Pedro Echeverría V.
1. Durante el gobierno de Hugo Chávez (1999-2013) en Venezuela se
realizaron unas tres consultas al pueblo y unas tres elecciones con
representantes internacionales como vigilantes. A pesar de ello, el
imperio de los EEUU, gobernado entonces por Clinton (1993-01), Bush
(01-08) y Obama (08-17), jamás aceptaron que Chávez sea un demócrata
ejemplar; al contrario, lo derrocaron dos días en 2002, lo combatieron
acusándolo de dictador y lo envenenaron. El pueblo venezolano fue el más
consultado por su gobierno. López Obrador vive desde hoy la primera
experiencia de las consultas antes de hacerse cargo de la Presidencia;
los empresarios y la derecha mexicana se burlan temerosos, pero es
posible que esta experiencia se convierta en una muestra de cómo se debe
gobernar, cómo asegurar estar en unidad con el pueblo.
2. La consulta nacional sobre la construcción de un Nuevo Aeropuerto
en México ha sido descalificada por los empresarios y la derecha
política del país como “una farsa porque no cumple con las reglas de
forma y legalidad” que siempre se ha exigido. Sin embargo es esencial
decir: que a través de muchas décadas la burguesía en el poder nunca
hizo ninguna consulta sobre nada; simplemente impuso sus acciones de
gobierno sin consultar a nadie. Si el presidente López Obrador impusiera
con su criterio personal todo sobre el aeropuerto, nadie protestaría
porque desde hace más de un siglo el “presidencialismo mexicano” le da
al presidente todos los derechos para hacer “lo que sus electores le han
demandado”.
3. En ello radica la importancia de esta consulta:
a) en que es la
primera;
b) por la costumbre no era necesaria;
c) pone un ejemplo de
gobierno que educa;
d) si solamente votara un millón sería más que una
decisión personal;
e) se demuestra la tendencia actual de los votantes.
Lo grave para la izquierda sería que ganara Texcoco porque los
empresarios y la derecha exigirían que se cumpla diciendo que “ganó la
democracia”. Y será muy grave para el pueblo porque muchos miles
millones de pesos que se necesitan para gobernar bien, se irían para el
lujoso e inseguro aeropuerto de Texcoco. Si López Obrador pierde y
acepta, podría ser acusado de traicionar a los electores que le dieron
su voto para oponerse a los negocios del aeropuerto de Texcoco.
4. Si gana AMLO, a pesar de lo que digan empresarios y derecha, se
demuestra que” llueva o truene”, o como dicen por aquí: “al huevito”,
éstos tendrán que respetar al presidente electo, así como todos los que
han buscado ser oposición. A pesar que no es una confrontación
“burguesía-proletariado”, tal como dijera Marx, no hay duda de que los
grandes empresarios mexicanos y los ideólogos de la derecha representan a la minoría que se ha enriquecido haciendo negocios y los
trabajadores representan a todos los pobres y explotados de la nación.
Por ello, en la consulta sobre el lugar del aeropuerto, está claramente
reflejada una idea de la lucha de clases que aparece en todos lados: una
minoría defendiendo sus capitales y una mayoría su trabajo.
5. Así como escribí que Chávez se portó muy suave con la oposición
empresarial y política traidora que le dio el golpe de Estado en 2002,
pudiéndola encarcelar y expulsar del país, califiqué también de cierta
blandenguería a López Obrador por sus declaraciones de no castigar a los
expresidentes por ladrones, asesinos y por profundizar la pobreza con
sus gobiernos pro empresariales. La realidad es que reconozco la enorme
inteligencia de López Obrador de navegar con mucho cuidado buscando no
chocar mucho con sus enemigos, sin embargo allí está el peligro porque
no se sabe de las negociaciones bajo el agua de los grandes enemigos.
Entre tanto la consulta y el apoyo a los migrantes para sean respetados,
son señales maravillosas de AMLO. (25/X/18)
alterar26@gmail.com
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