Andrés Manuel López
Obrador, candidato progresista de Morena, PT y PES, se inscribió por
tercera vez en el instituto electoral para contender por la Presidencia
mexicana, confiado en su triunfo: aseguró que no habrá represalias ni
persecución, afirmó que su primera iniciativa de ley será para poder
juzgar al presidente por delitos electorales y corrupción y ofreció
someterse a la revocación de mandato cada dos años.
Las encuestas
no han mostrado variantes significativas en los últimos meses: López
Obrador encabeza con entre el 30 y el 35% de la intención de voto, Anaya
lo sigue a la distancia con 19% y Meade con un punto menos.
Morena cuenta con una ventaja que los otros partidos no tienen: un
liderazgo carismático e indiscutible, poderoso factor de unidad interna.
Cuenta con una perspectiva triunfadora en la medida en que todas las
encuestas lo colocan como el virtual ganador de las elecciones del
próximo 1 de julio.
Y si la derrota o perspectivas de la misma
generan divisiones, las posibilidades de la victoria son un elemento
poderoso de unificación. Carlos Figueroa Ibarra recuerda que militantes
de Morena que arduamente han participado en el trabajo organizativo, que
desde hace años son parte del lopezobradorismo, se han visto
desplazados por políticos profesionales o personalidades mediáticas del
mundo artístico o deportivo.
Y personajes que hace muy poco
tiempo se rasgaban las vestiduras en contra del “peligro populista”, que
denostaban a López Obrador repitiendo los epítetos de la derecha
neoliberal hacia él (“mesiánico”, “incitador de la violencia”,
“autoritario” etc.,) o peor aún con un pasado controversial, hoy son
flamantes candidatos. Sin dudas, la victoria electoral necesita de una
amplia alianza y de candidatos que por base organizativa, recursos,
fama, carisma, pueden sumar votos. El dilema será como lidiar entre sus
principios y lo que se necesita para triunfar en este próximo 1 de
julio.
Reitero que no caeré en ninguna provocación, aunque venga
del presidente Enrique Peña Nieto, afirmó Andrés Manuel López Obrador,
después de que el jefe del Ejecutivo señaló que el primero de julio se
decidirá si se mantiene la reforma energética o se cancela. En un video
difundido en redes sociales, López Obrador manifestó que en el marco de
la legalidad rescatará el petróleo y la industria eléctrica. No vamos a
cometer ninguna arbitrariedad, sostuvo.
Un triunfo del candidato
progresista –hasta ahora puntero en todas las encuestas publicadas–
preocupa al poder financiero mexicano y trasnacional. Representa un
riesgo para la continuidad de la política macroeconómica, señaló la
calificadora de inversiones Fitch Ratings, una de las más influyentes en
los mercados financieros mundiales.
Bajo una administración de
López Obrador, el candidato de la coalición Juntos Haremos Historia, no
podrían descartarse riesgos relativos a una puesta en marcha más lenta
de reformas, en especial, en el sector de energía; la reorientación de
las políticas económicas hacia una mayor intervención del Estado, así
como un aumento del gasto fiscal, especuló Fitch.
El 2 de marzo,
Standard and Poor’s, la principal firma calificadora de inversiones,
consideró que un cambio en la política económica de México después de la
elección presidencial de este año conlleva la posibilidad de que la
calificación de riesgo de la deuda emitida por el sector público sea
degradada.
Mientras, Ricardo Anaya, candidato presidencial de la
coalición derechista Por México al Frente, integrada por PAN, PRD y
Movimiento Ciudadano -partidos con ideologías distintas-, manifestó su
interés por replicar en México la experiencia de los partidos de la
Concertación chilena, tras entrevistarse con Ricardo Lagos y Eduardo
Frei, expresidentes surgidos de esa alianza.
Anaya, acusado de
lavado de dinero, dijo que busca generar un gobierno de coalición que
permita un nuevo régimen político para combatir la corrupción,
garantizar las libertades y la defensa de los derechos humanos, y
fomentar un crecimiento económico con inclusión y desarrollo social.
A propósito, Luis Almagro, secretario general de la Organización de
Estados Americanos (OEA), afirmó que es mejor llevar a cabo una
investigación cuando alguien es candidato que cuando ya es presidente,
en referencia a los señalamientos por lavado de dinero contra Anaya.
Desde el poder financiero internacional se le quiere dar un mano al
oficialista José Antonio Meade, candidato priista a la presidencia:
ganará las elecciones presidenciales del 1 de julio, aseguró el
periódico inglés Financial Times, que trata de imponer esa posverdad en el imaginario internacional. El
exsecretario de Hacienda y Crédito Público tiene un gran bagaje
político, tras formar parte de los tres últimos gobiernos mexicanos,
además de la maquinaria electoral que posee el PRI, dice el diario
británico.
México solo cuenta con un sistema donde hay una
vuelta de elecciones, por lo tanto, basta solo 30% de los votos a Meade
para que sea el titular del poder ejecutivo, especula el Financial Times, siempre que pueda
convencer a los votantes de que tiene un carácter propio y no es un
clon del actual gobierno, y que puede ser presidente tras subir el
precio del petróleo 20% antes de enero, y el aumento de la inflación.
Pero hasta el momento nada logra parar –ni siquiera las campañas
sucias- la candidatura de López Obrador. Pero aún faltan poco más de
cien días para las elecciones.
Gerardo Villagrán del Corral.
Antropólogo y economista mexicano, asociado al Centro Latinoamericano de
Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
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