Piden se deseche término de Constitución de la CDMX
Ante el riesgo de que la Constitución de la Ciudad de México permita la
explotación sexual de las mujeres, académicas, activistas e
investigadoras llamaron a la Asamblea Constituyente a desechar la
redacción del artículo 15 del borrador que reconoce y protege el
“trabajo sexual”.
La economista Jennifer Ann Cooper, la socióloga Olivia Tena Guerrero, la
psicóloga Roberta Liliana Flores Ángeles, la antropóloga Verónica
Caporal Pérez y la activista Carmen Ugarte García, coincidieron en que
reconocer esta actividad como trabajo no garantizará mejores condiciones
en la vida y seguridad de las capitalinas.
En conferencia de prensa, las académicas señalaron que ante un tema tan
complejo es necesario tener un diagnóstico del fenómeno antes de
implementar una política pública, por ello llamaron a las y los
diputados constituyentes a evitar que los consumidores de “servicios
sexuales”, tengan el privilegio de acceder libremente al cuerpo de las
mujeres para su satisfacción.
La profesora de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México
(UNAM), Jennifer Ann Cooper, expuso que pocos asuntos como la
“prostitución” necesitan de un verdadero debate porque de no analizar el
tema, se corre el riesgo de que los argumentos feministas no se tomen
en cuenta a la hora de legislar o reglamentar esta actividad, como una
cuestión política o económica.
Cooper, quien es integrante de la Asociación Internacional de Economía
Feminista, dijo que, como en otros mercados, en el contexto de la
“prostitución” los agentes económicos siempre intentan optimizar sus
ganancias, es decir, quienes se benefician del “trabajo sexual” no son
las mujeres que lo realizan, sino aquellos que se dedican a la “venta”
de los servicios sexuales de las otras personas.
Para la especialista resulta un “espejismo” decir que este “trabajo”
fomenta el empleo femenino, y que es ético porque se elige de manera
voluntaria. Asegura que elegir dedicarse a la “prostitución” se da en un
marco de restricciones, y por tanto no es una “compra-venta” en
condiciones de igualdad porque el cliente compra el derecho de manosear o
penetrar cualquier parte del cuerpo.
A esta postura se sumó Olivia Tena Guerrero, socióloga y especialista en
género y salud, quien destacó que el erotismo y la sexualidad son dos
de las manifestaciones humanas más gozosas siempre que se realizan en
condiciones de igualdad, porque las personas siempre sienten placer con
su cuerpo cuando ocurre sin chantaje, extorsión o violencia.
Pensar el erotismo como “trabajo” pierde el sentido de libertad, gozo y
creatividad, consideró la también psicóloga. Además recalcó que al
formalizar esta actividad como un negocio o un servicio, se debe
analizar quiénes son las personas que se beneficiarían y cuáles son los
intereses económicos de los que buscan legitimar el “trabajo sexual” en
la Constitución capitalina.
Ahora que la Comisión Carta de Derechos discute el dictamen del artículo
15, las activistas enviaron un pronunciamiento al organismo legislativo
para que considere que crear un marco normativo para supuestamente
proteger a las “trabajadoras sexuales”, no será garantía de derechos
laborales como sucede con las jornaleras, maquiladoras o trabajadoras de
“outsourcing”.
En un documento que entregaron a la Comisión, las activistas señalaron
que incluir este término en la Carta Magna capitalina deja de lado el
contexto en que se da, las consecuencias físicas y emocionales de
ejercer este oficio y contribuye a hacer imposible la distinción entre
prostitución “libre y forzada”.
Agregaron que México firmó el “Convenio para la represión de la trata de
personas y de la explotación de prostitución ajena”, que en el artículo
73 de la Constitución Mexicana indica que es facultad exclusiva del
Congreso de la Unión legislar en materia de trabajo, por lo que la
Asamblea Constituyente no tiene atribuciones para ello.
Cimacfoto: Blanca Ibelles
Por: Anayeli García Martínez
Cimacnoticias | Ciudad de México.-
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