Mujeres y Salud Mental
Es preocupante y por demás polémica, la reciente iniciativa de reformas a
la Constitución y la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos para
que las personas puedan portar armas en su trabajo, en los servicios de
autotransportes, así como en los traslados en automóvil, presentada por
el senador del Partido Acción Nacional (PAN), Jorge Luis Preciado
Rodríguez.
Es por esto que es necesario hablar de ella, mostrarla, para evitar que
“por debajo del agua” y teniendo algunos espacios mediáticos como foros a
favor, cobre fuerza y llegue a aceptarse, poniendo en riesgo a un gran
parte de la población.
Es una iniciativa de ley que dista mucho de ayudarnos como sociedad
porque nos vulnera profundamente, en especial a las mujeres, por
diferentes motivos que revisaré más adelante.
Afortunadamente más de 20 organizaciones no gubernamentales han pedido
al Congreso de la Unión que rechace esta iniciativa, basadas en la firme
convicción de que esta situación no acabará con la violencia y
definitivamente sí generaría más inseguridad y riesgo.
Aunque muchas personas pudieran pensar y creer, que armarse traerá más
seguridad a sus familias, a sus propiedades y a la sociedad, la
situación terminaría revirtiéndose dramáticamente, porque de una u otra
manera muchas de estas armas caerían en manos de delincuentes.
Es importante debatir para deshacer esta iniciativa, que propone el
senador Preciado Rodríguez y que va incluso contra uno de los principios
básicos del PAN: la defensa de la vida, ¿no es así?
Portar armas de manera legal no es una solución efectiva, ya que se
conjugan una cantidad de factores para su uso como la serenidad, el
manejo y oportunidad, que en un momento de asalto u otro delito, se
pierden por el efecto del factor sorpresa que acompaña a estos actos,
por lo que su eficacia es relativa (1).
Este factor humano combina elementos importantes de naturaleza
psicológica, que no deben tomarse a la ligera cuando se trata de
convencer a la sociedad que para defenderse, lo mejor es utilizar un
arma de fuego.
Es necesario rechazar esta propuesta de ley porque corremos el riesgo de
aumentar la peligrosidad en vez de disminuirla, al mismo tiempo que se
crea un mayor conflicto en la población, ya que siempre la única función
de un arma de fuego es y será herir o matar.
Tenemos que tomar en cuenta los siguientes elementos psicológicos cuando
de utilizar un arma se trata: las emociones, las capacidades, la
motivación, las actitudes e incluso la estructura de personalidad de
quien porta el arma.
La suma de estas variables se convierte en un grave peligro para quien
utilice un arma, y muchas veces no precisamente en defensa propia, sino
como respuesta a una necesidad y pensamiento mágico de vivirse como
héroe o justiciero, que pocas veces se ve manifestada en las mujeres.
Existen motivos de mayor peso para reflexionar y contribuir a evitar que
esta iniciativa, que el senador panista ve como una gran idea, no
termine convirtiéndose en un gran negocio que vulneraría a toda la
población, especialmente a las mujeres.
Entre estos motivos encontramos que de acuerdo con cifras del
Observatorio Nacional de Violencia Armada y Género (OVAG), al mes 100
mujeres fueron asesinadas con arma de fuego de 2011 a 2013. Por otro
lado, en América Latina existe 66 por ciento de homicidios, la cifra más
alta en todo el mundo.
En México, 64 por ciento de los asesinatos en general han sido cometidos
con armas de fuego; otro dato es que de 2011 a 2013 asesinaron a 49 mil
personas con este tipo de arma, de los cuales 3 mil 764 fueron casos de
feminicidio (2).
Cien mujeres son asesinadas al mes en nuestro país, es decir, que tres
mujeres cada día son atacadas hasta matarlas, y de estos casos de
feminicidio, dos se consuman en el hogar de la víctima, lo que nos
permite nombrar y visibilizar una de las tantas formas que cobra la
violencia de género.
Cualquier persona que por alguna razón tenga un déficit intelectual o
una inestabilidad emocional, como el miedo y un mal manejo de la
impulsividad, puede hacer un mal uso de un arma de fuego en sus manos,
como las terribles y tristes formas que todas y todos conocemos por
parte de policías supuestamente entrenados y en control de sus impulsos,
en Estados Unidos, por ejemplo.
Un hombre violento con acceso a este tipo de arma, podría llegar a
utilizarla contra aquella mujer a la que violenta día a día y al contar
con el “permiso social” no dudará en utilizarla con el aval del sistema
patriarcal.
Por todo lo anterior me parece importante, necesario e imperativo, se
rechace esta riesgosa iniciativa para evitar la portación de armas en
México.
Nuestra cotidianidad de por sí ya violenta, debe llevarnos a
reconsiderar y rechazar la propuesta de armarnos, mejor será buscar
fórmulas para encarar la delincuencia, la inseguridad, la discriminación
y la violencia.
Ejercer violencia contra la violencia, generará más violencia, por lo
que el camino de masificar las armas de fuego entre la población no es
la salida más sensata, viable, ni adecuada.
Estoy consciente que no es tarea sencilla, pero no es imposible que
juntas y juntos pensemos en maneras de contribuir a crear relaciones de
paz y un modelo basado en la armonía, el respeto y la justicia, en lugar
de incitar a la población a la violencia, replicando modelos de
relación que no pertenecen a nuestra cultura y por tanto a nuestro país.
Exigiendo a los gobiernos nuestro derecho a la seguridad y protección, creando programas de seguridad que realmente funcionen.
A través de estas líneas pretendo compartir con las lectoras y los
lectores, mi contribución para sumarme en contra de esta terrible y
peligrosa iniciativa.
Agradezco a Lourdes Godínez Leal, coordinadora de Información de la
agencia Cimacnoticias, por llamar mi atención hacia la visibilización de
este tema, que no podemos ni debemos minimizar por el profundo peligro
que representa. #NoMasBalas
(1) Antoni Andrés Pueyo
(2) Datos tomados de http://www.casede.org/
*Directora del Centro de Salud Mental y Género, psicóloga clínica,
psicoterapeuta humanista existencial, y especialista en Estudios de
Género.
CIMACFoto:César Martínez López
Por: Alejandra Buggs Lomelí*
Cimacnoticias | Ciudad de México.-
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