorgar chalecos antibalas,
puertas, ventanas, autos reforzados o blindados, así como garantizar la
presencia de policías o escoltas armados.
A decir de las agrupaciones, este tipo de medidas responden a lógicas de
las fuerzas de seguridad, y son reacciones frente a hechos, no al
fenómeno de la violencia ya que no implementan políticas de medidas de
prevención orientadas a erradicar las agresiones en contra de las
personas defensoras.
De octubre de 2012 a marzo de 2016 el Mecanismo de Protección atendió 509 casos, 213 de mujeres y 296 de hombres.
Sobre la implementación de las medidas, el informe indica que el
Mecanismo de Protección tiene una lógica ajena a la participación de las
activistas en el diseño de sus estrategias de protección, además de una
carencia de recursos económicos y humanos adecuados para atender a las
personas que están en riesgo por su labor informativa.
La defensa de los DH es una actividad de riesgo, como muestra la
Iniciativa Mesoamericana de Defensoras, al indicar que se incrementan
más los ataques contra las mujeres que defienden el derecho a la
participación política, la tierra, el territorio o que denuncian
feminicidio.
Según este registro, en 2014 las defensoras que ocuparon el segundo
lugar en agresiones en México fueron las que defienden el derecho a la
participación política y comunitaria de las mujeres (17.5 por ciento de
los casos registrados), y el cuarto lugar lo ocuparon las que promueven
el derecho a una vida libre de violencia, con un 14.6 por ciento de
agresiones registradas.
Las organizaciones indican que la falta de visibilidad de la violencia
contra las mujeres defensoras tiene distintas causas, entre ellas la
normalización de los ataques; además en el activismo la agresión se
observa como parte del precio que hay que pagar por la labor que se
realiza y por ello, las agresiones no se hacen públicas, no se denuncian
y tampoco se toman medidas frente a ellas.
Ante estas deficiencias, las organizaciones proponen medidas para que
las víctimas hagan frente a los impactos (económicos, físicos,
psicológicos, morales, sociales, personales y familiares), al otorgar
medidas de protección a partir de un modelo de análisis de riesgo que
permita incorporar la perspectiva de género y garantizar medidas para
evitar la revictimización, entre otras.
Por: la Redacción Cimacnoticias | Ciudad de México.-
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